La fiebre es un síntoma que se encuentra presente en casi todas las enfermedades y aunque se trate de un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante una infección, es cuando esta aparece cuando comenzamos a preocuparnos por los riesgos que puede ocasionar. Cuando se trata de la primera fiebre que nuestro bebé sufre en su vida, siempre de 0 a 3 meses, llegamos a sentir verdadero pavor. Ver a nuestro pequeño tan indefenso y tan frágil sufrir una enfermedad es una situación muy complicada para los padres, sobre todo para los primerizos, pero lo que estos no piensan es que la fiebre es un mecanismo de defensa, por lo tanto esto quiere decir que nuestro pequeño está preparado para luchas contra los virus que le vayan afectar.
La fiebre en un bebé de 0 a 3 meses ¿Cuáles son sus riesgos ?
En los casos de los recién nacidos, hasta los 3 meses de vida, no tiene por qué significar que nuestro bebé tiene una enfermedad o alguna infección por la que está luchando su organismo. Hay varios factores que pueden afectar a nuestro pequeño y no todos están relacionados con la enfermedad.
Los bebés de entre 0 y 3 meses se encuentran todavía en un estado de constante formación por lo que su sistema todavía es muy inmaduro y esto puede provocar en algunas ocasiones que no sea capaz de regular bien la temperatura y aumentarle sin ningún motivo aparente.
Hay en algunas ocasiones en las que situaciones de mucho calor o de demasiado abrigo puede provocarle también una subida de temperatura, por lo que debemos evitar que los recién nacidos hasta los 3 meses de vida, viva situaciones de calor extremo y no lo abrigaremos de forma excesiva ya que esto es un motivo muy común para que el bebé sufra una subida de temperatura. Intenta tener siempre un buen termómetro digital a mano
La deshidratación en los recién nacidos es otro de los motivos por los que puede producirse un aumento en la temperatura corporal. Esto es debido a que su organismo, en una situación de deshidratación, aumenta su temperatura para intentar controlar los líquidos que a este le quedan en el cuerpo. Por ello debemos mantener bien hidratados a nuestro bebé, ya sea con leche, con agua destilada o con infusiones como por ejemplo manzanilla.
Si ninguno de los tres motivos anteriores le está afectando al recién nacido, en ese caso puede ser que el pequeño sufra alguna infección por lo que es en este caso cuando ya debemos acudir al pediatra a que le haga una revisión para saber si nuestro hijo está sufriendo alguna enfermedad o alguna infección y por lo tanto puede conllevar riesgos para él.
Normalmente las enfermedades en los recién nacidos vienen acompañadas por otros síntomas aparte de la fiebre, por lo que esto puede darnos pistas de si realmente es un caso de los citados anteriormente o se trata de una enfermedad o infección. Si vemos que nuestro bebé tiene la piel pálida o presenta mal color, se muestra inquieto y nervioso, tiene náuseas y vómitos o respira con dificultad, seguramente nuestro hijo esté enfermo y tengamos que acudir al pediatra para que lo diagnostique de forma definitiva.
Cómo bajar la fiebre en un recién nacido de 0 a 3 meses
Ante la muestra de fiebre en recién nacidos debemos acudir al pediatra, porque son aún muy vulnerables. En el caso de que no se trate de una enfermedad o infección, hay algunos remedios a través de los cuales podemos bajar la fiebre sin tener que recurrir a los medicamentos y también reduciremos los riesgos que la fiebre provoca en él.
- Quitarle algo de ropa durante unos 15 o 20 minutos y volverle a tomar la temperatura de nuevo para ver si se trataba de un exceso de abrigo.
- Darle un baño de agua a unos 28 grados aproximadamente, sin meter la cabeza dentro del agua y durante aproximadamente unos 10 minutos puede ser muy efectivo a la hora de bajar la fiebre de nuestro bebé.
- Ponerle en la frente compresas de agua a unos 28 grados, para que la fiebre remita.
Estos consejos, que seguro que tus padres utilizaron en tu infancia cuando tenías fiebre, son los más efectivos a la hora de bajar la fiebre cuando se trata de un recién nacido que no presenta síntomas de enfermedad o infección.