Tener un bebé que ya consume alimentos sólidos o hijos pequeños no tiene que alterar tu cocina diaria. Lo que importa es pensar en la comida familiar y ofrecer a los niños alimentos y comidas saludables para que se acostumbren desde que son pequeños a una dieta sana y equilibrada. De esta manera se reducirán los riesgos a que en el futuro tengan sobrepeso u obesidad y que además, toda la familia pueda tener una nutrición saludable.
Si no sabes cómo conseguir que la alimentación infantil sea un éxito y que tus hijos aprendan a comer de forma saludable, sigue estos consejos. ¡Tus hijos comerán maravillosamente bien!
Sé su mejor ejemplo
La herramienta más potente es ser un buen ejemplo de nutrición y alimentación para tus hijos. Esto significa que tu día a día consista en tener una dieta sana y equilibrada. Tus hijos lo verán y también comerán lo que tú estás comiendo. Verán esa alimentación como lo normal en sus vidas y no necesitarán alimentarse de comida procesada o menos saludable.
Cocina comida de verdad
Esto significa que pienses en alimentos de verdad; carne, verduras, hortalizas y frutas. Es lo necesario para mantenerse bien alimentado y encontrar el equilibrio en una dieta. Deja de lado alimentos procesados o que no son 'naturales'. La naturaleza nos provee de alimentos saludables para que los consumamos, aprovecha esto.
Que los alimentos sean fáciles de comer
Para que sea fácil de comer, es necesario que te familiarices con comidas hervidas, al vapor o cocidas. Por ejemplo, zanahorias asadas, plátanos cortados en tiras, fruta cortada, trozos de pan integral para niños que ya sepan masticar y tragar, verduras cocidas al vapor, etc.
Haz comidas para el disfrute de todos
No cocines varias comidas. Piensa en una comida familiar para todos los miembros de la familia. Si haces lentejas, será lentejas para todos. Existen muchos platos saludables que puedes cocinar y que tus hijos también tienen y deben que comer. Piensa en una dieta familiar saludable ideal para todos. Recuerda que si tienes dudas siempre puedes acudir a tu médico o nutricionista de confianza para que te dé algunas pautas.
Menos sal
No es necesario echar sal a todas las comidas. Si bien es cierto que una cierta cantidad de sal es saludable, es aconsejable no pasarse en esto. La sal puede ser perjudicial para la salud, por eso puedes sazonar también las comidas con especias que le darán un buen gusto a cada plato y será incluso, más saludable.
Chuches naturales
Aunque a los niños les gustan mucho las chucherías es mejor evitarlas y si las consumen que sean en momentos puntuales. Por eso, puedes pensar en otro estilo más saludable de 'chucherías' como podría ser un helado de yogur congelado, pasteles de frutas, galletas caseras, frutas con chocolate negro derretido, etc.
Batidos y zumos saludables
Olvida los zumos y los batidos que hay en los estantes de los supermercados. No suelen ser nada saludables. Opta mejor por hacer zumos con frutas naturales sin azúcares añadidos o batidos de frutas y un poco de leche. El sabor será excelente, a tus hijos les encantará y tendrán todos los nutrientes sin nada nocivo para su organismo.
Además de seguir estos consejos, es buena idea que tengas en cuenta que debes tener paciencia y no obligar nunca a los niños a comer cuando no quieren hacerlo. Es mejor que les presentes los alimentos cada día, para que se vayan acostumbrando a ellos y que seas su mejor ejemplo de nutrición saludable. Con el tiempo, y después de haber visto ese alimento en la mesa muchas veces, acabará por aceptarlo y comerlo, le gustará y después, la alimentación será mucho más sencilla.