Cuando a los niños les empieza a subir la fiebre es un indicador claro de que su organismo está luchando para combatir contra alguna infección o bacterias. La fiebre es una señal de lucha del cuerpo. Muchos padres cuando los niños tienen algunas décimas rápidamente le dan medicamentos para que se les baje la fiebre cuanto antes, de esta forma sus pequeños se encontrarán mejor, pero, ¿realmente es buena idea?
Cuando el niño tiene unas décimas
Cuando llevas a tu hijo al pediatra por la fiebre, lo primero que te preguntará es cuánto de alta ha sido la fiebre en los últimos tres días. Si la fiebre es más de 38'5 grados es probable que te indique que le des el medicamento correcto para bajar la fiebre pero cuando no llega a los 38'5 grados te dirá probablemente, que esperes para darle la medicación porque su cuerpo está luchando con la infección y si le bajas el ritmo de lucha, el niño no tendrá las defensas suficientes para poder luchar de forma interna.
Cuando la temperatura es tan solo de unas décimas no hay que darle ningún tipo de medicación a los niños para que su cuerpo esté trabajando para luchar contra la infección. Tu médico te puede orientar pero si tiene entre 37 y 38 grados de fiebre, entonces, no te preocupes en exceso. Si pasa de 38'5 grados y le das la medicación y le baja la fiebre correctamente dentro del tiempo habitual, también estará teniendo una buena evolución. El peligro estará si le das la medicación para que baje la fiebre y la alternas con otros medicamentos adecuados (por ejemplo alternas cada cuatro horas Apiretal con Junifen) y la fiebre no le baja... Entonces, el problema puede ser más grave y deberás acudir a tu médico rápidamente para saber qué ocurre y buscar la solución más adecuada.
Las fiebres demasiado altas y las preocupaciones más comunes
Muchos padres tienen miedo de que si sube un pico de fiebre pueda causar daños cerebrales a sus hijos. Las fiebres por infección no causan daños cerebrales, solo las temperaturas corporales muy altas pueden causar daños, como por ejemplo cuando un niño está encerrado en un coche y hace calor, el cuerpo del niño empieza a calentarse mucho, aparece la fiebre y esto sí puede causar daño cerebral.
Otra preocupación común es si al niño le sube la fiebre, si puede tener convulsiones febriles. Las convulsiones febriles no son habituales ya que solo alrededor del 4% de los niños pueden desencadenar convulsiones febriles y si ocurre, se suele detener a los 5 minutos y no causan daños permanentes. Los niños que tienen convulsiones febriles no tienen riesgo de retrasos en el desarrollo, ni de problemas de aprendizaje ni de sufrir epilepsia.
El tratamiento de la fiebre
No todas las fiebres deben ser tratadas, solo si causan molestias y para saberlo, además de tomar la temperatura y saber que realmente ha pasado de más de 38'5 grados, también es muy importante tener en cuenta cómo está actuando el niño. Si el niño está irritado, demasiado decaído... entonces será buena idea. Pero si el niño está jugando tranquilamente es que no tiene suficiente fiebre como para sentirse.
Además, cabe recordar que la fiebre no sube hasta el infinito, normalmente tiene un techo de fiebre y no va a más con infecciones habituales. Aunque sí pueden haber casos de subidas peligrosas y en estos casos es muy importante dar el medicamento correspondiente para bajar la fiebre. Si la fiebre no baja debe ser algo serio, es decir que esté causada por un virus o una bacteria y es necesario tener en cuenta los síntomas. Los virus pueden ser graves y es importante que el pediatra valore qué lo causa.