La Aspirina no puede tomarse en algunas fases del embarazoLa Aspirina es un medicamento cuyo principio activo es el ácido acetilsalicílico, que actúa reduciendo el dolor y la fiebre. Clásicamente fue uno de los medicamentos más utilizados para aliviar los dolores leves o moderados, como los de cabeza, dentales, menstruales o musculares.
Su uso fue también muy frecuente en niños, llegando a comercializarse bajo el nombre de Aspirina Infantil. Sin embargo, en los últimos años, muchos estudios han relacionado la aspirina infantil con el Síndrome de Reye, por lo que los médicos no recomiendan su uso en niños, proponiendo como alternativas medicamentos basados en Paracetamol o Ibuprofeno.
Respecto a su uso en relación con el embarazo, basta con leer el prospecto de la Aspirina para comprobar las recomendaciones. El propio prospecto incluye el tercer trimestre de embarazo como una de las condiciones bajo las cuales no se debe tomar la Aspirina.
El primer y segundo trimestre se encuentran en el apartado de condiciones con las que se debe tomar la aspirina con especial cuidado.
Se informa de que el consumo de Aspirina durante el primer y segundo trimestre puede ser peligroso para el embrión o el feto. En cambio, ya durante el tercer trimestre, el consumo de ácido acetilsalicílico puede prolongar el parto y contribuir al sangrado de la madre o del bebé.
¿Reduce la aspirina el riesgo de preeclampsia?
Algunos médicos recomiendan el uso de Aspirina para reducir el riesgo de preeclampsia. Pese a las recomendaciones que aparecen en el propio prospecto del medicamento, en los últimos tiempos se ha iniciado un movimiento en Estados Unidos a favor del consumo de Aspirina durante el embarazo. El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU (USPSTF), publicó tras una de sus investigaciones, que una aspirina diaria de una dosis baja podría reducir el riesgo de preeclampsia durante el embarazo en un 24 por ciento, en aquellas mujeres que tienen un riesgo alto de contraer esta afectación.
No se ha demostrado que la Aspirina reduzca el riesgo de aborto espontáneoLa preeclampsia es la complicación más común que sufren las mujeres embarazadas. Se produce una hipertensión arterial y un exceso de proteína en la orina que generan una sintomatología característica en las mujeres: dolores de cabeza, disminución de la orina, dolor abdominal, problemas de visión o náuseas y vómitos. En su forma más grave, la eclampsia, se producen crisis epilépticas en forma de convulsiones, con consecuencias que pueden ser letales, tanto para la madre como para el feto. Suele producirse a finales del segundo trimestre o principios del tercero y las causas de su aparición se desconocen.
Las mujeres con alto riesgo de sufrir preeclampsia son aquellas que ya han padecido preeclampsia en un embarazo previo, si son menores de 25 o mayores de 35 años, si el embarazo es múltiple o si sufren obesidad o hipertensión de forma crónica.
Cada vez existe más consenso entre los médicos y científicos sobre esta cuestión. Sin embargo, el beneficio de la Aspirina para reducir el riesgo de preeclampsia sólo podría darse bajo dos condiciones.
Por una parte, la terapia mediante el consumo de Aspirina debería iniciarse en las primeras semanas de embarazo, en torno a las semanas 12 o 14. Se ha comprobado que a partir de la semana 20 ya no es eficaz.
Por otra parte, no todas las mujeres se beneficiarían de esta terapia. Debido a que la preeclampsia no tiene un origen específico, sino que su aparición se debe a distintos factores, la Aspirina sólo resultaría beneficiosa en aquellas mujeres que han demostrado tener un origen de preeclampsia que tiene que ver con una alteración vascular.
Otros médicos mantienen que los supuestos beneficios de la administración de Aspirina en el embarazo no están demostrados y que, en todo caso, los riesgos son mayores que los posibles efectos positivos. Esto, unido a que las dosis de ácido acetilsalicílico recomendadas deberían ser bajas y controladas hace que, al igual que sucede con el resto de medicamentos, quede totalmente desaconsejada la autoadministración de la Aspirina por parte de las mujeres. Se debe consultar con el ginecólogo la posibilidad de iniciar esta terapia y será el profesional de referencia el que determine la conveniencia de llevarla a cabo o no.
Será nuestro ginecólogo/a quien estudie nuestro caso y formas de prevenir complicacionesLos beneficios de la Aspirina para reducir el riesgo de aborto espontáneo no están demostrados
El efecto beneficioso de la Aspirina también ha sido cuestionado en el caso de los abortos. En los últimos años, algunos médicos han recomendado la administración de Aspirina en aquellas mujeres que han sufrido uno o varios abortos involuntarios previos y que desean quedarse de nuevo embarazadas. Esta terapia con Aspirina, en ocasiones administrada junto con una serie de hormonas y otros medicamentos, debería mantenerse también durante las primeras semanas de gestación. Los que defienden esta idea, justifican que el efecto anticoagulante del ácido acetilsalicílico favorece que el embarazo llegue a término y reduce el riesgo de aborto.
Sin embargo, no existen estudios que confirmen esta idea. El uso beneficioso de la Aspirina para reducir el riesgo de aborto espontáneo es aún más cuestionado que su uso para reducir la preeclampsia, porque en este caso no existe ninguna investigación que lo haya demostrado.
Por eso, una vez más, se desaconseja totalmente la autoadministración de la Aspirina. No debemos olvidar que, como comentábamos al inicio, el propio prospecto no recomienda o incluso desaconseja su uso durante el embarazo. Debería ser nuestro médico de referencia el que determine la conveniencia o no de su administración.