Cuando un bebé es recién nacido o es un bebé de meses, es normal que los padres extremen las precauciones en su cuidado. La otitis o infecciones de oído suelen ser bastante habituales en los bebés durante los primeros meses de vida, pero cuando ocurren de forma habitual puede incluso ser un problema para un buen desarrollo del lenguaje o de la audición.
Las infecciones de oído son una de las enfermedades infantiles más comunes, ya que afectan al 50% de todos los niños antes de su primer cumpleaños. El hecho de que al bebé se le inserte agua en el oído durante el baño normalmente no causa una infección en el oído. Sin embargo, siempre tendrás que hablar con el médico de tu hijo sobre si debes mantener el agua fuera de los oídos de tu bebé si esto te preocupa por alguna condición en concreto.
Prevención de la otitis media
La oreja consiste en una porción interna, media y externa. La membrana timpánica, más comúnmente llamada tímpano, separa el oído externo y medio. El agua no puede penetrar en el tímpano para causar una infección del oído medio, médicamente denominada otitis media.
Las infecciones del oído medio ocurren con mayor frecuencia por culpa de los resfriados o la respiración superior interfiere con el funcionamiento normal de la trompa de Eustaquio, que va desde la nasofaringe (garganta superior) hasta el oído medio.
Otitis media externa
El agua en el oído puede causar el oído de nadador, una infección del oído externo también llamada otitis externa. La "oreja de nadador" ocurre con mayor frecuencia cuando el agua permanece en la oreja por largos períodos de tiempo, lo que permite el crecimiento de bacterias.
Si tu bebé tiene un historial de otitis externa, el médico puede sugerir unos tubos especiales que encajen en la parte externa del oído durante la exposición al agua, incluidos los baños. Secar bien la porción externa de la oreja de tu bebé con una toalla para eliminar cualquier líquido después de los baños también ayuda a prevenir la otitis externa
Bañarse con un oído perforado
Si tu bebé tiene un tímpano perforado, el orificio en el tímpano permite que el agua entre en el oído medio. El agua que entra en el oído medio podría aumentar el riesgo de una infección del oído medio.
Una infección grave o un traumatismo en el oído puede causar la ruptura del tímpano. En la mayoría de los casos, el agujero es pequeño y sana espontáneamente. Si una gran parte del tímpano se perfora, el orificio no se curará por sí solo. Una abertura sin cicatrizar en el tímpano permite que el agua entre en el oído medio. Si tu bebé tiene el tímpano perforado, el médico puede recomendarte tapones para los oídos durante el baño. Un agujero grande en el tímpano puede necesitar una intervención quirúrgica.
Tubos en el tímpano
Si tu hijo tiene infecciones de oído recurrentes, el médico puede recomendar colocar tubos en el tímpano para evitar que la presión y el líquido se acumulen en el oído medio y drenar el oído si se produce una infección. Si tu bebé tiene tubos para los oídos, el médico puede sugerirte usar bolitas de algodón o tapones para los oídos para mantener el agua fuera de los oídos durante los baños.
Los bebés no pueden decirte que le duelen los oídos, por lo que es muy importante que estés atento/a a las señales que te hará con su lenguaje corporal para que sepas que algo no marcha bien. Si notas que tu bebé tiene molestias en el oído, se toca con frecuencia, se estira la oreja, llora cuando se le roza la oreja, tiene fiebre o está irritable sin saber por qué, acude al pediatra lo antes posible para que valoren el estado de sus oídos lo antes posible.