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Cuidado con hacer demasiadas cosquillas a tus hijos
Cuidado con hacer demasiadas cosquillas a tus hijos

CUIDADO

Cuidado con hacer demasiadas cosquillas a tus hijos

¿Sueles hacer muchas cosquillas a tus hijos porque piensas que es divertido y no paras aunque te lo pida? Entonces sigue leyendo porque esto te interesa...

Hacerle cosquillas a los hijos puede provocar momentos de alegría y gritos de risa... pero hay algunas teorías que dicen que las cosquillas no son tan buenas como parecen si se hacen demasiadas. Pero, ¿qué hay de verdad en la idea de que hacerle cosquillas a un niño pueda tener algo negativo?

¿Es malo?

Que tu hijo se ría mucho no significa que esté disfrutando de las cosquillas. Los humanos ríen cuando se les hacen cosquillas como una respuesta automática, como cuando se estornuda, es algo que no se puede controlar... simplemente sucede. Las cosquillas incluso, se utilizó en épocas pasadas como una forma de tortura (se podían morir de la risa por un paro cardíaco, asfixia o provocando derrames cerebrales provocados por el estrés extremo que causan las cosquillas continuas y no deseadas).

Por lo que, sabiendo esto, es necesario entender que la risa de un niño con las cosquillas no significa que le guste o que quiera que sigas haciéndole cosquillas. Para ti es gratificante escuchar su risa, pero en realidad, para él, puede ser muy molesto.

El efecto de las cosquillas en el cuerpo

Si obligas a tu hijo que aguante las cosquillas también puedes estar enviándole un mensaje peligroso sobre la autonomía del cuerpo. Desde la perspectiva de un niño, estás forzando la idea de que un adulto tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo (el del niño), aunque pida que pare o que no lo haga.

Aunque es un pensamiento que a los padres les da miedo, es un mensaje que se envía sin maldad ninguna. Es necesario considerarlo y tener la responsabilidad de enseñar a los niños a que ellos tienen el control de su cuerpo y si dicen que quieren que pares de hacerle cosquillas, simplemente, para. De esta manera le darás autonomía y verá la importancia de respetarle cuando no quiero que le toquen. Así si alguna vez estuvieran en una situación de abuso, podrán reconocer que lo que le hace el otro adulto, no está bien.

Que tu hijo se ría mucho no significa que esté disfrutando de las cosquillasQue tu hijo se ría mucho no significa que esté disfrutando de las cosquillas

Autonomía en los niños

Los niños necesitan aprender a tomar sus propias decisiones en la vida, de esta manera en el futuro podrán resolver mejor los problemas y tomarán decisiones más acertadas. Los padres que permiten que sus hijos descubran qué quieren hacer en cada momento, podrán desarrollar una mejor activad cerebral ejecutiva.

De esta manera, tus hijos deberán tomar la decisión de si quieren o no que les hagas cosquillas. Es una manera de que tu hijo pueda expresar sus opciones y el control sobre su cuerpo.

Los seres humanos necesitan contacto físico para sobrevivirLos seres humanos necesitan contacto físico para sobrevivir

Elige otras formas para conectar físicamente

La conexión física, como el contacto físico real entre un padre y un hijo, es fundamental. Los seres humanos necesitan contacto físico para sobrevivir y prosperar. También hay otras formas de fomentar el vínculo físico entre un padre y un hijo dejando las cosquillas a un lado... porque cuando las cosquillas no son deseadas se puede considerar incluso, como una agresión. Otras formas de conexión incluyen:

Leer juntos un cuento. Por la noche antes de dormir, es una buena idea para meterte en la cama con tu hijo o acurrucaros en el sofá y leer los cuentos que queráis juntos. Podéis potenciar el lenguaje y además potenciar un contacto físico y una cercanía emocional saludable.

Hacer un masaje. Los masajes son relajantes y ayudan a tener un contacto físico cercano. Pero es importante solo hacer masajes en zonas neutras donde no se sienta incómodo cuando las tocas. "Las zonas prohibidas" del cuerpo no se deben utilizar para hacer masajes y además, hay que advertir a los niños de que esas zonas solo las puede tocar él mismo o el médico solo si es absolutamente necesario.

Juegos de contacto como montar a caballito, concurso de abrazos, etc. Tu hijo deberá tener el control del cuerpo y decidir si quiere o no que haya contacto físico contigo.

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