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El contacto piel con piel del recién nacido y el padre es posible
El contacto piel con piel del recién nacido y el padre es posible

TRAS EL PARTO

El contacto piel con piel del recién nacido y el padre es posible

El contacto con la madre tras el parto es esencial para el bebé, pero también se puede usar al padre sin la mujer no puede.

Recién nacido en brazos del padreEn muchos hospitales se realiza el contacto piel con piel con el padre si la madre no puede hacerlo

Las primeras horas de vida de un bebé recién nacido tras el parto son de extrema importancia para la aparición del vínculo madre/padre-hijo. También son cruciales para iniciar la lactancia materna. Estas dos cuestiones, el vínculo y la lactancia, influirán tanto en el estado de salud del bebé como en su desarrollo emocional posterior.

Con la llegada de la medicalización a los partos, éstos ya no se llevan a cabo en los propios hogares si no generalmente los bebés llegan al mundo en un hospital. Por eso, los nacimientos son muy diferentes a cómo eran antes. Está claro que la seguridad y supervivencia, tanto de las madres como de los bebés, han mejorado notablemente. Sin embargo, esta medicalización ha supuesto también que el parto se convirtiera en algo muy mecánico, dejando de lado los cuidados maternos y paternos del recién nacido en favor de los cuidados puramente médicos, a menudo con intención de evitar las infecciones nosocomiales en las unidades neonatales.

El contacto los primeros minutos de vida

En los últimos años, los neonatólogos están a favor de lo que llaman "cuidados centrados en la familia". Plantean un enfoque nuevo basado en los cuidados especiales que los recién nacidos deben recibir en las unidades neonatales. Se reconoce a la familia como el punto de referencia más importante en estas primeras horas de vida de los bebés, incluso durante la hospitalización.

Una de las medidas más importantes que se llevan a cabo según este nuevo enfoque de los cuidados centrados en la familia, es lo que se denomina el contacto piel con piel. Hace referencia al contacto precoz que el recién nacido tiene directamente con su madre, justo tras el nacimiento. El bebé se colocaría tumbado directamente sobre el abdomen materno y se comprobaría cómo poco a poco el bebé se desplazaría reptando, hasta llegar al pecho.

Recién nacido en el pecho del padreEl contacto piel con piel con el padre tiene más beneficios que privar al niño de este momento

Hasta que este nuevo enfoque se comenzó a aplicar, lo normal en la mayoría de los hospitales españoles era separar al niño de su madre nada más nacer. Se le hacían las valoraciones pertinentes, como el test de Apgar y rutinariamente se le limpiaba, se secaba y vestía. Ya entonces se le devolvía a su madre. Este proceso, que llegó a considerarse tan natural, era algo totalmente artificial y contrario a lo que siempre se había hecho en la mayoría de las culturas, hasta principios del siglo XX.

Numerosos estudios que se realizaron cuando la práctica del contacto piel con piel comenzó de nuevo a llevarse a cabo, demostraron toda una serie de beneficios. En primer lugar, se observó que se daba una mayor frecuencia y duración de la lactancia materna, un mejor proceso de vinculación y una disminución del tiempo de llanto en el niño. Además, los niveles de glucosa parece que son mejores, así como la estabilidad cardiorrespiratoria. En cuanto a la madre, sufrirían menos dolor por ingurgitación mamaria y menos ansiedad. En cambio, no se encontraron efectos perjudiciales del contacto piel con piel si se hace de forma supervisada por un profesional experto.

¿Exclusivo de la madre?

Pero, ¿es el contacto piel con piel algo que exclusivamente se deba hacer entre la madre y el bebé?

Desde luego, es lo más beneficioso, por la propia naturaleza del proceso. El bebé puede adaptarse al nuevo ambiente extrauterino manteniendo el contacto con su madre, que habría sido su ecosistema natural, por así decirlo. Sin embargo, si la madre no está disponible por su estado de salud, puede llevarse a cabo el contacto piel con piel entre el bebé y su padre.

Se ha demostrado que este contacto entre el bebé y su padre puede ser beneficioso para los dos. Aunque, lógicamente, no se desarrolla el proceso de lactancia materna de forma precoz cuando el contacto es con el padre, sí se ha demostrado que el bebé se prepara mejor para la lactancia manteniéndose junto al cuerpo de su padre que permaneciendo apartado. Además, los niños también lloran menos, están más calmados y adquieren un comportamiento más organizado de forma más temprana.

Recién nacido en los brazos del padreEl contacto piel con piel debe durar entre 50 y 120 minutos

Por parte de los padres, es positiva su implicación en el nacimiento y con su hijo en sus primeras horas de vida. El vínculo entre ambos se establecerá de forma más precoz e intensa. Por tanto, aunque debemos tener como prioridad el contacto piel con piel prioritariamente con la madre, el cuidador principal en caso de ausencia de la madre en este momento debe ser el padre, manteniendo al bebé sobre él con el pecho desnudo, piel con piel.

No debemos considerar esta postura como algo nuevo o inventado hoy en día, si no como algo natural y lo más habitual que se había perdido hasta hace bien poco.

Los neonatólogos tienden ahora a evitar las maniobras que solían hacerse al bebé tras el parto, a veces tan agresivas, si no son necesarias. Hablamos de técnicas como la aspiración de las secreciones orales y faríngeas, el paso de sondas para descartar una atresia de esófago, una atresia anal o el lavado gástrico. Si el bebé recién nacido tiene una buena puntuación en el test de Apgar no sería necesaria ningún tipo de maniobra. Es más recomendable que durante las dos primeras horas de vida el bebé esté especialmente vigilado por un profesional que determinará si este tipo de pruebas son estrictamente necesarias.

Si no, el bebé debería permanecer en contacto piel con piel con su madre o con su padre durante al menos 50 minutos, aunque lo ideal es que se prolongue este tiempo hasta 120 minutos. Ellos serán los encargados de acompañarles en estas primeros minutos de vida y ayudarles en la transición al nuevo medio que les rodea.

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