El acoso escolar no solo afecta la calidad de los entornos escolares, sino que también socava el rendimiento académico. De hecho, existe una correlación directa entre las altas tasas de acoso escolar y la reducción del rendimiento académico. Todos son afectados de forma directa o indirectamente.
Por ejemplo, los niños que son acosados tienen más probabilidades de faltar a la escuela para no tener que aguantar el comportamiento hostil de otros. Tienen más dificultades en el estudio y tienen uno niveles de ansiedad y depresión elevados. Los agresores, suelen tener problemas de control de impulsos, suelen estar involucrados en comportamientos delictivos, etc. Las consecuencias también son para los espectadores que no hacen nada, puesto que pueden ser tan graves como los que experimenta la víctima.
Pero esto no tiene que ser así. Los estudiantes en escuelas con climas positivos tienen mejores registros de asistencia y hábitos de estudio. También están más motivados para tener éxito, participar en el aprendizaje cooperativo, lograr mejores calificaciones y demostrar dominio de una materia. Las escuelas pueden hacer mucho para evitar el acoso escolar y que sus alumnos vayan felices a la escuela gracias al clima positivo que pueden crear.
Las escuelas pueden mejorar
Las escuelas pueden poner de su parte y mejorar el clima escolar, pero debería ser una línea prioritaria para conseguirlo. La mayoría de las escuelas tienen algún tipo de política contra el acoso escolar y participan en programas de prevención del acoso escolar. Pero no todos los programas son efectivos. Los programas de calidad son proactivos y receptivos. En otras palabras, contienen elementos diseñados para evitar que ocurra la intimidación, pero también son efectivos para disciplinar a los agresores y para apoyar a las víctimas de la intimidación. Algunos puntos clave que se deben tener en cuenta son:
- Desarrollar objetivos de prevención del acoso escolar. Objetivos para prevenir el acoso escolar y saber cómo responder de inmediato. Esto comunica a todos los estudiantes que la intimidación no será tolerada bajo ninguna circunstancia. Además, cuando se lleva a cabo una intervención temprana, esto reduce en gran medida la probabilidad de que el acoso escolar se convierta en un patrón de comportamiento de por vida.
- Aprendizaje social y emocional. Enseñar a los alumnos cómo manejar sus emociones y responder adecuadamente a las emociones de los demás es una parte importante de la educación. La alta inteligencia emocional no solo significa que los niños son más empáticos entre sí, sino que también significa más éxito académico.
- Capacitar a los espectadores. Es necesario capacitar a los espectadores para que se enfrenten a los acosadores y no se queden como observadores pasivos. Deben aprender herramientas para saber qué hacer en el momento en que son testigos de la intimidación.
- Educar el carácter. Construir el carácter entre los estudiantes de una escuela no solo ayuda a mejorar los estudios académicos, sino que también ayuda a prevenir el acoso escolar. A través de la educación del carácter, los niños aprenden a ser diligentes, responsables y éticos en su enfoque de la escuela y otros. Como resultado, saben cómo interactuar adecuadamente con sus maestros, el personal y sus compañeros, convirtiendo su escuela y sus aulas en un lugar mejor.
- Fomentar actitudes respetuosas. El respeto está en la raíz de la prevención del acoso. Esto significa que no solo se enseña a los niños que todos merecen respeto, sino que los maestros y el personal también modelan este comportamiento. Y cuando el ambiente de una escuela es respetuoso, hay menos intimidación.
Formar a los maestros y profesores
Los profesores y maestros deberán tener las herramientas necesarias para evitar el acoso en sus aulas y aprender a prevenir el acoso escolar. Tendrán que recibir una capacitación sobre el acoso escolar y cómo responder a las situaciones de acoso escolar en la escuela. Hay que ser claro acerca de las expectativas y dar las herramientas que necesitan para tener éxito. Por ejemplo, hablar sobre los errores comunes que cometen los entrenadores, como no tener claras consecuencias para el acoso deportivo y no ser proactivo en la prevención del acoso deportivo.