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Consejos para portear a un bebé en invierno
Consejos para portear a un bebé en invierno

PORTEO

Consejos para portear a un bebé en invierno

Si quieres portear a tu bebé pero tienes miedo de que en invierno haga demasiado frío, sigue estos consejos.

En invierno, con el frío que arrecia durante esta época del año, es lo más práctico para llevar a nuestro bebé de un lado para otro. La ventaja principal del porteo con nuestra criatura es simple: nos permite calentarnos, además de ser más didáctico para el pequeño, ya que podemos ir hablando y tenerlo más controlado.

Mochilas y abrigos en conjunto

En verano se han llevado muy de moda las telas adaptadas para el porteo ligero y fresco de nuestro bebé, pero ahora con el invierno se necesita de un sistema que proteja mejor del frío a ambos, tanto a la madre como al hijo. Existen diversos materiales aptos para este ejercicio, así como los tejidos gruesos.

Las mochilas ergonómicas son las más sencillas de poner, además de las más cómodas también. Esto es porque, el sistema de agarre que tienen, permite que el peso se reparta de manera uniforme por toda nuestra espalda, desde los hombros hasta las caderas sin necesidad de sobrecargar una misma zona. Así se evitan lesiones, a pesar de que algunas de estas mochilas pueden ser algo caras. Eso sí, sabrás que estará seguro y que su cuerpo estará bien protegido. Las lesiones se disminuyen al mínimo con este tipo de ayuda. Pero llevar a nuestro bebé dentro de un portabebés no es suficiente en invierno, ya que el frío hace que sea un poco más lioso para estar calientes los dos.

El porteo permite que el bebé y el adulto vayan calientesEl porteo permite que el bebé y el adulto vayan calientes

A la hora del porteo, en invierno el bebé debe ir igual de abrigado, sobre todo la cabeza, las manos y los pies, que son las zonas de su cuerpo que quedan más al aire y donde da más el frío. Aunque os daréis calor entre los dos por estar pegados, las zonas al descubierto son las que más sufren.

Para ello hay que taparse cada uno con su propia ropa de abrigo. Gorros, guantes, bufandas, calcetines altos y abrigo son necesarios si el frío es excesivo y no queremos que nuestro bebé coja un resfriado grave. Y también la madre o padre tendrá que protegerse.

El porteo resulta más divertido para ambos, porque estaréis en constante contacto y podréis controlaros mejor. Además, no solo los bebés pequeños son los únicos que pueden disfrutar de ese momento tan íntimo, sino que también los más grandes pueden ser porteados gracias a las mochilas ergonómicas adaptadas a su talla y peso. Estas son las denominadas como mochilas toddler.

Métodos más atractivos

Por lo tanto, habrá que ponerse un abrigo - cada uno el suyo propio- y luego cubrir por encima del pequeño, ya sea con una manta o un abrigo extra grande. Eso ya depende de cada madre o padre. Lo que resulte más cómodo para ambos. Además, quien portee debe resguardarse del frío con una bufanda para proteger el cuello, ya que con el bebé encima no se podrá abrochar del todo el abrigo.

Existen abrigos especiales para el porteo, pero también podemos proteger al bebé con una mantaExisten abrigos especiales para el porteo, pero también podemos proteger al bebé con una manta

En caso de elegir una manta, que es lo más sencillo y simple, hay que ir con cuidado a la hora de ponerla sobre el bebé. Los extremos y pliegues del tejido deben estar bien remetidos por entre la mochila, para evitar que traspase el frío y que se pueda caer.

También se pueden utilizar unos abrigos exclusivos para el porteo en invierno. Dependiendo del frío que se habitual de tu zona, existen de más grosor o menos, de distintos estampados y tonalidades, todo para ir cómodos y bien vestidos a la vez. Con estos es más cómodo maniobrar, ya que dispone de una parte que es chaqueta normal y una parte extra para cubrir al bebé.

Otros escogen entre su ropa premamá o abrigos de lana extra grandes para poder abrocharse sin dificultades. De esta manera, utilizan una misma pieza de ropa para ambos, aunque solo es recomendable si el aire no es muy frío y siempre y cuando el bebé lleve su propio abrigo debajo, para ir más tapado.

Luego aparecen otros padres que buscan una solución más original. Puedes hacer tu propio estiramiento de abrigo mediante un trozo de lana o punto hecho a mano, ya que hay que medir la extensión necesaria y adecuar los ojales de los botones -que será mucho más sencillo que incluir a la pieza una cremallera-. Así se podrá poner el abrigo de manera normal y luego abrochar la parte añadida sobre el bebé para estar bien calentitos los dos durante el porteo.

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