¿Provoca el chupete gases en el bebé?

La maternidad y la paternidad provocan, por sí mismas, muchos debates y disputas. Hay tantas formas de criar a un bebé, tantos métodos diferentes, que siempre está el eterno combate entre quien cree que uno es mejor y quien cree que no, que el mejor es el otro. En este punto, tenemos que echarnos a un lado y tratar de comprender algo: cada bebé, y cada familia, es un mundo. Con lo cual, tratar de imponer un mismo método o una misma idea a todos los bebés, o a todas las familias, es una auténtica locura. Lo mejor que pueden hacer los padres es ver qué es lo que su hijo prefiere, qué es lo que le va mejor, e ir adaptándose poco a poco al bebé.

Esto es lo que sucede con el eterno dilema del chupete. ¿El chupete es bueno, o es malo? ¿ Hay que dejar que los niños usen chupete, o hay que tratar de evitarlo? ¿Hay que forzar a los bebés que no quieren chupete a que lo usen? Como se ha señalado arriba, lo mejor que se puede hacer es ir viendo cómo se adapta cada bebé al chupete, si lo exige, si lo necesita o si, por el contrario, puede vivir estupendamente sin él. Si ese es el caso, no le forcéis en exceso, puesto que el chupete no tiene por qué ser una obligación, ni mucho menos.

Deberemos observar al bebé y ver si tiene cólicos con frecuencia

Todos conocemos ya de sobra los beneficios del uso del chupete: es capaz de tranquilizar al bebé incluso en sus peores llantinas, favorece que duerman boca arriba durante el mayor tiempo posible, y en el momento de salida de los primeros dientes puede llegar a consolar mucho a los más pequeños. No obstante, también conocemos de sobra los problemas que puede propiciar. Uno de los que más puede llegar a preocupar a los padres, y con razón, son los gases que se pueden llegar a acumular debido al aire que haya tragado el bebé. Pero, ¿es esto tan grave? ¿Sucede de verdad?

Los gases del chupete

Los gases pueden llegar a ser un gran problema para muchos bebés; pueden llegar a terminar en cólicos muy dolorosos, que harán que el bebé sufra mucho. No es nada grave, y hay muchos remedios para los gases, pero tampoco es algo agradable, con lo cual es lógico que los padres quieran evitárselo a sus hijos dentro de lo posible.

Hay quien ha llegado a señalar que el chupete favorece que el bebé acabe tragando mucho más aire de la cuenta y, por tanto, acabe acumulando muchos más gases en el intestino. Estos gases pueden acabar siendo, como hemos señalado, extremadamente dolorosos. No obstante, no todos los bebés acumulan gases con la misma frecuencia, y eso es algo que todos los padres saben de sobra; mientras hay bebés que necesitan remedios constantes para sus cólicos, hay otros que no los sufren prácticamente nunca. Depende mucho, pues, del bebé en particular. Ante esto, el mejor consejo siempre será vigilar de cerca al bebé e ir viendo cómo le va sentando el uso del chupete; puede que acabéis viendo que los cólicos son más habituales cuanto más usa el chupete. En ese caso, lo mejor que podréis hacer es quitárselo.

Hay bebés que no tienen problemas con los gases, por lo que el chupete pueden usarlo sin problemas

También hay que señalar que hay bebés que no se encuentran con ningún tipo de problema, y pueden usar los chupetes sin tener gases. Esto, como hemos dicho, depende también mucho de la persona. Es algo que sucede también con los adultos: mientras que hay quien no puede tomar bebidas carbonatadas sin enfrentarse después a grandes dolores de barriga, hay quien puede beber litros y litros sin que esto le afecte lo más mínimo (pese a lo poco saludable de la práctica).

Lo mejor que podéis hacer es ir analizando cada caso particularmente. Sí, es cierto que hay bebés a los que los chupetes les provocan más gases de la cuenta, y esto se debe a la acumulación de aire que se va generando. Pero también habrá bebés que no se encuentren con este problema, y puedan continuar usando el chupete con normalidad. También es cierto que el uso del chupete no tiene por qué ser constante, por mucho que a veces creamos que sí; el bebé puede usar el chupete durante unas horas determinadas del día (para ir a dormir, por ejemplo, o para calmarse si está llorando), pero no tiene por qué estar todo el día con el chupete puesto. Eso sí que no es recomendable, porque no solo crea dependencia sino que también puede acabar provocando problemas derivados del uso continuado.