Menú
El jet lag en niños y bebés
El jet lag en niños y bebés

SUPERAR EL JET LAG

El jet lag en niños y bebés

Los viajes en avión en los que se atraviesan varios husos horarios provocan jet lag. Te contamos cómo hacérselo más llevadero para niños y bebés.

Los niños se acostumbran mejor a los cambios horariosLos niños se acostumbran mejor a los cambios horarios

El jet lag es un gran temor que tenemos cuando viajamos a un lugar lejano en avión, especialmente cuando hay niños viajando con nosotros. Sin embargo, sus efectos se pueden eliminar en poco tiempo, aunque este proceso será más rápido cuanto antes nos adaptemos al horario del país de destino. Los niños se acostumbran con bastante facilidad, así que os damos una serie de consejos para hacerles el viaje más llevadero y evitar en la medida de lo posible los efectos del jet lag.

Qué es el jet lag

El jet lag también es conocido como el síndrome de los husos horarios, y se da cuando viajamos a un país con una zona horaria diferente al de origen, concretamente en avión porque recorremos varios husos horarios en poco tiempo. Nuestro cuerpo tiene un reloj interno, o reloj biológico, que marca, en ciclos de aproximadamente 24 horas, los ritmos de vigilia y sueño. Nuestro cerebro asocia los estímulos de luz y de oscuridad del día con los períodos en los que el cuerpo debe de adoptar un estado de actividad fisiológica, que es la vigilia, o de letargo o descanso nocturno. Es por ello que nuestro reloj interno se encuentra ajustado al horario de la zona en la que vivimos, pero cuando viajamos a un país que se encuentra en otra zona horaria, se produce un desajuste entre ambos. La causa es que a nuestro cuerpo se le están añadiendo o restando horas del día y su período de actividad o descanso no coincide con el que correspondería en la zona de destino.

El cuerpo se adapta mejor a los viajes hacia el este que hacia el oeste

Cómo afecta el jet lag a niños y bebés

Tanto los adultos como los niños y bebés se ven afectados por el jet lag, aunque en éstos últimos se puede ver más acentuado debido a que los ciclos de sueño son muy importantes en la infancia. Sin embargo, no tiene efectos graves sobre la salud. Además, los bebés tienen unos patrones de sueño distintos a los de los adultos: duermen durante muchas más horas, y de forma repartida a lo largo del día, por lo que el cambio en las horas de luz y oscuridad no les afectan tanto.

El jet lag es normal cuando se realiza un largo viaje atravesando varios husos horariosEl jet lag es normal cuando se realiza un largo viaje atravesando varios husos horarios

El principal síntoma es la fatiga, que consiste en un estado de cansancio físico general. También se dan problemas de sueño, tanto dificultades para conciliarlo como despertares en medio de la noche o muy temprano por la mañana. Además de darse todos los síntomas derivados del cansancio y la falta de sueño, si éstos se agravan puede agravar temporalmente nuestra salud ocasionando deshidratación, desajustes digestivos (diarreas, vómitos, falta de apetito), irritabilidad, confusión y apatía.

Los efectos del jet lag son temporales, duran entre 3 y 4 días. Generalmente, desaparecen más rápido cuanto antes nos adelantemos a esos cambios, y además los niños, aunque se vean más afectados que los adultos por el jet lag, se recuperan mucho más rápido de él.

Evitar y mitigar el efecto del jet lag en niños y bebés

Se puede mitigar el efecto del jet lag empezando una preparación para el viaje una temporada antes del vuelo , que nos servirán tanto a los adultos como a los niños y bebés, y nos ayudarán a gozar de una salud perfecta durante toda la estancia de viaje.

1.- El primer consejo es una buena hidratación, que nos ayuda a afrontar con energía la adaptación al nuevo horario. Hemos de asegurarnos que, tanto nosotros como nuestros hijos, bebamos bastante agua antes del vuelo (podemos aprovechar los días anteriores para beber esos 2 litros de agua que debiéramos consumir a diario para una mejor salud), y sobre todo el día del viaje, porque la deshidratación es un síntoma de este síndrome. Evitaremos, también, las bebidas con cafeína, como los refrescos.

2.- Dependiendo de las horas que haya de diferencia entre el país de destino y el nuestro, hemos de ir adaptando a los niños a ellas desde unas semanas antes del vuelo. Para ello, iremos cambiando cada semana en una hora los horarios de acostarse, levantarse y come r, para hacerlo más gradual. Así, viajamos hacia el oeste (por ejemplo, Nueva York), iremos madrugando cada vez más, y si vamos hacia el este (por ejemplo, Tokyo), nos iremos levantando cada vez más tarde, dentro de lo posible. Si no tenemos tiempo o posibilidad de empezar este cambio varias semanas antes, podemos hacerlo varios días antes.

