La gestación subrogada hace referencia a una técnica de reproducción asistida en la que una mujer queda embarazada de un bebé que es de otra persona o pareja. Ambas partes, la persona individual o pareja de padres biológicos y la madre gestante, acuerdan que los primeros facilitan el material genético y éste, mediante Fecundación In Vitro, es fecundado para formar un embrión, que se introduce dentro de la mujer que facilita su útero para ello. También se le llama vientres de alquiler, aunque es una expresión que provoca ofensa a quienes defienden esta práctica, y podríamos añadir que un embarazo no sólo involucra al útero, sino todo el cuerpo y todo el ámbito psicológico de la mujer gestante.
Es un tipo de gestación que utilizan hombres y mujeres que no pueden tener hijos de forma natural o por otras vías de reproducción asistida, parejas homosexuales masculinas y parejas heterosexuales que no pueden gestar hijos. Es definitiva, cuando no se pueda tener hijos biológicos o no se puedan realizar otras técnicas de reproducción asistida, las personas o parejas pueden optar por la gestación subrogada. En países como en España no es legal, aunque se puede acudir al extranjero a realizar este procedimiento, y al volver sí se reconocen como hijos de esa persona o pareja. Es legal en Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, México, Tailandia, India, Ucrania y Rusia, aunque cada país tiene unas normas y una regulación distinta. En algunos, como Brasil, debe existir una relación cosanguínea entre padres biológicos y gestante.
Si en muchos países no es legal la gestación subrogada, es porque genera un gran debate ético, moral, religioso, social y económico. No hay un consenso sobre si es beneficioso o perjudicial que la gestación subrogada sea legal, y las razones son las siguientes:
A Favor: Quienes se posicionan a favor de la gestación subrogada o vientres de alquiler, defienden que actualmente sólo las personas con ingresos económicos altos pueden permitírselo, pues conlleva ir al extranjero y pagar por este procedimiento. Además, consideran que es una manera de que las personas homosexuales y los hombres solteros puedan ser padres. Eso sí, de llevarse a cabo, debería de hacerse de manera altruista, sin cobrar dinero, para que se garantizase que las mujeres lo hicieran libremente, por solidaridad y no arrastradas por la necesidad económica.
En contra: Quienes no están a favor de los vientres de alquiler consideran que es una manera de cosificar el cuerpo femenino, pues no es ético alquilar su cuerpo ni de manera total, ni parcial como es en este caso. Supone un tipo de control sexual de las mujeres, así como el mercado de personas, y la paternidad aunque sea un deseo de muchas personas, no es un derecho, y no se puede anteponer ese deseo sobre la libertad de una mujer. Afirman también que en el debate público no hay suficiente información sobre las implicaciones de este tipo de práctica. Por ejemplo, en los países donde es legal y altruista alquilar el útero es difícil encontrar mujeres voluntarias. También habría implicaciones religiosas, según las cuales, los sectores más conservadores consideran que eso no es natural ni es la manera tradicional de formar una familia, y además permite a los hombres homosexuales tener hijos biológicos.
Ante este panorama, ¿cómo se posicionan los partidos políticos españoles?
Los diferentes partidos no encuentran una línea de acuerdo dentro de sus filas en cuanto a la gestación subrogada. Además, llama la atención que los sectores más conservadores de partidos de derechas y las secciones feministas de los partidos de izquierdas coinciden en su negativa a implantar una regulación de la gestación subrogada.
El Partido Popular
El PP no tiene una posición clara, y es que sus miembros se encuentran divididos. Hay un sector encabezado por Javier Maroto y apoyado por figuras como Cristina Cifuentes o Andrea Levy, que encuentra necesario regular la gestación subrogada. Por otro lado, miembros como Lourdes Méndez consideran que es un tipo de explotación de la mujer. En el Congreso del partido celebrado en febrero de 2017 iban a discutir esta cuestión, pero finalmente la han aplazado.
