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¿Se puede jugar con un recién nacido?
¿Se puede jugar con un recién nacido?

BEBÉS

¿Se puede jugar con un recién nacido?

Descubre si puedes jugar con un recién nacido o si es mejor que esperes algunas semanas. Seguro que te divertirás con él.

En muchas de las sociedades de hoy en día, la población está cada vez más envejecida. Nacen menos niños y las familias son mucho menos numerosas. Por eso en la actualidad sucede algo que hasta hace unos años era impensable: muchas personas llegan a la edad adulta sin haber tenido contacto con niños pequeños y bebés.

La falta de hermanos pequeños o primos hace que para muchos el primer contacto con los bebés sea en el momento de ser padresLa falta de hermanos pequeños o primos hace que para muchos el primer contacto con los bebés sea en el momento de ser padres

La falta de hermanos pequeños o primos hace que para muchos el primer contacto con los bebés sea en el momento de ser padres.

Por eso, si ya de por sí tener un hijo por primera vez es algo tan novedoso y que cambia nuestra rutina y día a día de manera radical, si además le sumamos el no haber tenido contacto previo con bebés, hace que en esta experiencia nos veamos mucho más perdidos.

¿Qué hacen los bebés más pequeños?

A menudo suele decirse que "los bebés recién nacidos solo lloran, comen y duermen". Se les ve como seres totalmente pasivos a los que tan solo hay que proveer de cuidados para cumplir sus funciones vitales más básicas. Se supone que el momento de jugar llegará más adelante... Y esta idea es totalmente equivocada.

Es evidente que los recién nacidos son seres totalmente indefensos, mucho que cualquier animal. El ser humano depende total y absolutamente de sus cuidadores para poder sobrevivir durante un periodo largo de su vida, si lo comparamos con otros seres vivos. Por ello, cubrir sus necesidades de alimentación, cuidado o higiene es esencial y una obligación por parte de sus cuidadores principales.

Sin embargo, en contra de lo que a veces se tiende a pensar, hay otras necesidades que deben ser cubiertas también para un adecuado desarrollo. El afecto, el cariño y el establecimiento de un vínculo son también necesidades esenciales para los seres humanos.

De manera, que podríamos decir que evidentemente no se puede jugar con un recién nacido si por juego entendemos correr, jugar a la pelota, compartir juegos de mesa... como podremos (y deberemos) hacer más adelante con nuestros hijos. Pero sí podemos (y debemos) interaccionar con nuestros recién nacidos.

¿Cómo podemos jugar con los bebés?

La forma de jugar a esta edad tan temprana se basará en la interacción social. Hablar al bebé, sonreírle, hacerle carantoñas y fomentar la interacción cara a cara, buscando que el bebé nos mire a los ojos y se fije en nuestras expresiones, es una forma de juego que se debe llevar a cabo desde el nacimiento. Lógicamente, el bebé al principio será más pasivo, pero pronto, quizá antes de lo que esperamos, el bebé comenzará a responder a esta interacción a través de la sonrisa social que deberá haber aparecido en torno a los dos meses de vida.

Más adelante, el bebé irá poco a poco siendo más activo y parecerá que habla con nosotros, manteniendo y respetando los turnos de la conversación que se basará en gorjeos, sonrisas y más adelante carcajadas y balbuceo.

No se trata de proporcionarle muchos estímulos, si no de compartir con ellos estos intereses No se trata de proporcionarle muchos estímulos, si no de compartir con ellos estos intereses

Mediante esta estimulación, estaremos fomentando el desarrollo comunicativo de los bebés. Además, podremos observar si todos estos hitos del desarrollo se van dando con normalidad, para consultar con un especialista de no ser así, que nos guíe a la hora de estimular de manera específica y temprana.

También podremos compartir con el bebé focos de interés. Para los recién nacidos y bebés muy pequeños, los objetos y juguetes llamativos, luminosos o con sonido serán aquellos que más llamen su atención. Sin embargo, no debemos abusar de ello. De hecho, la sobreestimulación no es para nada recomendable, menos aún a estas edades tan tempranas. No se trata de proporcionarle muchos estímulos, si no de compartir con ellos estos intereses y convertir la interacción social en forma de juego con los más pequeños.

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