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"Vete a tu habitación": no es disciplina ni tampoco educa
"Vete a tu habitación": no es disciplina ni tampoco educa

DISCIPLINA

"Vete a tu habitación": no es disciplina ni tampoco educa

"Vete a tu habitación": una frase que no es disciplina ni tampoco educa... ¿qué hacer al respecto?

Es posible que después de decirle a tu hijo varias veces lo mismo, acabes frustrado/a, pero antes de perder la calma, es mejor que respires hondo y que consideres algunos consejos que te vendrán muy bien.

Si eres de los padres que dicen a los hijos que se vayan a su dormitorio, debes saber que eres parte de la gran mayoría de padres y madres que también lo hacen. Es un método de disciplina popular entre los padres que sienten que han perdido el control, pero, es probable que todos los padres que lo usan nunca se hayan planteado si realmente es una estrategia efectiva.

El método no ayuda

El método no ayuda a un niño a identificar qué es lo que ha hecho mal, porque no se ha sido específico con respecto a la disciplina. Las habitaciones de los niños están llenas de cosas para mantearlos ocupados, y a menudo, se olvidan de que están teniendo una consecuencia negativa por su comportamiento, por lo que no reflexionan sobre lo que han hecho mal.

Haz lo que quieras

También hay padres que desesperados ante la falta de control en la situación pueden decir cosas como: "que haga lo que quiera". En realidad, decirle esto a un hijo cuando el pequeño ni siquiera saber lo que ha hecho mal, será como darle rienda suelta a su comportamiento por lo que aún se empeorará la conducta.

Es necesario que mantengas la calmaEs necesario que mantengas la calma

Decir que diga lo siento

Cuando un niño va su habitación y después acuden los padres diciéndole que pida perdón sin tampoco haber reflexionado sobre lo ocurrido, es totalmente contraproducente. Ademas si el niño no siente que deba pedir perdón, que lo haga no mejorará su comportamiento en el futuro (en caso de que haya afectado a otras personas).

Decirle que no a todo

También hay padres que cuando un niño se comporta mal y le mandan ir a su dormitorio, le dicen que no a todo. En lugar de explicar por qué le estás diciendo que no, si te centras en darle negativas constante, tampoco son estrategias de disciplina efectivas. El niño no sabrá por qué tienes una actitud tan negativa con él y solo despertarás su resentimiento y su confusión.

Entonces, si enviar a tu hijo al dormitorio para reflexione no funciona, ni tampoco lo citado en los puntos anteriores, ¿qué es lo que funciona?

Necesitas tener un discurso corto e ir al granoNecesitas tener un discurso corto e ir al grano

Mantén la calma y evita ser demasiado emocional

Es necesario que mantengas la calma y expliques claramente a tu hijo qué es lo que ha hecho mal, por qué está mal y por qué le estás aplicando consecuencias negativas. Necesitas tener un discurso corto e ir al grano. Además, tendrás que establecer expectativas realistas para tu hijo, verbalizando que es lo que esperas de él en cada momento y haciéndole entender que su comportamiento tendrá consecuencias.

Sé claro sobre qué consecuencias impones

Si le dices: "vete a tu habitación", podría significar que vaya a su habitación a jugar o a ver la tele el tiempo que quiera. En cambio, si le dices a tu hijo las consecuencias que tendrá, el tiempo que durará y qué se espera de él... La cosa cambia. Le puedes decir; "ahora vamos a sentarnos en la silla, durante 5 minutos. Vamos a pensar en lo que ha pasado juntos". Tu hijo se sentirá apoyado y le estarás enseñando estrategias para que en el futuro pueda reflexionar por su cuenta si ocurre algo parecido y después hablarlo contigo.

Ser consistente y persistente

Si le dices a tu hijo que se siente a pensar y reflexionar contigo y se levanta todo el tiempo para irse, tienes que volver a colocarle en el rincón, todas las veces que sea necesario. Si le estás disciplinando por algo que tu hijo ha hecho mal, volverá a tener las consecuencias de nuevo... independientemente de las circunstancias.

Recuerda, si quieres que tu hijo vaya a su habitación porque ha hecho mal: ve con él y reflexiona sobre lo sucedido, hablad de emociones, de qué se puede hacer para mejorar y recuérdale qué esperas de él en cada momento.

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