Debemos ir adaptando a los niños a los cambios horarios para que no sufran tanto los efectos del jet lagDebemos ir adaptando a los niños a los cambios horarios para que no sufran tanto los efectos del jet lag

3.- Nada más subirnos al avión, es recomendable poner nuestro reloj en la hora del país de destino, así podremos ir adaptándonos cuanto antes al horario. Si tenemos un bebé viajando, respetaremos las horas de sus siestas, porque los bebés duermen con más facilidad en cualquier lado. En cambio, si la hora de dormir es cercana al aterrizaje, procuraremos mantenerle despierto hasta que lleguemos al lugar donde nos alojemos.

4.- Para los niños más mayores, procuraremos que duerman solo en caso de que sea la hora propicia en el lugar de destino. Así, si durante el vuelo nuestro reloj 'adaptado' marca las nueve o diez de la noche, intentaremos que el niño duerma. Lo mismo ocurre con las comidas. Llevaremos con nosotros en mano aquellos objetos preferidos por el niño (peluche, manta, juguete) que le ayuden a sentirse cómodo y seguro en el momento de dormir, o le distraigan si tienen que mantenerse despiertos.

5.- Cuando lleguemos, pasar tiempo al aire libre ayudará a nuestro cuerpo a adaptarse a las horas de luz del lugar de destino. Además, realizar actividades y estar en la calle nos ayudará a nosotros y a nuestros hijos a mantenernos activos hasta la hora en que toque dormir según el nuevo horario. No hemos de ir a la cama nada más llegar si la hora no es la conveniente. Si echamos una siesta, que no sea de más de 30 minutos.

6.- En el momento de dormir para nuestro hijo en el nuevo país, llevaremos a cabo las mismas rutinas que mantenemos a diario para que duerma. Leerle el mismo libro, cantarle la misma canción, bañarle antes, u otra actividad que ayude al niños a dormir cada día. Hemos de tener paciencia por si le cuesta un poquito más.

7- Tenemos que ser flexibles y comprensivos ante los problemas de sueño que puedan tener. Si se despiertan por la noche, les ayudaremos a que vuelvan a dormirse, sin reñirles ni mostrar molestia. Tampoco encenderemos las luces ni realizaremos actividades que puedan hacer que su cuerpo 'piense' que es la hora de levantarse. Bastará con leerle otro cuento, o hablar suave con él hasta que duerma.

Explicar el jet lag a los niños

Dependiendo de la edad de los niños, les puede costar más o menos comprender estos cambios de horario. A partir de los 7 años les será más sencillo entender estos conceptos, y podemos empezar explicándoles los movimientos de la Tierra y cómo se hace el día y la noche. En el colegio empiezan a trabajar este tema en los primeros cursos de primaria, y será una buena oportunidad para afianzar lo que aprendan y descubrir su aplicación y, si aún no lo dieron, cuando lo hagan se pondrán contentos porque ellos "ya se lo saben".

Los padres tienen que explicar a los niños lo que es el jet lagLos padres tienen que explicar a los niños lo que es el jet lag

Para explicárselo, podemos ayudarnos con un dibujo o con una pelota y una lámpara, que harán de la Tierra y el Sol. Les explicamos que la Tierra gira sobre sí misma y también alrededor del Sol. Cuando le da la luz del Sol, es de día, pero siempre hay una parte de la Tierra que no recibe esa luz, entonces en esos sitios es de noche. Por eso vemos que el Sol se mueve en el cielo, pero en realidad nos movemos nosotros, entonces se va haciendo de día y de noche, de día y de noche, y así sucesivamente.

Luego les diríamos que, debido a esos movimientos, en cada país es una hora del día distinta, porque tienen más cerca o más lejos la noche. Nosotros, al viajar tan lejos en un avión, como "va muy rápido", llegamos a un sitio donde la noche está más cerca (o más lejos, dependiendo de a dónde vayamos, les explicaremos un caso u otro), pero nosotros estamos acostumbrados a que la noche venga a otra hora, y nos costará un poquito dormir en el lugar nuevo.

Es importante cambiar los horarios de las actividades cotidianas de los niños días antes del viaje

Lo importante es decirles que el viaje requiere que cambiemos poco a poco, y sólo durante unos días o semanas antes del viaje, nuestras horas de levantarnos, de dormir, de comer y bañarnos, para que cuando lleguemos estemos más cómodos. Si no, allí nos sentiremos muy cansados. Los niños confían en sus padres, y les parecerá que una experiencia que requiere tanta preparación tiene que ser muy especial.

No olvidemos que no debemos avisarles de que es posible que se encuentren mal después del vuelo , porque entonces se asustarán pensando que se pondrán enfermos. Un viaje es una experiencia muy positiva, así que les motivaremos con las cosas nuevas y tan bonitas que van a ver en el país de destino.

Te puede interesar