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Ayuda a tu hijo a vencer el miedo a los monstruos en la oscuridad
Ayuda a tu hijo a vencer el miedo a los monstruos en la oscuridad

MIEDOS

Ayuda a tu hijo a vencer el miedo a los monstruos en la oscuridad

Los miedos y la ansiedad es normal y necesaria en los niños, pero, ¿cómo puedes ayudar a tus hijos a vencerlos?

Quizá para ti las cosas que le dan mucho miedo a tu hijo, a ti no te resultan para nada problemáticas... pero lo que a ti te puede dar risa, a tus hijos pueden atemorizarle. Hay cosas fáciles de entender para los adultos pero no lo son tanto para los niños. Cualquier persona (de cualquier edad) puede experimentar ansiedad o miedo en algún momento de su vida.

Sentir esta ansiedad en una situación incómoda es angustiante para cualquiera. Sin embargo, para los niños estos sentimientos además de normales, son necesarios para su desarrollo. Lidiar con las ansiedades puede preparar a los niños a controlar mejor experiencias angustiantes y las situaciones más desafiantes que se les puedan presentar en la vida.

Miedos y ansiedades normales

Tener ansiedades y miedos son normales, la ansiedad se define como la aprehensión sin causa aparente. Por lo general, ocurre cuando no hay una amenaza inmediata para la seguridad o el bienestar de una persona, pero la amenaza parece real. La ansiedad hace que alguien quiera escapar de la situación lo más rápido posible.  El corazón late rápidamente, el cuerpo puede comenzar a transpirar, y pronto aparecerán sensaciones en el estómago. 

Sin embargo, tener miedos o ansiedades sobre ciertas cosas también puede ser útil porque hace que los niños se comporten de una manera segura. Por ejemplo, un niño con miedo al fuego evitaría jugar con un mechero.

Tener ansiedades y miedos son normales, la ansiedad se define como la aprehensión sin causa aparenteTener ansiedades y miedos son normales, la ansiedad se define como la aprehensión sin causa aparente

Los miedos cambian a medida que se desarrollan los niños

La naturaleza de las ansiedad y los miedos cambian a medida que los niños crecen y se desarrollan. Los bebés experimentan una ansiedad de separación y no quieren estar con personas que no conocen y que no son sus padres.

Los niños de entre 9 y 18 meses seguirán con la ansiedad por separación pero se sentirán aún más angustiados emocionalmente cuando uno o ambos padres se van de su lado. Los niños de 4 a 6 años tendrán ansiedad por cosas que no están basadas en la realidad, como el miedo a los monstruos o a los fantasmas.

Señales de ansiedad en los niños

Existen temores típicos en la infancia que cambian con la edad. Puede ser el miedo a los extraños, a la oscuridad, a los animales, a los bichos, a la soledad... los niños pueden tener cosas o situaciones después de haber tenido una experiencia desagradable. Por ejemplo pueden temer a los coches después de haber visto en las noticias un accidente de coche con fallecidos o miedo a los gatos después de haber sido arañado por uno.

Los adolescentes pueden tener ansiedad relacionada con las amistades o el redimiendo académico. Es necesario que los padres nunca se burlen de las ansiedades de sus hijos y que siempre les escuchen desde la comprensión y la empatía para poder ayudarle a superar los miedos.

Que supere sus miedos

Tú puedes ayudar a tu hijo a superar sus miedos. Esto lo puedes conseguir si tu hijo aprende a desarrollar habilidades de manejo de situaciones de ansiedad y que tenga confianza para superar los miedos y evitar que se conviertan en reacciones más peligrosas, como las fobias.

Reconoce que tiene miedo real

Aunque te parezca un miedo 'tonto', para tu hijo no es y lo siente real. Siente ansiedad y miedo. Es necesario que hables con tu hijo sobre los miedos que tiene. Si tu hijo habla sobre lo que le sucede tendrá menos poder sobre sus emociones.

No menosprecies su miedo

En ocasiones los padres menosprecian el miedo de sus hijos como una forma de obligar a los niños a que lo superen, pero esto es contraproducente. Tu hijo se sentirá humillado y no confiará en ti para explicarte lo que le ocurre.

No refuerces los miedos

Si por ejemplo tu hijo tiene miedo a los gatos y si veis uno por la calle cruzas de acera para que no se cruce con él, solo estarás reforzando que los gatos deben ser temidos y evitados. Es mejor ofrecer apoyo y cuidado a medida que el niño se acerca al gato.

Enséñale a entender su miedo

Un niño puede visualizar la intensidad del miedo en una escala de 1 a 10, siendo 10 el más fuerte,. Así podrás saber cuál es la intensidad del miedo que está sintiendo. Los niños más pequeños pueden pensar cuán "llenos de miedo" están, con estar "llenos hasta las rodillas" no tan asustados, "hasta el estómago" como más asustados, y "hasta la cabeza" como verdaderamente petrificados.

Un niño puede visualizar la intensidad del miedo en una escala de 1 a 10, siendo 10 el más fuerteUn niño puede visualizar la intensidad del miedo en una escala de 1 a 10, siendo 10 el más fuerte

Enseña estrategias de afrontamiento

Utiliza una 'base de operaciones' para que tu hijo supere sus miedos. Por ejemplo, tu hijo puede acercarse a lo que le da miedo y después regresar a un lugar seguro antes de volver a acercarse. Los niños también pueden aprender frases internas como por ejemplo: 'Yo puedo hacer esto', 'Estaré bien' que pueden decirse a sí mismos cuando sientan ansiedad.

Las técnicas de relajación son útiles, incluida la visualización (de flotar en una nube o tumbarse en la playa, por ejemplo) y la respiración profunda (imaginar que los pulmones son globos y dejar que se desinflen lentamente).

Tener miedo puede convertirse en una fobia

Cuando las ansiedad y los miedos persisten en el tiempo y afectan a la calidad de vida, pueden aparecer problemas en la vida de los niños y sus familias. Aunque a veces un padre puede pensar que cuando un niño crezca esos miedos desaparecerán por sí solos, en realidad puede ocurrir lo contrario. La ansiedad prevalece e incluso aumenta.

Cuando esto ocurre, la ansiedad se puede convertir en una fobia, que es un miedo extremo, severo y persistente. Una fobia puede ser muy difícil de tolerar, tanto para los niños como para quienes los rodean, especialmente si es difícil evitar el estímulo que produce ansiedad como por ejemplo, los truenos de una tormenta.

Las fobias son una de las principales razones por las que los niños son derivados a profesionales de la salud mental. Pero la buena noticia es que, a menos que la fobia obstaculice la capacidad diaria de funcionar, el niño algunas veces no necesitará tratamiento por parte de un profesional porque, con el tiempo, la fobia desaparecerá por sí sola. Y si no desaparece, continua con las sesiones con los profesionales de salud mental.

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