La vida de un niño está sometida a cambios que no controla, porque es el adulto quien lleva las riendas de cada cosa que pasa en su vida. Los niños de cualquier edad se enfrentan a cambios a diario. Cuando un niño crece y sabe qué esperar, incluso aunque no le guste lo que espera, se siente tranquilo y seguro. Cuando se crea un entorno estructurado en la vida de los niños, se podrán prevenir los problemas de conducta.
En cambio, cuando un niño no sabe qué esperar, sentirá ansiedad y angustia. empezarán a sentir inseguridades y a causa de este malestar emocional, tendrá un mal comportamiento. Un comportamiento inadecuado a causa de unas emociones incómodas por sentirse inseguro o con un ambiente poco estable.
Beneficios
Estructurar el día significa crear una rutina regular. Por lo que quizá tengas que programar tiempo para el despertar, para las comidas, la merienda, la hora de la siesta, de los deberes, del baño, del tiempo libre y para ir a la cama cada noche.
Las reglas y seguir una rutina puede hacer que los demás piensen que eres demasiado 'estricto', pero lo que importa es que mires por el bien de tu familia. Solo se trata de estructurar el día familiar, para promover el buen comportamiento y la tranquilidad de todos. Aunque en ocasiones tengas que ser flexible, las rutinas deberán ser prioritarias la mayor parte del tiempo.
Los niños se sienten seguros con la estructura diaria porque serán capaces de interiorizar las normas, podrán auto regularse, sabrán cómo disfrutar de la gratificación o de experimentar la frustración cuando las cosas no salen como esperan. En general, sabrán qué es lo que tiene que pasar y se sentirán mucho mejor.
Por si fuese poco, una buena estructura diaria también potencia la independencia en los niños. Sabrán cuáles son sus tareas a cada momento, ya sea a primera hora de la mañana (como cepillarse los dientes, vestirse, desayunar...), como a última hora de la noche (ponerse el pijama, cenar, cepillarse los dientes, preparar la ropa y mochila para el día siguiente, leer un cuento y dormir). Esto mejorará su autoestima y hará que confíe en sí mismo mejorando en todos los aspectos de su vida.
Junto con todos estos beneficios, y seguidamente, gracias a todo esto, se puede tener un mejor comportamiento porque sabrá qué esperar. Tendrá menos ansiedad y disfrutará más de cada momento. Tú te tendrás que preocupar menos por cómo se comportará según en qué situaciones porque lo tendréis los dos, más controlado.
Cómo hacerlo
Si tus días son demasiado caóticos, quizá no sepas ni por dónde empezar. Lo primero que tienes que hacer es pensar en cómo son vuestros días. ¿Qué actividades tenéis que realizar? ¿Cuáles son vuestros horarios o las tareas a realizar? Los días deberán tener en cuenta: los horarios de trabajo de los padres, el horario escolar, el horario de las actividades extraescolares, tiempo de estudio en casa, tiempo de tareas domésticas, tiempo de juego libre en casa o fuera de ella, tiempo de higiene y alimentación, etc.
Tú sabes mejor que nadie cuáles son las necesidades de tu familia y la estructura deberá ceñirse a eso. Lo ideal es crear un horario familiar donde queden plasmadas todas las actividades de todos los miembros de la familia. Cuanto más visual sea mejor y deberá estar en un lugar visible de la casa, donde todos los miembros de la familia puedan acceder a mirarlo siempre que quieran.
Incluso, además de tener el horario puesto en un lugar visible, tanto tú como tus hijos, si tenéis agenda de uso diario, podéis escribir las tareas cada día para saber qué tenéis que hacer cada uno en cada momento. Esto es ideal para estructurar el día, pero también la mente. Esto ayudará a los niños a sentirse más seguros y por tanto, a tener un mejor comportamiento durante el día.
Esto no es un trabajo de un día para otro, se requieren semanas e incluso algunos meses que una familia se organice casi de forma automática con las rutinas. El trabajo constante, la paciencia y la persistencia son claves en todo esto. ¡No pueden faltar las reglas en casa!