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Anemia en niños
Anemia en niños

FALTA DE HIERRO

Anemia en niños

La anemia es el déficit de hemoglobina o glóbulos rojos en el organismo, descubre las causas, síntomas y tratamiento de la anemia en niños.

La anemia es la falta de hemoglobina o glóbulos rojos en el organismo. La hemoglobina es la proteína rica en hierro presente en los glóbulos rojos que permite el transporte de oxígeno a los tejidos y, cuando esta es demasiado baja, significa que el cuerpo no recibe suficiente cantidad de oxígeno, provocando la aparición de la misma. La hemoglobina es clave para los procesos de desarrollo del niño y es esencial para protegerse de las infecciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nivel de hemoglobina normal para los niños de entre 6 meses y 4 años es de 11 gramos por decilitro. Cuando estos valores están por debajo, se diagnostica anemia. Cuando la anemia se presenta en los primeros meses y años de vida, puede alterar el desarrollo psicomotor y la inteligencia del niño, con consecuencias negativas a largo plazo.

La anemia se caracteriza por causar palidez, cansancio, fatiga y debilidad, pudiendo prolongarse durante un periodo largo o breve. Para determinar la gravedad de la enfermedad, te recomendamos que lleves a tu hijo al pediatra para realizarle un análisis de sangre y determinar el nivel de hemoglobina en la sangre.

Algunos de los síntomas de anemia son la palidez, somnolencia y debilidad muscularAlgunos de los síntomas de anemia son la palidez, somnolencia y debilidad muscular

Síntomas de la anemia infantil

Los síntomas de la anemia infantil varían según el nivel de severidad de la enfermedad. En el caso de que ésta sea leve o moderada, los niños pueden presentar síntomas como el cansancio, palidez en la piel, en la parte interna de los párpados y en la raíz de las uñas, sensación de frio, falta de apetito, debilidad muscular, falta de energía y somnolencia.

En los casos más severos de anemia, se puede observar en los niños una mayor irritabilidad en su comportamiento, un aumento de la frecuencia cardíaca y una pérdida total del apetito. Además, también se podrá observar un retardo en su crecimiento y en su desarrollo psicomotor, así como la aparición continua de infecciones. No olvides que, ante esta situación, es importante llevar un control médico constante.

Para identificar si el niño puede estar padeciendo la enfermedad, los padres debéis estar muy atentos a los cambios de comportamiento de vuestro hijo, sobre todo si éste tiene entre los 12 y los 24 meses, pues el desarrollo en esa etapa es más marcado. Debéis estar atentos a la palidez de la piel, si tienen poca energía, si su temperatura corporal es baja o si tienen un sueño excesivo.

Tratamiento de la anemia

Lo primero que debes hacer para determinar si tu hijo tiene anemia es acudir al médico para realizar un análisis de sangre, comprobando así el nivel de hemoglobina en su organismo. El médico querrá conocer los hábitos de alimentación tanto del niño como de la familia, así como su conducta y su comportamiento.

Generalmente, cuando se confirma que el niño tiene anemia, el médico recomienda que éste siga una dieta variada y equilibrada rica en hierro y vitamina B12, presentes en las carnes rojas y vísceras, así como en vegetales verdes crudos, ricos en ácido fólico. Ésta dieta será complementada por otros preparados en vía oral, que contendrán hierro y otras vitaminas esenciales para la salud de tu hijo. Tanto la dosis como el complemento vitamínico tiene que ser recomendado por el médico.

Para compensar la falta de hierro, los niños con anemia deben tomar una dieta rica en este nutrientePara compensar la falta de hierro, los niños con anemia deben tomar una dieta rica en este nutriente

La duración del tratamiento dependerá del progreso que tengan los niños una vez haya empezado con la dieta y los suplementos vitamínicos. Este tratamiento tiene una duración aproximada de tres meses, aunque seguirá vigente si no se ha normalizado el valor de hemoglobina en el organismo de tu hijo.

En los casos de anemia severa, ésta podrá estar influenciada por neumonía, asma, insuficiencia respiratoria u otro tipo de enfermedad, por lo que se requerirá el empleo de una transfusión sanguínea, empleándose sólo en casos de anemia severa, anemia y neumonía o asma con insuficiencia respiratoria moderada o severa.

Alimentos ricos en hierro

Como ya se ha mencionado anteriormente, para evitar la anemia infantil debemos proporcionar a nuestro hijo una dieta buena, variada, equilibrada y rica en hierro. Las fuentes más ricas en hierro se encuentran en alimentos como la carne de vaca, pollo y pescado, yema de huevo, mejillones, almejas y berberechos, vísceras (hígado), legumbres, verduras (guisantes, espinacas, brócoli...), verduras de hoja verde oscuro y frutas.

La absorción del hierro es más efectiva cuando es ingerido a la misma vez que el ácido cítrico. Por ello, la vitamina C mejora la absorción del hierro de los alimentos. A la hora de comer, trata de darle a tu hijo un vaso de zumo de naranja mientras, por ejemplo, come un buen filete, pues facilitará la absorción de hierro. Del mismo modo, evita que tu hijo ingiera lácteos en la misma comida, como queso, yogures, flanes o natillas.

La alimentación de la madre antes y durante el embarazo es esencial para que el niño nazca con buenas reservas de hierro. Es muy importante que, durante el primer año de vida, no le des leche de vaca a tu hijo, ya que puede originar microsangrados intestinales y aumentan el riesgo de anemia. Por ello, es imprescindible el consumo de leche materna y alimentos ricos en hierro, para crear barreras contra esta enfermedad.

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