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Alergia a la proteína de la leche de vaca en niños
Alergia a la proteína de la leche de vaca en niños

INTOLERANCIA ALIMENTARIA

Alergia a la proteína de la leche de vaca en niños

La alergia a la proteína de la leche de vaca es una de las intolerancias alimentarias más comunes en niños pequeños, por lo que hay que estar muy atentos a posibles reacciones que así lo evidencien.

Muchos padres tienen la duda sobre si pueden realizar pruebas de alergia a sus hijos cuando éstos son pequeños, lo cual se puede hacer sin ningún problema. Sin embargo, la alergia al polen o a los ácaros no suelen desarrollarse en niños pequeños, sino que es más adelante cuando se confirma dicha alergia. Por lo tanto, que el niño de negativo en esta prueba no quiere decir que cuando sea más mayor no pueda padecerla. Pero hay otro tipo de alergias e intolerancias que sí pueden detectarse en los primeros meses de vida de un niño, como es el caso de las alergias alimentarias. Una de las más comunes es la intolerancia a la proteína de la leche de vaca, una alergia también conocida como APLV.

Qué es la intolerancia a la proteína de la leche

La APLV es una de las alergias alimentarias más frecuentes en niños pequeños, y es que entre un 2% y un 5% la padecen. También es una de las primeras que se diagnostican, sobre todo en niños de entre 2 a 3 años, ya que la leche de vaca es uno de los primeros productos que se introduce en la dieta de los pequeños como alimento fundamental durante toda la infancia. En el caso de los bebés que se alimentan exclusivamente con leche materna es muy poco habitual que se de este tipo de reacción alérgica, aunque puede darse el caso de que estas proteínas se transmitan de la madre al bebé durante la lactancia si ésta ha consumidos productos hechos a base de leche de vaca.

En muchos niños esta alergia a las proteínas de la leche de vaca acaba remitiendo y desapareciendoEn muchos niños esta alergia a las proteínas de la leche de vaca acaba remitiendo y desapareciendo

La intolerancia a las proteínas de la leche de vaca se da cuando el sistema inmunitario del bebé o niño sufre una reacción adversa ante alguna de las proteínas que contiene esta leche. Normalmente son la caseína, la alfa-lactoalbumina y la beta-lactoglobulina las que más reacciones provocan. Aunque también hay ocasiones en las que la alergia no es a las proteínas, sino al azúcar de la leche de vaca, lo que se conoce como intolerancia a la lactosa y que dificulta la digestión de este alimento. Por eso es imprescindible hacer las pruebas pertinentes para obtener un diagnóstico adecuado, ya que los síntomas y reacciones pueden hacerse desaparecer eliminando ciertos alimentos de la dieta del pequeño.

Síntomas y reacciones alérgicas

A la hora de comprobar si nuestro hijo sufre de alergia a la proteína de la leche de vaca debemos estar atentos a la aparición de algún síntoma que así lo indique. Por lo tanto, es esencial para cualquier padre conocer cuáles son las señales de que el niño sufre esta intolerancia. A pesar de que algunos síntomas son muy claros, hay otros que pueden confundirse con otras afecciones comunes en niños pequeños. Por eso, si sospechamos que nuestro hijo puede padecer de APLV debemos acudir al pediatra, que seguramente nos derivará a un alergólogo para hacer las pruebas pertinentes.

La mayoría de los síntomas aparecen a los pocos minutos de que el niño haya consumido la leche de vaca. Sin embargo, también hay ocasiones en las que éstos se pueden manifestar después de varias horas o incluso días, dependiendo de la cantidad de leche de vaca consumida o de la gravedad de la alergia. Entre las principales reacciones que puede sufrir el niño se encuentran:

1. Enrojecimiento y erupciones en la piel.

2. Comportamiento irascible del pequeño y llanto excesivo.

3. Malestar estomacal y cólicos.

4. Vómitos, diarrea, estreñimiento o heces con rastros de sangre.

5. Dificultad para respirar, tos o aparición de sibilancias.

6. Ojos hinchados y llorosos e inflamación de los labios y de la zona alrededor de la boca.

Tratamiento para la APLV

En muchos niños esta alergia a las proteínas de la leche de vaca acaba remitiendo y desapareciendo, siendo a los 5 años cuando desaparece en el 95% de los casos. Sin embargo, hay ocasiones en las que no ocurre así. En estos casos se recomienda seguir una dieta específica para evitar reacciones adversas, controlando lo que consume el niño tanto en casa como en el colegio o fiestas. En este tipo de dietas se elimina la leche de vaca y cualquier otro alimento derivado de ella, como es el caso de los quesos, natillas, batidos, flanes, helados... Pero no te preocupes, ya que estas proteínas se pueden sustituir por el consumo de otros alimentos como la carne o el huevo.

En el caso de bebés que se alimentan con fórmulas lácteas se recomienda sustituirlas por otras fórmulas hidrolizadasEn el caso de bebés que se alimentan con fórmulas lácteas se recomienda sustituirlas por otras fórmulas hidrolizadas

En el caso de bebés que se alimentan con fórmulas lácteas se recomienda sustituirlas por otras fórmulas hidrolizadas en las que las proteínas están ya parcial o totalmente digeridas y cuyas propiedades son las mismas que las de la fórmula normal. Eso sí, el uso de este tipo de leche siempre debe ser a prescripción de un especialista. Cuando el niño vaya creciendo tendremos que comprobar las etiquetas de los alimentos para evitar aquellos que contengan algún rastro de proteínas de la leche de vaca. Algunos de los productos que pueden contener trazas de estas proteínas son los fiambres y embutidos, la pasta y el pan, los potitos, las conservas o las sopas y purés de sobre. La lista de alimentos a evitar es bastante larga, por lo que te recomendamos que leas atentamente las etiquetas y componentes o que consultes a un especialista si tienes dudas.

Como ya se ha dicho anteriormente, las proteínas que aporta la leche de vaca son fácilmente sustituibles por otros productos que los niños con APLV pueden consumir sin ningún problema. Este es el caso de alimentos como el pescado, el huevo, el arroz, las patatas, las frutas y verduras, el aceite de oliva o la sal y el azúcar. En cuanto a la carne, normalmente no hay ningún problema a la hora de que un niño con esta intolerancia la consuma. Sin embargo, hay niños con alergia a la proteína de la leche de vaca que también sufren de reacciones alérgicas cuando consumen carne de vacuno como la ternera, el buey o el novillo. En estos casos se debe evitar, además de la leche y sus derivados, la carne de vacuno y cualquier otro alimento que pueda contener trazas de ella. Eso sí, antes de tomar cualquier decisión a la hora de seguir una determinada dieta o eliminar un producto específico deberás consultarlo con el pediatra o el especialista.

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