Puede decirse que las experiencias vividas en el pasado, pueden alterar el ADN en la vida adulta. Conozcamos un poco más sobre el tema.
ADN y ambiente
Un estudio, de los más completos hasta ahora, relacionado con la expresión de los genes, ha sido el de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos. Científicos de la Universidad, han analizado alrededor de un centenar de genes, responsables de la regulación de la inflamación. El hallazgo vino a destacar que estas partículas de material genético se veían alteradas a raíz de acontecimientos acaecidos durante la infancia de las personas.
Ha podido comprobarse que los genes individuales en el ADN pueden modificarse a través de los procesos denominados epigenéticos. La metilación es un proceso que ocurre en la epigenética. En la metilación, el grupo metilo (-CH3) se combina con la cadena del ADN, no permitiéndole que su función se de con normalidad, esto es existe una interferencia.
Puede decirse que las experiencias vividas en el pasado, pueden alterar el ADN en la vida adultaLa epigenética significa "encima de" la genética. Afecta a la capacidad de expresarse de algunos genes. La epigenética demuestra que se puede modificar el material genético, en relación con estímulos del exterior, no directamente en la estructura del ADN. Como dato relevante se expone, que algo de fuera interfiere en ellos, bien sea un sentimiento, un alimento...
Existen emociones que provocan una sensibilidad mayor en ciertas características, llevando incluso décadas después a percibirse sus efectos adversos. Estos resultados dañinos de nuestra salud pueden haberse originado por algunos genes de nuestro cuerpo. Es preciso saber si estos genes están silenciados o no, debido a los denominados procesos epigenéticos.
El ADN determina nuestras características físicas y aspectos de nuestra personalidad. Incluso puede determinar la salud debido al carácter hereditario de algunas enfermedades. En el estudio de Estados Unidos, los investigadores afirman que las modificaciones que sufre el ADN por el entorno en la infancia del niño, pueden afectar en las enfermedades de la vida adulta del mismo.
La reacción que tiene nuestro cuerpo a daños que se produzcan en él, como infecciones, es la inflamación. La inflamación tiene su vinculación en enfermedades como la diabetes o enfermedades cardiovasculares.
Para explicar todo esto, la inflamación ha sido útil porque pone de relieve que la situación de niños en según qué ambientes, puede desencadenar en la vida adulta una regulación de la inflamación incorrecta.
Relación edad infantil y edad adulta
La gente se va dando cuenta que si a un niño se le proporciona una infancia en un ambiente idóneo, provisto de lo necesario para ser feliz, amado y estar cuidado, en un futuro tendrá todo al alcance de su mano.
En Filipinas, alrededor de los 80, otros investigadores tomaron como participantes a mujeres embarazadas, que se encontraban en diferentes ambientes. Algunas hacían uso de agua potable, otras vivían en una casa y otras no, algunas en zonas urbanas...Al nacer sus hijos se controlaron tanto a ellos como a los ambientes que les rodeaban.
Con 21 años les realizaron análisis de sangre para medir la metilación del ADN en sus genes y las proteínas que se relacionan con la metilación. Como conclusión el entorno tanto social, nutricional..., de los niños, afecta al nivel de proteínas relacionadas con la inflamación de la sangre en su adultez. El ADN tiene la capacidad de cambiar en base a circunstancias que se produzcan. Es de suma importancia el ambiente en la crianza de un hijo.
Se observaría como nuestro cuerpo en la edad adulta hace frente a actuaciones y cambios que ocurren en el sistema inmunológico. Esto afectaría a la probabilidad de desarrollar algunas enfermedades. La etapa de la infancia, claramente es una etapa clave y puede establecer procesos biológicos que pueden afectar a nuestra salud y bienestar en años futuros.
Traumas infantiles y SNC
Pese a los detractores que se encuentran en este estudio, el análisis epidemiológico que realizaron el Dr. Anda y el Dr. Felitti, observó a unos 17000 sujetos. Se llegó a la conclusión que existe relación entre la vida adulta y los problema médicos que puedan surgir y los sucesos en la vida infantil. El estudio demostraba que niños que de mayores sufrían cáncer habían tenido conflictos en su niñez e incluso existían un 20% de posibilidades de hospitalización.
Por otro lado puede hablarse de los telómeros. Los telómeros son partes de los cromosomas compuestas por ADN, no productor de proteínas. Los traumas infantiles, por ejemplo, afectan a este material genético. Los telómeros tienen relación con la expresión y el control. Además participan en el envejecimiento emocional y celular.
Cuando existen emociones en la infancia que pueden dañar o causar una hipersensibilidad en el niño, pueden observarse diferencias en el tamaño y la forma del cerebro. Con el estrés, por ejemplo, se da un menor desarrollo de la materia gris en zonas que se asocian a la toma de decisiones.
La microglía, un mecanismo de defensa del cerebro, tampoco se desarrolla normalmente por los traumas infantiles. Con el tiempo y debido a lo cual, se producen cambios de humor. En la vida adulta, puede traducirse en problemas en las relaciones sociales, sobre todo, de afecto. Puede existir ansiedad y depresión.
La microglía, un mecanismo de defensa del cerebro, tampoco se desarrolla normalmente por los traumas infantilesEl cerebro, como se ha descubierto, no está separado totalmente del cuerpo. Cerebro y cuerpo pueden verse afectados por el sistema inmune. La Red Neuronal por Defecto, RND, son un conjunto de conexiones entre partes del cerebro. Su misión es la coordinación y además procesar nuestras funciones y decisiones. En la vida de un adulto, los sucesos que haya vivido se exponen de uno u otro modo.
Quien durante su etapa como niños ha sufrido algún tipo de problemática, tienen un RND menos funcional que el resto de personas. En la vida adulta tiene dificultades en la toma de decisiones, e incluso problemas de comportamiento.
Es un tema complejo, del que todavía no se tiene toda la información, pero queda mucho camino y mucha información por descubrir y contrastar. Son muchos los estudios que hablan de la relación de experiencias infantiles con sucesos en la vida adulta. Con todo esto podemos entender ciertos comportamientos de personas. Podemos incluso explicarnos, ya con algunas evidencias sobre la mesa, que hechos ocurridos en nuestros primeros años, se relacionan con enfermedades futuras y pueden afectarnos durante toda la vida.