A partir de ahora aprenderás a gestionar el tiempo de forma que el estrés lo dejes a un lado y puedas potenciar tu productividad tanto en el hogar como en tu trabajo. ¿Sientes que haces malabares cada día? Casi todos los padres se sienten así cada día, y es que en realidad a veces, puede que no estés haciendo los malabares muy bien porque no eres capaz de mantener todas las bolas en el aire.
Los padres pueden sentir que no tienen suficiente tiempo en el día para hacer todo lo que tienen en mente, ya sea en el trabajo o en las tareas del hogar. Es necesario recordar que los padres no somos robots y que aunque se quiera no siempre se puede hacer todo y es necesario, priorizar. Si insistes en hacer todo a pesar de la falta de tiempo el estrés llamará a tu puerta y se quedará en tu hogar sin ser invitado. Lo primero que deberás tener en cuenta en estos casos es empezar a tratar el 'cómo' gestionas tu tiempo.
Usa un temporizador
Para ciertas tareas, como consultar el correo electrónico o leer los titulares de las noticias, puede ser fácil distraerse y perder más tiempo de la cuenta, incluso más de lo que preveías. Para evitar que esto suceda, puedes configurar un temporizador cuando necesites realizar una determinada tarea. De esta forma, puedes mantenerte concentrado y sin distraer tu atención haciendo otras cosas que no tocan en ese instante.
Ordena tu horario
Igual que tener una casa desordenada drena tu energía, tener un horario desordenado también lo hace. Es importante aprender a decir que no a esas personas tóxicas que quieren robarte el tiempo por ejemplo hablando una hora por teléfono contándote banalidades.
No pierdas tu tiempo mirando tiendas de ropa que no puedas pagar o que no necesites. Empieza a ser más realista sobre la cantidad de tiempo libre que tienes para poder realizar otras actividades diferentes a tus obligaciones diarias.
Prioriza en tu lista de tareas
Cada noche, haz una lista de las cosas que tendrás que realizar al día siguiente, todas las que tengas en la cabeza. Después descompón tu lista y señala solo las que son prioritarias, es decir, que no puedes dejar para otro momento. Después las sobrantes sepáralas en otros días e incluso para hacer durante la siguiente semana.
Esto te ayudará a establecer prioridades, ver las tareas juntas te ayudará te ayudará a ver qué es más importante y qué es menos. Hay algunas cosas esenciales que no pueden pasar y que debes hacer todos los días: jugar con tus hijos, reír juntos, abrazar a tus hijos y a tu pareja, relajarte... estas son pequeñas cosas que necesitas hacer cada día para fortalecer el vínculo familiar y también para que tus hijos crezcan felices y emocionalmente sanos.
Simplifica los momentos más estresantes del día
Encuentra la forma de simplificar la rutina de la mañana o el proceso de ir a la cama. Puedes reducir la rutina de la mañana con la familia poniendo temporizadores o preparando el día anterior la ropa a ponerse, las mochilas y el almuerzo.
Si las rutinas de las noches también son estresantes, puedes crear rutinas para todos los días en la hora de ir a dormir. Como cenar, lavarse los dientes, leer un cuento, cantar una canción... ¡y dormir!
Baja la velocidad de la vida
No te acuestes muy tarde y duerme dentro de lo posible, las horas que necesitas. Si no lo haces, es probable que te sientas estresado más de la cuenta cada día. Si no te cuidas, serás mucho menos productivo y menos feliz haciendo lo que tienes que hacer. No solo eso, es un mal ejemplo para tus hijos cuando ven que el estrés se apodera de tu vida ya que cada vez tienes menos tiempo para disfrutar y divertirte con ellos. Así que sal a caminar, haz ejercicio con amigos, busca una buena clase de yoga o incluso pinta mandalas para reducir el estrés.
Evita hacer más de una cosa a la vez o el estrés aumentará en tic cabeza. Aunque a veces es inevitable, intenta centrarte en lo que estás haciendo en un momento determinado. Primero una cosa y después, la otra. Y si estás con tus hijos... ¡no hagas otra cosa!