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Convulsiones febriles en niños, descubre qué son estos angustiosos episodios
Convulsiones febriles en niños, descubre qué son estos angustiosos episodios

FIEBRE

Convulsiones febriles en niños, descubre qué son estos angustiosos episodios

Las convulsiones febriles son episodios en los que el niño empieza a agitarse y pierde el conocimiento, debido a la fiebre.

Generalmente las convulsiones se dan al subir muy rápidamente por encima de los 38 gradosGeneralmente las convulsiones se dan al subir muy rápidamente por encima de los 38 grados

El niño se pone rígido y comienza acto seguido a sacudir sus extremidades, sus ojos se le ponen en blanco y su cara cambia totalmente de color. Muchos padres han presenciado esto en sus hijos, y es un fenómeno fácilmente identificable: convulsiones febriles.

Las convulsiones febriles, o convulsiones inducidas por la fiebre, son unos episodios muy curiosos, porque a la vez que son totalmente inofensivos, se trata de una de las situaciones más aterradoras por las que puede pasar un padre o familiar en su vida. Ocurren cuando al niño tiene alguna enfermedad que le produce fiebre, y lo que ocurre es que su temperatura corporal sube muy rápido, normalmente por encima de los 38 grados, y suele ser el primer día de la enfermedad. Tal y como informa la Fundació Hospital de Nens de Barcelona, el 2-3% de los niños de entre 6 meses y 6 años lo sufren alguna vez en su vida, y es más probable si los padres también los tuvieron de pequeños.

Cómo son las convulsiones febriles

Cuando se produce este episodio, el niño queda inconsciente, y empieza a sacudir y agitar brazos y piernas. Esto se acompaña de rigidez en el cuerpo, ya sea generalizada o focalizada en una zona concreta. Generalmente el niño pierde la conciencia y queda con la mirada desviada a un lado y fija, y no responde a la voz de los padres. Todo esto puede ir acompañado de micción o defecación involuntarias, coloración azul de los labios o el chupeteo de los mismos.

Las convulsiones suelen durar entre unos segundos y 10 minutos, siendo anormal una duración de más de 15 minutos. Después, el niño suele quedarse dormido.

Llevaremos al niño al médico para que lo exploren, pero suelen ser episodios inofensivosLlevaremos al niño al médico para que lo exploren, pero suelen ser episodios inofensivos

Qué hacer si el niño empieza a tener convulsiones

Una vez que hemos identificado que lo que le pasa a nuestro hijo es una convulsión inducida por fiebre, debemos mantener la calma, aunque nos cueste. Recostaremos al niño de lado o boca abajo para evitar que se pueda atragantar, y esperaremos a que pase. Pero no le moveremos. Si tiene algo en la boca, se lo retiraremos, y le aflojaremos la ropa si esta está apretada o le tiene muy tapado.

Después, una vez finalizada la convulsión, llevaremos al niño al médico de urgencias para que le examine. Esto es especialmente importante si la convulsión dura más de 3 minutos. La razón es examinar el origen de la fiebre y explorar el estado de salud general del niño.

Hemos de recordar que el niño no corre peligro, y muchos expertos recuerdan que en estos casos lo que resultaría mortal sería tener un accidente de tráfico propiciado por la prisa y el miedo a que al niño le ocurra algo. Si no nos vemos con capacidad de llevar al volante debido a los nervios, llamaremos a la ambulancia.

Qué no debemos hacer

Ante estas situaciones, sólo podemos esperar a que terminen, y aunque la causa sea la fiebre, no debemos hacer nada de lo siguiente:

- Cuando le den las convulsiones al niño, no debemos moverlo, ni evitar detener las convulsiones sujetándolo. Como decíamos antes, le moveremos sólo para recostarle.

- No le introduciremos nada en la boca para evitar que se trague la lengua. Sólo estaremos atentos a que ésta no le impida respirar, y en tal caso, sacársela hacia afuera.

- No les bañaremos ni les aplicaremos agua fría. Sólo le aflojaremos la ropa.

- No le daremos medicación.

¿Las convulsiones febriles dejan secuelas?

Las convulsiones febriles no tienen ningún tipo de consecuencias en el cerebro del niño. Sí tendría consecuencias que se cayera sobre algún objeto con el que se pudiera golpear, o que al sacudirse se golpee con algo. Por ello hay que retirar todos los objetos de alrededor.

Cuando el niño se ponga enfermo controlaremos su temperatura para evitar que subaCuando el niño se ponga enfermo controlaremos su temperatura para evitar que suba

¿Se va a repetir?

A la mayoría de los niños que sufren un episodio de convulsiones no les vuelve a ocurrir. Sin embargo, a un 15% les puede volver a ocurrir, especialmente en aquellos que han tenido su primer episodio a edades muy tempranas, si tienen antecedentes familiares, o si suelen darse con temperaturas febriles no muy altas. A partir de los 6 años, podemos asegurarnos de que no volverán a ocurrir.

Desafortunadamente, no se pueden predecir ni prevenir las convulsiones de este tipo, sólo podemos intentar controlar la fiebre dándole a nuestro hijo un antitérmico cuando empiece a encontrarse mal.

¿Tiene mi hijo una enfermedad grave, como epilepsia o meningitis?

No, sólo entre el 2 y el 4% de los niños con convulsiones febriles desarrollan epilepsia, y esto ocurre normalmente porque estos niños ya tienen unas condiciones cerebrales que les llevan a padecer esa enfermedad.

Cuando el pediatra explora a nuestro hijo o hija tras una crisis de este tipo, descarta la presencia de alguna enfermedad del sistema nervioso, como la meningitis. Sin embargo, no debemos darle excesivas vueltas, porque si hubiera meningitis se darían también otros síntomas.

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