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Cómo enseñar a tus hijos a apreciar los valores
Cómo enseñar a tus hijos a apreciar los valores

VALORES

Cómo enseñar a tus hijos a apreciar los valores

Enseñar valores positivos a nuestros hijos e hijas no es tarea fácil, pero lo más importante es que nos vean a nosotros actuar como queremos enseñarles.

Los niños se desarrollan despacio, pero hasta después de la adolescencia son pequeñas esponjas que van haciéndose con todo aquello que ven, adaptando a su personalidad todo lo que absorben de las enseñanzas de sus padres. Y la pregunta es, ¿cómo educarlos para que aprecien ciertos valores esenciales en la vida de todo ser humano? Gratitud, bondad, amabilidad, amor... son valores que deberemos ir incluyendo en nuestra vida diaria de manera más activa de forma que los vayamos inculcando en nuestros hijos a medida que van creciendo.

¿Cómo podemos hacer esto? Es una labor que requiere tiempo y paciencia, y una educación activa por parte de los padres al mismo tiempo que ellos mismos cuidan su propio comportamiento personal. Es muy importante que eduquemos a los niños siendo el modelo a seguir, por lo que si decimos una cosa y hacemos otra, no servirá de nada. Debemos ser el buen ejemplo de actitud y comportamiento. Por ello, varios de los valores que debemos inculcar en los niños pasan por que nos aseguremos de que tengan claras ciertas ideas básicas para con el resto y cons

1. Debemos alentarles siempre a que digan la verdad

Encuentra la mejor manera de que tu hijo o tu hija siempre encuentre una manera de decir la verdad, enséñale a no tener miedo a compartirla y transmítele el valor de ser una persona confiable. Asegúrate de que entiende la diferencia entre mentir sin escrúpulos de manera que puede herir los sentimientos de alguien o contar una pequeña mentira que no hace daño a nadie solo por comportamiento social. Explícale que no es lo mismo mentir cuando, por ejemplo, no quieres quedar con un amigo para ir a pasear y dices que te encuentras mal, que mentir para no ir al colegio. Enséñale a ser responsable y enséñale también que sus padres son aquellas personas a las que nunca bajo ningún concepto debe esconder la verdad. Enséñales, por tanto, a ser honestos, y muéstrales como después de decir la verdad, te quedas más tranquilo y en paz contigo mismo.

igo mismos, por ejemplo:

La sinceridad es un valor muy importante de enseñarLa sinceridad es un valor muy importante de enseñar

2. Demuéstrales el valor de la justicia

Ser justos en la vida es un valor que ha de enseñarse a una temprana edad, ya que definirá el desarrollo de su empatía en el futuro y como se comporte con la gente. Déjales saber aquello, tan cierto, de "No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a tí" y que entiendan que la justicia se basa, no solo en castigar a quien lo hace mal, sino también en disculparse cuando tú mismo lo haces mal y, en la medida de lo posible, ayudar a enmendar el error que has cometido.

Imagina que tu hijo o hija está jugando en la playa con varios niños y todos están construyendo castillos de arena. Entonces él o ella, sin razón aparente, destroza el castillo de uno de los otros niños. ¿Cómo debes reaccionar? ¿Es suficiente con que le obligues a pedir perdón? No. Para nada. Llévale a un lugar al margen y deja que exponga las razones por las que ha actuado así y analiza con él sus sentimientos. Podía estar celoso de que el castillo del otro niño fuera más grande o quizá se sintiera molesto por algo. Empatiza con lo que siente, pero hazle ver que la violencia no es nunca la solución a ningún problema y no dejes que solo pida perdón y siga jugando como si no hubiera pasado nada, pedir perdón es muy sencillo para un niño. Ayudar a su amiga o su amigo a reconstruir el castillo u ofrecer algo como compensación por lo que ha hecho puede ser una manera de enseñar que hay que ser justos no solo valorando las acciones de los demás, sino también con las propias.

3. Aprender a actuar con determinación

La determinación es uno de los valores más importantes a la hora de desarrollar una vida próspera. La iniciativa personal, la superación y los retos que nos proponemos siempre serán detonados por una personalidad con determinación. ¿Cómo hacemos esto? No deberemos elogiar siempre lo que haga nuestro hijo si en realidad no está bien hecho. Por ejemplo: tu hijo hace un dibujo con colores vibrantes y cuidadosamente coloreado, te lo enseña y tu elogias su trabajo y le das un abrazo. Luego sigue enseñándote dibujos, pero cada uno de ellos está un poco más descuidado y parece que solo lo hace por que sigas diciéndole elogios. En ese caso lo correcto será decirle la verdad con delicadeza "¿Estás seguro de que has puesto la misma atención en éste que en los anteriores? Parece un poco descuidado". Hazle ver que el trabajo bien hecho tiene sus recompensas, pero que debe marcar sus metas.

Otro ejemplo, si estás en el parque y tu hija muy tímida, pero habla con otros niños, muéstrale de que estás orgulloso u orgullosa de haber dado el paso y regálale amor cuando hace bien las cosas a modo de recompensa. Pero si tiene problemas para relacionarse, no le obligues ni le digas que no estás orgulloso.

Estos son sólo algunos ejemplos de valores, en cada familia se inculcan los que se considerenEstos son sólo algunos ejemplos de valores, en cada familia se inculcan los que se consideren

Otro ejemplo, si estás en el parque y tu hija muy tímida, pero habla con otros niños, muéstrale de que estás orgulloso u orgullosa de haber dado el paso y regálale amor cuando hace bien las cosas a modo de recompensa. Pero si tiene problemas para relacionarse, no le obligues ni le digas que no estás orgulloso, ser extrovertido no es un valor, sino la determinación de atreverse a dar el paso.

4. La amabilidad y el amor

Ambos conceptos son esenciales en la educación de un niño. Toda persona debe ser capaz de ser bondadosa y debe poder expresar su amor con libertad. Pensamos que los niños son afectuosos y amables por naturaleza, pero eso es algo que aprenden de nosotros. Tenemos que hacerle ver que ese tipo de sentimientos son recíprocos y debemos tener gestos de cariño y bondad con ellos, mostrándole que todo el mundo debe ser amable con el prójimo y que debe querer a sus allegados y portarse bien con ellos.

Enséñales a dar respuestas positivas a los demás cuando hacen algo bueno por ellos. No es cuestión de obligarles a dar abrazos o besos, pero sí ser amables. Pero es más importante que nos vean a nosotros hacerlo, mostrando que no pasa nada por abrirse al resto y haciendo ver cómo la gente también se esfuerza por ser agradable y que, para ser feliz, amar es la mejor de las fórmulas.

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