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Por qué no debes poner una manta en la cuna de tu bebé
Por qué no debes poner una manta en la cuna de tu bebé

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Por qué no debes poner una manta en la cuna de tu bebé

Las mantas, almohadillas, peluches, sábanas o cualquier otro elemento debe ser evitado en la cuna del bebé, ¡es peligroso y pueden morir!

Muchos padres de bebés y recién nacidos tienen miedo de que cojan frío por la noche o en sus siestas diurnas y se resfríen, pero en realidad los padres deben tener algunas cosas en la mente para poder proteger la seguridad de sus bebés y recién nacidos. Si no se tienen en cuenta ciertas medidas de seguridad, el bebé podría correr peligro.

En las tiendas existen muchas mantas cálidas y bonitas para poner en las cunas, pero no son adecuadas para poner a tu bebé cuando está dormido, ¡ninguna de ellas! La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) recomienda a los padres que no pongan almohadas, edredones, mantas u otras sábanas donde duerme su bebé como precaución y para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante es algo a que todos los padres temenEl Síndrome de Muerte Súbita del Lactante es algo a que todos los padres temen

Las mantas y el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante es algo a que todos los padres temen, muchos de ellos se despiertan a mitad de noche solo para comprobar si su pequeño aún respira y si está bien en todos los aspectos. En realidad este síndrome disminuye la probabilidad de que ocurre a medida que el bebé va creciendo. Pero es necesario evitarla a toda costa.

Muchas muertes de bebés que han sido mientras dormían tienen que ver por culpa de la sofocación por culpa de almohadas, edredones, mantas o ropa de cama extra que no necesitaban y que solo les pone en peligro, produciendo una asfixia o muerte por sobrecalentamiento.

Las almohadas, cojines, peluches, mantas, o cualquier otra superficie blanda es peligrosa cuando se ponen cerca o debajo del bebé y sobre todo cuando se dejan aéreas sueltas mientras el pequeño está durmiendo. Esto puede aumentar hasta en 5 veces el riesgo de el síndrome de muerte súbita del lactante.

Cuándo puede empezar a tener almohada o mantas

Hay que esperar por lo menos hasta que pase el primer cumpleaños del bebé antes de ponerle almohadas y mantas y hasta entonces hay que buscar alternativas y ponerles a los bebés sacos de dormir que sean aptos para su edad y estatura. La cuna solo deberá tener la sábana bajera y después el bebé un saco de dormir con su pijama, no necesita nada más. Por supuesto, en la cuna no deberá haber ningún tipo de peluche ni muñeco que pueda aumentar el riesgo de asfixia.

Recuerda que los bebés deben estar en las habitaciones con una temperatura cálida pero agradableRecuerda que los bebés deben estar en las habitaciones con una temperatura cálida pero agradable

El momento en que tu pediatra te permitirá poner mantas o almohadas en la cuna o cama de tu hijo, será cuando el bebé pueda darse la vuelta sin ayuda y sin problemas, en ambas direcciones. Además, si tienen un buen control de la cabeza, si no, aún se deberá esperar más tiempo. Por lo que aunque lo ideal es esperar a que pase el primer cumpleaños, dependerá de las características físicas y mentales de tu hijo que lo puedas hacer antes o después.

Además de poder darse la vuelta, otra pista de que tu bebé podría estar listo para una manta es cuando ellos mismos pueden quitarse la manta de la cara. Pero, en última instancia, el momento adecuado para darle a tu hijo una manta es una decisión que solo tú puedes tomar sobre la base de la información que le haya dado el pediatra de tu hijo y las pautas actuales de pediatría.

Si sientes que tu hijo no está preparado aún para tener mantas en su cuna, ni almohadas ni nada por el estilo, no tengas prisa. Recuerda que los bebés deben estar en las habitaciones con una temperatura cálida pero agradable, para evitar sobrecalentamientos. Por eso tanto en invierno como en verano, deberás tener muy en cuenta la temperatura de la habitación y evitar abrigarle o desabrigarle en exceso.

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