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Los maestros son los héroes de la escuela
Los maestros son los héroes de la escuela

EDUCACIÓN

Los maestros son los héroes de la escuela

Los maestros son asombrosos, incansables, cariñosos y poderosos pero por desgracia no todos lo saben.

Muchos no lo saben, ni tan siquiera lo piensan. Ellos van a su trabajo cada mañana con una sonrisa en el rostro porque saben de corazón que ese trabajo les llena la vida. Les llena el alma. Los maestros son los héroes de la escuela y del corazón de muchos niños y niñas que acuden con ellos cada día a las aulas para sentir pasión por el aprendizaje.

Los maestros son asombrosos, incansables, cariñosos y poderososLos maestros son asombrosos, incansables, cariñosos y poderosos

Los maestros son asombrosos, incansables, cariñosos y poderosos... pero no todos lo saben. Un maestro es un hacedor de milagros con más de dos docenas de niños en su responsabilidad durante el día. Solo necesita una orden para que los niños cumplan sus mandatos, y cuando realmente siente vocación por su labor diaria, los niños lo saben, lo sienten... y lo absorben.

Un gran trabajo

Es un gran trabajo que forma las personas del futuro junto con la educación en casa. Muchas personas ven en los maestros las pocas horas de trabajo en la escuela y todas las vacaciones anuales. Pero lo que no ven, es el trabajo que tiene el maestro cuando llega a casa para preparar la clase del día siguiente para hacerla especial y motivar a sus alumnos.

Tampoco ven que este maestro ocupa su tiempo libre para ir a comprar materiales para sus alumnos, para que los aprendizajes sean mucho más interesantes. Tampoco ven como se puede pasar hasta altas horas de la madrugada corrigiendo exámenes o elaborando informes... O tan solo pensando en un alumno que está atascado en el aprendizaje y que quiere motivarle pensando en estrategias educativas.

Este gran trabajo no lo ve todo el mundo, pero sin los maestros... la sociedad no sería la que es hoy en día. Los niños se fijan en el optimismo de sus maestros, en la valentía de empezar nuevos proyectos, en lograr que los niños trabajen en equipo, en disuadir conflictos...

Siempre con un as bajo la manga

Un maestro tiene trucos para enseñar a los niños las letras o a atar sus zapatos, o trucos para memorizar y comprender un texto algo complicado. Es testigo de tragedias familiares e intenta ayudar como buenamente puede desde su puesto de trabajo. Es testigo de la vida y la muerte a través de la clase. Encuentran a estos niños vulnerables y se dedica a ser su defensor y mejorar sus vidas. Su corazón debe romperse, pero no hay tiempo para revolcarse.  Tiene trabajo que hacer y lo hace con un sentido de propósito que inspira. 

Si eres un maestro con vocación debes saber que tu aula es un rayo de sol académico. A pesar de que literalmente docenas de niños frenéticos se mueven (está bien: giran, brincan, rebotan, corren, tropiezan, empujan y vuelven a empujar) a través de tu aula cada día, cada vez que lo visita un padre o una madre parece un templo súper organizado y codificado por colores para Los dioses del aprendizaje. 

Tu motivación es admirable y necesaria para la educación de los niñosTu motivación es admirable y necesaria para la educación de los niños

Tienes esa "voz de maestro". Escuchas el estruendo de pequeñas voces mientras duermes. , Tu control vocal es impresionante. Sabes qué necesita cada niño con tan solo mirarle, porque tú no ves más de dos docenas de niños en tu clase, tú lo que ves es un niño en cada pupitre, con su propia idiosincrasia y sabiendo que son los maestros los que deben adaptarse a los niños y no a la inversa.

Tu motivación es admirable y necesaria para la educación de los niños. Tu personalidad es su inspiración y gracias a eso, tienes el poder de trabajar la empatía y la comunicación en los niños que están a tu lado cada mañana en tu aula.

Los padres y las madres que son conscientes del gran trabajo que hacen los maestros, además de tener el corazón agradecido, sabrán que vosotros, los maestros, sois los héroes de la escuela.

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