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Cómo acabar con la rivalidad entre primos
Cómo acabar con la rivalidad entre primos

FAMILIA

Cómo acabar con la rivalidad entre primos

Los primos pueden sentir mucha rivalidad entre ellos, descubre las mejores formas de poner fin a esta situación.

Una de las mejores cosas de ser padres y tener hermanos es ver cómo los hijos se relacionan con sus primos, pueden llegar a tener una relación muy fuerte y duradera. Aunque también se puede dar la otra cara de al moneda, es decir, que los niños empiecen a tener cierta rivalidad con sus primos. La competencia entre primos puede ser muy intensa y problemática. En este sentido es necesario que los padres y los tíos sepan cómo reaccionar ante estos casos.

Por qué existe la rivalidad entre los primos

Normalmente los desencadenantes suele ser como ocurre entre los hermanos, los celos siempre van en el primer puesto de causas entre rivalidad en los primos. Los primos que suelen tener celos entre ellos suelen ser aquellos que tienen una edad cercana y que tengan el mismo sexo. A veces, los primeros compiten por la mejor atención de los abuelos o por la atención de otros primos.

La dinámica familiar también es importante, quizá sientan que no reciben la atención que necesitan (aunque sí que la tengan). También puede ser que en un hogar haya un hijo único y que no quiera competir en casa, por ejemplo cuando van los primeros a visitar. Los abuelos pueden ser anfitriones perfectos en su casa, pero quizá los niños no se comporten muy bien a causa de la rivalidad que presenten.

La rivalidad entre hermanos puede alcanzar su punto más alto cuando los niños tiene entre 8 y 12 añosLa rivalidad entre hermanos puede alcanzar su punto más alto cuando los niños tiene entre 8 y 12 años

La rivalidad entre hermanos puede alcanzar su punto más alto cuando los niños tiene entre 8 y 12 años, por lo que también puede ocurrir en las mismas edades cuando son primos. Durante esta etapa de edad, los niños pueden interactuar fisicamente y son lo suficientemente fuertes para hacerse daño tanto a nivel físico como emocional. Esto significa que la rivalidad puede volverse física y los adultos deberían intervenir en estas ocasiones.

Rivalidad vs. Intimidación y las mejores soluciones

También es importante distinguir entre la rivalidad entre primos y la intimidación. La rivalidad entre primos implica muchas medidas disciplinarias. Un primo puede ser el que siempre termina llorando, pero eso puede deberse a que es más propenso a sentirse mal o a creer que siempre es la víctima. Cuando la agresión siempre es unilateral pueden surgir sentimientos de celos, que se caracteriza cuando un primo intimida a otro y se deberá tratar con más seriedad.

Cuando esto ocurre los enfrentamientos entre primos se convierten en un círculo vicioso del que ninguno de los niños puede retroceder, porque eso significaría ser el "perdedor". Por lo tanto, evitar situaciones que desencadenen rivalidades puede ser la mejor solución.

Es posible que puedas evitar la rivalidad entre primos al evitar situaciones que fomenten la competencia, pero eso significa prescindir de la mayoría de los juegos y actividades que tengan competencia o donde uno gane y el otro pierda.  Para muchas familias, ese es un precio demasiado alto para pagar la armonía familiar.  Aquí hay algunas ideas para conseguir la armonía:

-Igualar la competencia siempre que sea posible.

-Enfatiza la diversión de la actividad y olvida si se gana o se pierda, ¡lo que importa es participar!

-Evita alagar al ganador y humillar al perdedor.

Enseña a los niños a ser buenos ganadores, pero también a ser buenos perdedores y a que aprendan a tolerar bien la frustración de perder.

Plan ante las adversidades

Cuando las técnicas de evasión no funcionan, se deberá tener un plan alternativo para enfrentar los conflictos entre primos o las adversidades. Hay que advertir a los niños de cuáles son las consecuencias negativas de los comportamientos que no son tolerables, pero también deberán saber cuáles son los comportamientos que no se pueden tolerar.

Si el problema en lugar de disminuir comienza a aumentar, entonces tendrás que intervenir como figura adulta. Escucha ambas posiciones y nunca te pongas de un lado. No intentes decidir quién inició el problema y no busques culpables. Solo intenta solucionar el desacuerdo, si no hay una solución entonces será necesario distraerles con una actividad diferente.

Para casos más difíciles de resolver, separar a los primos puede ser una estrategia efectiva.  Realmente quieren jugar entre ellos, a pesar de sus disputas, y algunas veces superarán rápidamente su irritación si enfrentan la perspectiva de tener que jugar solos.

La otra estrategia que funciona aún mejor es el humor. Si de alguna manera puedes hacer reír a los primos, estarán de buen humor en un momento. Las recompensas también pueden ser una buena idea, sobre todo cuando les gusta esas recompensas. Se tendrá que informar a los niños sobre las conductas tolerables y las consecuencias positivas de cumplirlas (es decir, las recompensas). Esto se transformará en un refuerzo positivo para el bien comportamiento. Si no se han comportado realmente comoms e esperaba entonces las recompensas no tendrán lugar hasta que lo consigan.

No hace falta decir que los niños se llevarán mejor si están bien descansados y bien alimentadosNo hace falta decir que los niños se llevarán mejor si están bien descansados y bien alimentados

Trabajar con los demás niños de la familia que tienen la misma edad también puede ser una buena estrategia para resolver los conflictos. Si has observado que la rivalidad se intensifica mucho entre A y B cuando C está cerca, evita esa combinación de primos o trae al primo D. Incluso puedes tener que recurrir a entretener a A y B por separado. Recuerda que no tendrás que hacer esto para siempre.  La mayoría de los casos de rivalidad entre hermanos y primos se queda atrás casi sin que te des cuenta.

No hace falta decir que los niños se llevarán mejor si están bien descansados y bien alimentados. También es evidente que no siempre duermen y comen bien en las casas de sus familiares porque están fuera de su entorno habitual... Por lo que esto no se debería considerar como un mal comportamiento.

Los brotes de rivalidad entre primos también pueden desencadenarse por el estrés en la vida de un niño. Los adultos pueden desempeñar un papel importante para ayudar a los niños a manejar el estrés. Proporcionar un ambiente calmante con rituales reconfortantes puede ayudar.  El juego activo también es un eficaz aliviador del estrés y puede ser una forma de romper el ciclo de comportamiento de los celos.

No olvides que los niños crecen y que esto pasará. Quizá cuando los niños crezcan ni tan siquiera se acuerden de estas rivalidades y solo recuerden lo bien que lo pasaban juntos. Es necesario eso sí, potenciar un buen aprendizaje y control emocional en todo caso.

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