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Diferencias entre el castigo y una buena disciplina
Diferencias entre el castigo y una buena disciplina

DISCIPLINA

Diferencias entre el castigo y una buena disciplina

Comprende las diferencias entre el castigo y la buena disciplina para educar a tus hijos dentro del respeto, la confianza y la comunicación.

Cuando se trata de corregir una mala conducta en los niños, hay que saber diferenciar entre el castigo y la buena disciplina. Mientras que el castigo es un acto punitivo que hace que el niño sufra por haber roto las reglas, la buena disciplina trata de enseñar a cómo hacer una buena elección la próxima vez y que el niño sienta cierto control ante sus propias decisiones.

El castigo

El castigo hará que tu hijo sienta rencor hacia ti porque le obligas a hacer algo que no quiere y que encima no le gusta. Se trata de que el niño 'pague' en cierto modo por los errores que ha cometido. No existe preocupación para que mejore el comportamiento en el futuro, solo se castiga la acción sin tener en cuenta sus pensamientos o emociones. En la gran mayoría de ocasiones, el deseo de infligir un castigo proviene de los sentimientos de frustración de los padres. En otras, surge de la desesperación.  Un padre puede sentirse obligado a gritar, pegar o eliminar todos los privilegios que haya tenido un niño en un esfuerzo por enviar un mensaje claro de que su comportamiento cambiará a las buenas o 'a las malas'.

El castigo se trata de controlar a un niño, en lugar de enseñarle cómo controlarse a sí mismo.  Muy a menudo, el castigo cambia la forma en que un niño piensa sobre sí mismo. Un niño que suele aguantar castigos acaba pensando que si le castigan tanto es porque 'es malo' en lugar de pensar que hizo una mala elección... acabará pensando que es una mala persona y actuará en consecuencia a estos pensamientos.

El castigo se trata de controlar a un niño, en lugar de enseñarle cómo controlarse a sí mismoEl castigo se trata de controlar a un niño, en lugar de enseñarle cómo controlarse a sí mismo

Los padres que son más autoritarios son más propensos a castigar a los niños. El castigo, como una paliza, está destinado a infligir dolor físico y sufrimiento. Otros ejemplos de castigo pueden incluir forzar a un adolescente a que sostenga un letrero que diga "robo en las tiendas" y que todo el mundo se ría de él. Esto es humillación.

El problema de castigar

Los castigos no enseñan a los niños cómo comportarse. Un niño que recibe una paliza por golpear a su hermano no aprende a resolver el conflicto pacíficamente. En cambio, se sentirá confundido acerca de por qué está bien que lo golpees, pero no está bien que golpee a su hermano (hay que recordar también que pegar a un niño es maltrato físico y por tanto, es delito y está penado por la Ley).

El castigo también les enseña a los niños que no pueden controlarse a sí mismos.  Aprenden que sus padres deben manejar su comportamiento porque no pueden hacerlo por sí mismos... Y comienzan los problemas de autoestima y confianza en uno mismo. Con el castigo no existe reflexión de que pueden hacerlo mejor la próxima vez, solo sentirá rencor y querrá venganza.

La buena disciplina enseña a los niños nuevas habilidades, como la forma de manejar su comportamiento, resolver problemas y manejar emociones incómodasLa buena disciplina enseña a los niños nuevas habilidades, como la forma de manejar su comportamiento, resolver problemas y manejar emociones incómodas

La buena disciplina

La buena disciplina enseña a los niños nuevas habilidades, como la forma de manejar su comportamiento, resolver problemas y manejar emociones incómodas . La disciplina ayuda a los niños a aprender de sus errores y les enseña formas socialmente apropiadas de lidiar con las emociones, como la ira y la desilusión. Las técnicas de disciplina incluyen estrategias como el tiempo de espera  o la eliminación de privilegios.  El objetivo es dar a los niños una clara consecuencia negativa que lo ayudará a tomar una mejor decisión en el futuro. 

La disciplina saludable implica dar a los niños reglas claras y consecuencias negativas consistentes  cuando rompen las reglas. Las consecuencias también son sensibles al tiempo. Entonces, mientras que el castigo puede implicar que un padre elimine todos los artículos electrónicos de manera indefinida, la disciplina puede implicar quitarle el televisor durante 24 horas cuando un niño se niega a apagarlo. Así después podrá tener la opción de escoger un mejor comportamiento para no tener la tele apagada otro día entero.

Los beneficios de la buena disciplina

La disciplina es proactiva, en lugar de reactiva. Previene muchos problemas de comportamiento y garantiza que los niños aprendan activamente de sus errores. Los elogios, las recompensas... el refuerzo positivo fomenta el buen comportamiento y proporciona a los niños motivaciones para seguir las reglas.

La disciplina también fomenta relaciones positivas entre padres e hijos. Muy a menudo, esa relación positiva reduce el mal comportamiento de búsqueda de atención y motiva a los niños a comportarse bien.

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