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Los terribles dos años, ¿por qué reciben ese nombre?
Los terribles dos años, ¿por qué reciben ese nombre?

DESARROLLO INFANTIL

Los terribles dos años, ¿por qué reciben ese nombre?

¿Has oído hablar de los terribles 2 años? Esta etapa es un punto de inflexión en el desarrollo de los niños y son mucho más inquietos que antes.

niño de 2 añosLos 2 años es una etapa muy importante en el desarrollo del niño

Cuando tenemos el primer hijo comenzamos a vivir nuevas experiencias por las cuales no siempre estamos plenamente preparados. Mientras todavía es un bebé necesita nuestra atención, pero también se pasa muchos ratos durmiendo y jugando solo. Algunos incluso saben entretenerse mucho rato sin la necesidad de que los padres estén constantemente pendientes de él.

Sin embargo, llega un momento en el que el bebé crece, llega su desarrollo y pasa a ser un niño. Eso se produce, aproximadamente, a los 2 años de vida y progresivamente tu hijo comenzará a necesitar mucha más atención, sabrá como demandarla y no dejará de tener rabietas o moverse en exceso si esa es su única forma de conseguirla. Por eso, llegada esta edad los padres pueden denominarla como "los terribles 2 años", ya que el paso del bebé al niño será más brusco de lo que esperaban y deberán empezar a ponerse más serios con su educación si no quieren que les haga perder la cabeza.

En Bekia te contamos qué son los llamados "terribles 2 años" y cómo se pueden comportar los padres para poder hacerle frente y darles la mejor educación y atención a sus hijos.

Por qué les llaman "los terribles 2 años"

Algunas madres consideran que incluso antes de los 2 años empieza esta etapa "terrible". Y es que si no han tenido más hijos antes el primero será el que les enseñará lo que es ser padres desde el principio. Desde el momento que el niño empiece a hablar, pero sobre todo a andar, requerirá mucha más atención y educación por parte de los padres. Mientras era solamente un bebé estaba siempre o tumbado o en sus brazos, por lo que no necesitaba atención constante.

niño con una rabietaA los 2 años empiezan las temidas rabietas y la palabra mágica: No

No obstante, con el desarrollo, al empezar a caminar pueden salirse de la vista de los padres y es cuando es peligroso no prestarles atención de forma constante, de lo contrario podría hacerse mucho daño. A medida que van aprendiendo a hablar los niños desarrollan la capacidad de saber cómo hacer que los padres realicen lo que ellos quieran, solamente con pedirlo a veces no es suficiente, sino que hay que llorar o tener una rabieta para que las cosas le salgan como ellos quieren. Además, se inicia la típica temporada del "No".

A partir de los 2 años es cuando el niño deja de ser un bebé, ya es capaz de andar bastante bien y de hablar en la misma o mejor medida, por lo que podrá buscar nuevas estrategias para llamar la atención de los padres. Además está aprendiendo cómo funciona el mundo, tiene una necesidad irremediable de tocar, ponerse en la boca y corretear con tal de conocer todo aquello que le rodea. Como no es consciente de sus límites, necesita que los padres no lo dejen nunca desatendido, puesto que podría llegar a hacerse mucho daño.

Sin embargo, tiene mucha energía y requerirá una gran cantidad de atención y tiempo por parte de los padres. De lo contrario puede que empiece a llorar y a tener pataletas para así conseguir sus propósitos. Los padres deben entender que esta es una tapa esencial de su desarrollo y que tendrán que adaptarse a ella por el bien de sus niños.

Cómo sobrevivir a "los terribles 2 años"

Lo primero que debes pensar es que es parte de su desarrollo y que no hacen las cosas solamente para hacerte enfadar. Tienen rabietas, como todos los niños del mundo, porque todavía no son lo suficientemente maduros para ver que esta no es la única manera de solventar sus problemas. Como padres deberéis armaros de paciencia y no actuar sin pensarlo dos veces, puesto que aunque el niño sea todavía pequeño puede dolerle mucho la manera en la que es tratado, ya que todavía no es capaz de controlar sus emociones.

El hecho de que hable mucho no tiene porque ser algo solamente peyorativo, también aprenderá a crear sus propias historias, contarte lo que ha hecho durante el día e incluso recordarte cuán importante eres para él.

Se moverá mucho y requerirá mucha de tu atención si no quieres que se haga daño. Es importante que el niño aprenda en este momento a respetarte y a seguir tus órdenes, de este modo sabrá que debe hacer caso a sus padres porque se preocupan por su bienestar y es más probable que, pasados "los terribles dos años" se porte más pausadamente y te haga más caso cuando le digas las cosas.

niños pequeños con una tabletA esta edad tenemos que empezar a dejarles hacer ellos solos algunas cosas

A partir de los dos años es cuando los niños son conscientes de que no son todavía como los adultos y quieren parecerse a ellos, por eso copian sus comportamientos y se frustran cuando las cosas no les salen como ellos quieren. Nuestra tarea será ayudarles a aprender, pero también respetar si lo quieren hacer solos, porque una vez lo consigan se sentirán muy contentos y esto ayudará a reforzar su autoestima. Por el contrario, si no lo consiguen pueden tener grandes rabietas, las cuales deberás mitigar enseñándole que no es la única manera de resolver los problemas, sino quizás pidiendo ayuda a alguien que sí sabe cómo resolverlos para poder hacerlo sólo la próxima vez en el futuro.

Piensa que a partir de este momento intentarán convertirse en los reyes de la casa. Si ven que cada vez que tienen una de estas rabietas consiguen totalmente tu atención no dejarán de tenerlas para que así les hagas caso. Es muy importante que le recuerdes que tu tarea es educarlo y que solamente portándose bien es como conseguirá que estés contento y podáis hacer cosas juntos. Así pues, estarán poniéndote a prueba constantemente para ver hasta donde llega tu límite. No caigas en la trampa de ponerte tú también nervioso y perder los nervios, porque así no resolveréis nada.

"Los terribles 2 años" pueden no serlo tanto si aprendes a controlar tu carácter de modo que ambos podáis aprender de la experiencia, haciendo así que a partir de los tres el carácter del niño se haya templado y adaptarse a su nueva realidad de manera más calmada y feliz.

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