El elogio es una estrategia de disciplina que aunque parezca simple es de las más potentes que existen para mejorar el comportamiento de los niños. Señalar cuando los niños hacen las cosas bien (siguen las reglas o dice cosas buenas a los demás) le motivará a continuar con su buen comportamiento. En ocasiones, únicamente con decirle que se aprecia su buen comportamiento es más que suficiente (siempre que sea real el elogio).
Atención positiva vs negativa
Si prestas atención a tu hijo cuando se comporta mal (como ir corriendo cuando está teniendo un mal comportamiento) estarás prestando una atención negativa (y por tanto, un refuerzo negativo). Es fácil dejar de lago las buenas conductas porque en ocasiones pasan desapercibidas, tenemos la mala costumbre de fijarnos más en lo malo que en lo bueno.
Cuando los niños no reciben atención, a menudo hacen lo que sea necesario para hacerse notar y, a veces, eso significa portarse mal. Cuando le das a tu hijo atención positiva por su buen comportamiento, es menos probable que actúe de forma negativa en el futuro.
En qué ayudan los elogios
Los elogios e el comportamiento ayudan a fomentar una gran variedad de buenos comportamientos a través del refuerzo positivo (y atención positiva). El refuerzo positivo le motivará a hacer las cosas bien. Por ejemplo, los elogios son buenos en las siguientes circunstancias:
-Cuando tenga un buen comportamiento social. Felicita a tu hijo cuando comparta con los demás, cuando sepa esperar su turno, cuando utilice palabras amables y se lleve bien con los demás.
-Cuando sigue las reglas. Cuando tu hijo siga las reglas felicítale por hacerlo, cuando sea capaz de seguir las instrucciones, prestar atención o ser capaz de jugar en silencio.
-Cuando se esfuerce. En el momento en que tu hijo se esfuerce aunque no obtenga buenos resultados será motivo de elogio. Cuando tu hijo aprenda una nueva habilidad los elogios le ayudarán a seguir intentando conseguir mejores notas. Si elogias a tu hijo por su disposición a esforzarse o su capacidad de ser paciente a medida que aprende, aumentará su motivación para seguir intentándolo.
Elogia eficazmente
El elogio y la atención positiva son solo saludables cuando se dan de la forma correcta, de lo contrario pueden ser incluso contraproducentes. Para que el elogio sea efectivo deberás tener en cuenta lo siguiente:
-Ofrece comentarios inmediatos y frecuentes. Por ejemplo si tu hijo está estudiando toda la tarde porque tiene un examen en unos días, puedes elogiarle de forma frecuente durante la tarde.
-Realiza un elogio específico. En lugar de decir 'Buen trabajo' que es demasiado general, es mejor que digas algo como: 'Es un gran trabajo poner el plato en el fregadero justo cuando se lo pedí'. Esto deja en claro que estás elogiando su cumplimiento inmediato.
-Elogio positivo. En lugar decir algo como: 'muy bien por no llorar', es mejor decir algo como: 'me siento orgulloso de ti porque has mantenido la calma cuando te he dicho que no'. Es necesario señalar los comportamientos que quieres que se repitan y no solo los que quieres que no ocurran. No mezcles nunca elogios con críticas.
-Elogia el esfuerzo y no los resultados. El elogio puede desarrollar una autoestima saludable cuando señalas el esfuerzo en tu hijo. En lugar de elogiar por obtener un 9 en un examen, elogia su esfuerzo y su deseo de continuar con buenos resultados.
-Ofrece un elogio real. En lugar de decir cosas como: 'Eres el niño más inteligente del planeta', dile algo como: 'Eres muy inteligente' o 'Has hecho un gran trabajo en tus deberes esta tarde'.
-Nunca etiquetes a tu hijo. Las etiquetas, incluso cuando son positivas, no son una buena idea utilizarlas. Si le dices cosas como 'genio' pensará que solo te importa que sea listo. Es mejor elogiarle según su comportamiento y no por sus rasgos.
Si quieres que tu hijo se comporte bien, entonces, potencia con los elogios los comportamientos que quieres que se repitan a corto y largo plazo.