La psicomotricidad es la relación que se establece entre la actividad psíquica (pensamiento, atención, memoria, pensamiento, lenguaje, organización espacial y temporal) y el movimiento voluntario del cuerpo (gatear, caminar, correr, saltar, escribir...), de manera que, por ejemplo, cuando un niño piense en tomar un objeto, éste lo haga de manera adecuada con total precisión. La psicomotricidad infantil ocupa un lugar destacado actualmente en la educación de los niños, pues existe una gran interdependencia entre el desarrollo motor, afectivo e intelectual.
Desde que el niño nace y entra en contacto con el mundo que le rodea, empieza a explorar y conocer su entorno a partir de la percepción y manipulación de objetos. Así pues, a medida que vaya adquiriendo más destrezas motoras, ira desarrollando su visión y cada vez estará más capacitado para moverse y desplazarse. El niño será cada vez más autónomo, y adquirirá nuevas experiencias que les servirán de base para su desarrollo mental.
La psicomotricidad infantil adquiere diferentes funciones dependiendo de la etapa de desarrollo del niño. Durante el primer año de vida, el niño es cuando necesita más contacto corporal con el adulto, por lo que los juegos realizados con éste será balancearlo al ritmo de las canciones, llevarlo en brazos de un lugar a otro, interactuar con objetos, esconderlos, manipularlos, utilizar instrumentos que produzcan sonidos... etc. En el segundo año de vida, el niño aprende a caminar y le fascina tanto la posibilidad de desplazarse, como la manipulación de objetos. Así pues, se implicarán en actividades como empujar carritos o coches de juguete, llenar y vaciar cestas con materiales diferentes, jugar con piezas o apilando cubitos, etc. Ya en el tercer año de vida, el niño es capaz de correr, saltar, lanzar la pelota... pues está en el momento de su desarrollo. En esta edad, son muy adecuados los juegos rítmicos que impliquen cualquier tipo de movimiento.
Entre los 3 y los 6 años de vida, presentamos a continuación una serie de actividades y juegos que favorecen la psicomotricidad infantil, fomentando el desarrollo motor a través de la capacidad del movimiento. En esta edad, ya podemos introducir juegos reglados con órdenes sencillas y seguirlos sin ningún tipo de dificultad. Estos juegos serán: unos más competitivos, otros más cooperativos, algunos basados más en la habilidad y otros en la expresividad. Así pues, algunos juegos que fomentan la psicomotricidad infantil son:
Circuito
Deberás realizar un circuito con diversos materiales de colores, como aros, bancos, pelotas, picas, conos, etc. Trata de hacerle creer a los niños que se encuentran en una selva y ellos son valientes aventureros, capaces de sobrepasar todos los obstáculos que se encuentren por el camino. Coloca un banco para que los niños tengan que pasar por encima, imaginándose que es un puente colgante. Después, colocaremos folios azules simulando un río con piedras por el camino, debiendo saltarlos para poder cruzarlo. Tras esto, deberán pasar por debajo de un túnel, el cual podremos simularlo con sillas colocadas en línea recta o formando una curva. Por último, al salir de éste, se encontrarán varios aros de colores que deben saltar a la pata coja y, ¡Habrán llegado a su destino!
El juego de la tortuga
Para realizar este juego, utiliza un globo para simular que éste es una tortuga que debe cruzar con la ayuda de los niños al otro lado del río. De este modo, deberás colocar a los niños en fila y tendrán que pasarse el globo unos a otros, utilizando cualquier parte del cuerpo excepto las manos y los brazos, evitando que la tortuga caiga al suelo y llevándola sana y salva al otro lado de la orilla.
Náufragos y tiburones
Para llevar a cabo esta actividad, coloca varios bancos para que puedan subirse todos los niños. Al ritmo de la música, los niños tendrán que dar vueltas alrededor del banco mientras ésta siga sonando. Cuando se pare la música, todos los niños deberán subirse encima de los bancos, ayudándose unos a otros para que ninguno se quede en el agua, pues hay un tiburón rondando por la zona y puede comérselos. Poco a poco, iremos quitando bancos, de manera que el espacio quedará poco a poco más reducido. Ante esta situación, los niños tendrán que ayudarse o sujetarse unos a otros para que puedan subir todos y el tiburón no se coma a nadie.
El paracaídas
El paracaídas es un material de colores (rojo, azul, amarillo y verde) utilizado con frecuencia en animación y psicomotricidad infantil, con el que se suele realizar simulación de olas. Todos los niños deben coger el paracaídas a la altura de la cintura y deberán moverlo suavemente de arriba abajo. Teniendo en cuenta que en el centro se encuentra un agujero redondo, el juego consiste en echar una pelota de poco peso encima del paracaídas, y los niños deberán evitar que ésta se cuele por dicho agujero, pues de lo contrario habrán perdido.
Con este material se pueden hacer diversas actividades. Otro juego interesante, es numerar a los niños del 1 al 3. Cuando estén moviendo el paracaídas, debes decir: "¡Que pasen por debajo los que tienen el número 2!" Los niños deberán subir el paracaídas lo más alto que puedan, y los que tenga el número 2 deberán pasar por debajo corriendo y cambiarse de sitio.
Director/a de orquesta
Un niño se la queda y debe salir durante unos minutos fuera del aula. Entre todos, deben elegir a una persona que sea el director de la orquesta, cuya función es hacer movimientos para que los demás lo tengan que imitar. El niño que ha salido fuera del aula tiene que adivinar quién es la persona que inicia los movimientos, mientras va sonando la música.
La locomotora
Para realizar este juego, debes poner en el suelo tantos aros como niños haya, menos uno, pues éste será la locomotora y no lo necesitará. El niño elegido como locomotora se desplazará entre los aros, tocando la cabeza de alguno de sus compañeros. En la primera ronda se tocará la cabeza de pocos niños, aumentando progresivamente el número de niños elegidos a medida que vaya avanzando el juego. Cuando les tocan la cabeza, se colocan tras la locomotora formando un tren. La locomotora debe tocar el silbato, y en este momento, todos los niños que formaban el tren deben correr hacia un aro vacío. El niño que se quede sin aro será la nueva locomotora.