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Ayuda a tus hijos a superar el miedo a la oscuridad
Ayuda a tus hijos a superar el miedo a la oscuridad

FOBIAS

Ayuda a tus hijos a superar el miedo a la oscuridad

La oscuridad es una clásica fuente de miedo en los niños cuando empiezan a desarrollar la imaginación, y se puede eliminar.

Ayudar a eliminar estos miedos evitará que se puedan convertir en fobias con el tiempoAyudar a eliminar estos miedos evitará que se puedan convertir en fobias con el tiempo

Un problema común al que se enfrentan muchos padres es el miedo a la oscuridad que tienen sus hijos pequeños. Es uno de los miedos más comunes en la infancia y no tiene porque suponer ningún problema. Durante la infancia el niño suele experimentar un amplio rango de miedos que son normales y por los que pasan casi todos. Algunos ejemplos de estos miedos son: miedo a la oscuridad, animales, personas desconocidas, separación de sus seres queridos, etc. Este tipo de miedos afecta en torno a la mitad de los niños y no son patológicos en principio. Son miedos que aunque son molestos, con el tiempo se acaban superando (según el grado de madurez del niño).

Pero, ¿por qué tiene miedo a la oscuridad?

En primer lugar, tenemos que definir si nuestro hijo realmente tiene miedo a la oscuridad o es aburrimiento. Hay niños que asocian la oscuridad con el final del día, y eso significa que la jornada ha terminado y que es hora de irse a dormir. Ya no hay más juegos, tampoco hay más actividades o tiempo para estar en la televisión. Los padres se van a dormir agotados y el niño se queda en su habitación, aburrido y solo.

Otras veces si existe un miedo real totalmente comprensible y normal, que se acabará pasando con el tiempo. A partir de los 3 años el niño empieza a desarrollar la imaginación, en estas edades los niños llegan a creerse sus propias fantasías y pueden pasarlo realmente mal. En ese sentido la oscuridad se convierte en un nido de monstruos, fantasmas y extraños que quieren hacerle daño. Este miedo suele presentarse a partir de los 3-4 años y sobre los 9-10 años desaparece por sí solo. En estas edades la ansiedad ante lo desconocido se "transforma" y evoluciona a otros miedos o fobias más elaborados típicos de preadolescentes (miedo al ridículo, ansiedad social, al fracaso...).

Los niños no deben asociar la luz a lo bueno y seguro y la oscuridad a lo maloLos niños no deben asociar la luz a lo bueno y seguro y la oscuridad a lo malo

¿Cómo ayudo a mi hijo a superar el miedo a la oscuridad?

Como estamos hablando de miedos "normales" (por el que la mayoría de los niños pasan) podemos ayudarles nosotros mismos con un poco de paciencia y comprensión. Para quitar los miedos no queda otra que enfrentarlos, da igual del tipo que sea. Por eso, tenemos que tener paciencia e ir exponiendo poco a poco a los niños a la situación temida, acompañándole durante ese proceso.

1- No enciendas la luz.

Muchos niños se despiertan en mitad de la noche y se ponen a llorar. Si los padres cuando acuden a verlo encienden la luz y luego le consuelan, lo único que conseguirán es fortalecer al miedo y quizá convertirlo en una fobia. Le estamos enseñando que la oscuridad da miedo pero que la luz es "buena" porque que cuando está encendida todo está bien y en calma. Lo mejor es consolarlo con la luz apagada y no encender la luz hasta que el niño haya dejado de llorar. Una vez que ya se haya tranquilizado podemos encender una lamparilla, pero nunca antes.

Nunca debemos reírnos de una fobia

2- No menospreciar sus miedos

Desgraciadamente son muy comunes los padres que se burlan si sus hijos varones son los que tienen miedo. Nunca debemos llamarle cobarde o compararle con hermanos u otros familiares. Lo único que se conseguirá es avergonzarlo y bajarle la autoestima. No va a dejar de tener miedo a la oscuridad solo porque alguien se lo recuerde continuamente. Sin embargo, felicitarle por los pequeños momentos de valentía si será eficaz porque poco a poco el niño irá ganando confianza en sí mismo y se verá capaz de enfrentarse a sus miedos.

Tampoco le fuerces a estar en una habitación a oscuras si él no quiere porque entonces asociará la oscuridad con el castigo.

3- Crea una rutina a la hora de ir a dormir

Antes de ir a la cama seguid siempre los mismos pasos. Un baño, cenar, ver un ratito la tele, cepillarse los dientes, ponerse el pijama, leer un rato en la cama... Las rutinas dan mucha seguridad a los pequeños porque tienen un final predecible. Tienen que entender que apagar la luz forma parte de "esa rutina" que es necesaria para poder dormir bien. Por otro lado, es recomendable que controles la programación o compruebes si los videojuegos son acordes a su edad. Vigila lo que ve tu hijo en la televisión para que no vaya nervioso a la cama.

4- Juega con él a oscuras

Enséñale que la oscuridad puede ser divertida. Primero jugad a juegos en los que requiera taparse los ojos, como la gallinita ciega o Marco Polo.

Después probad a hacer un campamento en la habitación. Coloca unas sábanas viejas a modo de tienda de campaña y meteros dentro. En medio de vosotros dos podéis poner una lamparita o una linterna grande. Podéis que imaginaros que estáis en un camping en mitad del bosque.

Las películas de miedo les ayudan a avivar el miedoLas películas de miedo les ayudan a avivar el miedo

Los padres pueden jugar a las sombras chinescas con él, uno alumbra la pared y otro hace formas de animales, o a imitar animales del bosque, uno de los padres de va a la habitación de al lado e imita animales. El otro se queda con el niño, y juntos tienen que adivinar de que animal se trata. Este tipo de juegos tienen el objetivo de que el niño se vaya aproximando poco a poco a la oscuridad y que vea que también la oscuridad puede ser divertida.

¿Cuándo debo acudir a un profesional?

Cuando observas que el comportamiento de tu hijo ya no es normal y es demasiado exagerado ya estaremos hablando de una fobia específica con inicio en la infancia. Se caracteriza porque el niño tiene un miedo irracional ante la presencia o anticipación de algo (en este caso el miedo a la oscuridad). Tiene que persistir al menos durante 6 meses en el tiempo y además tiene que entorpecer de alguna manera con su vida familiar, escolar y social (por ejemplo, que por culpa del miedo no sea capaz de ir de campamento o no rinda bien en clase).

En esos casos un psicólogo infantil podrá diseñar un mejor tratamiento para vuestro hijo, basado en sus necesidades y características específicas y os podrá asesorar mejor. Las fobias específicas son muy fáciles de tratar en comparación a otros trastornos, pero no hay que dejarlo pasar.

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