Si eres padre o madre sabrás que las rabietas están a la luz del día y es que es raro el niño que no la tiene casi a diario. En muchas ocasiones tales rabietas desconciertan a los padres ya que no saben a qué se deben y por qué motivo coge tal berrinche el menor. El niño puede estar perfectamente tranquilo y de golpe y porrazo, enfadarse y coger una rabieta. Es por ello que el conocer las causas de las rabietas es algo esencial para cualquier padre para poder solucionar lo antes posible dicho problema.
Cuáles son las causas de las rabietas
A la hora de conocer las diferentes causas de las rabietas hay que buscarlas en necesidades tan simples y básicas que tiene el pequeño como el comer o el dormir.
- En el caso de dormir, los niños al igual que ocurre con los adultos necesitan descansar y dormir las horas necesarias para sentirse perfectamente al día siguiente. Los niños suelen necesitar más horas de sueño que los adultos. El problema estriba en que la mayoría de niños no duermen las horas que deberían durante la noche repercutiendo de manera negativa en su comportamiento y persona. Hacen que se vuelvan mucho más irascibles por todo y salten a la misma. Es importante por ello el conseguir que los niños duerman al menos de 8 a 9 horas diarias.
- El hambre es otra de las causas por las que en un niño puede aparecer una rabieta. Si no comen cuando deben, los niveles de azúcar en la sangre bajan y el niño se enfada con una mayor facilidad. Es por ello que se recomienda el llevar encima algo con azúcar como chocolate o fruta y saciar el hambre que pueda tener el menor.
- La hiperestimulación es otra de las posibles causas por las que un niño puede sufrir una rabieta. Si el pequeño se encuentra en un centro comercial con demasiada gente es normal que se estimule más de la cuenta y que termine por tener alguna que otra rabieta. Si ello ocurre, lo más aconsejable es sacarlos del lugar y llevarlos a otro lugar más tranquilo y sin tanta gente.
- Si el niño está demasiado aburrido es normal que con el tiempo se comporte mal y tenga alguna que otra rabieta. Los niños necesitan continuos estímulos y algo nuevo para poder jugar y pasarlo bien. Si el niño está entretenido y disfrutando, es raro que se porte mal. Planificar diversas actividades al aire libre es perfecto a la hora de evitar el aburrimiento. Si el día está lluvioso y resulta imposible el salir, no dudes en realizar diferentes juegos o manualidades en casa para mantener a tu hijo perfectamente entretenido.
Hacer frente a las rabietas
Una vez conoces las causas de las rabietas resulta mucho más fáciles el manejarlas y atajarlas. Como has podido ver, en la mayoría de los casos tales rabietas no se deben a un problema de comportamiento de los pequeños. Las causas de las mismas pueden ser el resultado de cansancio por falta de sueño o por una sobreestimulación. La labor de los padres ante las mismas es clave a la hora de evitar que la cosa vaya a mayores.
Si por el contrario las rabietas están causadas por alto nivel de frustración al no saber regular sus emociones, es importante tener paciencia y tranquilidad para resolver tal problema junto a tu hijo. Con el paso del tiempo las rabietas desaparecerán ya que empezará a expresar sus emociones de otras formas. Recuerda que las rabietas no es algo único en tu hijo, siendo algo normal en la mayoría de las familias. Sólo queda estar a su lado y ayudarle para que no ocurra en el futuro.