El PSOE
El PSOE también se encuentra dividido en torno a esta cuestión. El sector feminista de este partido es bastante arraigado, y se encuentra en contra de la regulación de los llamados vientre de alquiler. Sin embargo, también hay personas a favor, y esto se traduce en que el partido, si quiere posicionarse en una dirección, debería abrir un debate importante.
Podemos
Mujeres como Beatriz Gimeno y Carolina Bescansa se encuentran a favor, pero teniendo en cuenta y controlando todos los perjuicios que puede acarrear en la mujer gestante. En televisión también se ha podido oír hablar a Íñigo Errejón de su posición a favor de esta técnica, alegando que todo el mundo tiene derecho a la maternidad o paternidad. Sin embargo, Podemos es un partido muy diverso, al que pertenece gente de diferentes corrientes ideológicas de la izquierda, así como diversos grupos sociales, así que también existe la opinión contraria.
Ciudadanos
Ciudadanos es unánime en cuanto a la gestación subrogada. Algunas de las peticiones del partido es una ley que regule esta vía de ser padres, que las mujeres que participen de ello lo hagan de manera altruista, y que los padres y madres que en la actualidad tienen hijos por esta vía en el extranjero, disfruten de permisos de maternidad y paternidad.
Izquierda Unida
Actualmente, Izquierda Unida ha marcado un rotundo No a la gestación subrogada, decidido por las mujeres miembros del Partido Feminista que forman parte de la formación. Es uno de los pocos partidos donde han sido exclusivamente las mujeres las que han marcado esta línea y el resto ha respetado. Lidia Falcón es una de las portavoces de este sector, y ha explicado en diversas ocasiones y columnas de opinión por qué no debería permitirse este tipo de técnica.
Otras formaciones
UPyD está a favor de la gestación subrogada. En cambio, sectores extremadamente conservadores y religiosos, como el partido Vox, se encuentran totalmente en contra de la gestación subrogada, aunque no son motivos feministas, sino aquellos ligados a factores de conservadurismo, tradición, religión y en contra de un tratamiento igualitario a las familias homosexuales.
La sociedad
Sin embargo, si acudimos a diferentes movimientos sociales, no ligados a ningún partido político, las opiniones de nuevo varían. Los diferentes feminismos pueden tener opiniones diversas, aunque en global, la posición es en contra, pero en los partidos políticos los feminismos no tienen tanta fuerza y por eso hay opiniones divididas. Por otro lado, tampoco ha habido una encuesta general se preguntara a las mujeres si estarían dispuestas a realizar ese acto altruista, o si influiría que hubiera una relación familiar, como ocurre en Brasil, o también de amistad. Lo que sí se ha preguntado, concretamente la empresa Subrogalia, ha sido la opinión sobre su legalización, y un 80% de las personas respondieron sí. Pero, ¿pondría mi cuerpo (un embarazo no sólo afecta al útero) a disposición de otras personas?
La alternativa de la adopción, ¿viable?
Tanto los que están a favor como en contra de la gestación subrogada o vientres de alquiler están de acuerdo en que los trámites y gestión de las adopciones son demasiado largos, pudiendo durar años. Por eso, quienes no quieren legalizar este tipo de embarazos apuestan por agilizar los procesos de adopción, que son los que permiten el derecho a los niños a tener un hogar. Aunque eso permitiría entrar en otro debate, y es que la adopción se considera el último recurso cuando un o una menor tiene unos padres biológicos con los que se ha criado, porque la prioridad es mejorar las condiciones del hogar de origen para que ellos puedan volver ahí. Sin embargo, los procesos de adopción pueden llegar a desesperar a los padres y madres solicitantes, y quizá la sociedad necesitaría tener un conocimiento mayor de los procesos y los porqués de los procesos de adopción.
También sería recomendable empezar a normalizar y concienciarse de la necesidad de poner la crianza por encima de las genética y biología en las relaciones familiares.