Muchos niños pasan por la varicela, sobre todo, durante la época escolar, ya que es una enfermedad infantil muy común. Y es que esta es un virus altamente contagioso que suele presentarse como un simple resfriado.
Los niños, al contrario de los adultos, no saben identificar los dolores y para los padres no es fácil determinar la enfermedad hasta que esta muestra signos evidentes (la aparición de las ampollas). En Bekia te contamos qué es la varicela, cómo la sufren los niños y como sobrellevar esta común enfermedad por parte de los padres y los mismos pequeños que la sufren.
Qué es la varicela
La varicela es un virus que puede cogerse de cualquier persona que la sufra durante los cinco días de haberse contagiado. Como esta enfermedad parece un simple resfriado o malestar, muchos niños enfermos seguirán acudiendo al colegio sin saber que son portadores del virus. En tan solo unas horas pueden contagiar a aquellos niños que más contacto han tenido con ellos. Sin embargo, no solamente tu hijo puede contagiarse en el colegio, ya que el virus puede estar presente en muchos lugares y en muchas personas que sean, o no, conscientes de que padecen esta enfermedad.
Como con un resfriado, la persona empezará a sentirse muy cansada, somnolienta y con tos y estornudos. Aunque esta tome precauciones los virus están en el aire o en todo lo que toquen, por lo que intentar detener esta enfermedad en un lugar donde jueguen los niños será muy difícil.
Los más pequeños de la casa no son conscientes de que al no taparse la boca al toser o al estornudar, al no lavarse las manos, etc. les hará enfermar con más facilidad. Por eso, para los padres hay muy poco que puedan hacer para detener el contagio. No obstante, deben estar preparados en el caso de que el niño empiece a mostrar los síntomas.
Cómo se manifiesta: los síntomas
Después de un par o tres de días que el niño se encuentre cansado y con tos o estornudos, llegará un momento en el que le empezarán a salir ampollas muy pequeñas y de color rojo por todo el cuerpo. Estas le causarán gran picor, por lo que será la labor de los padres intentar que se rasque lo mínimo posible. El rascarse le aliviará el dolor temporalmente, pero como estas ampollas le habrán aparecido por todo el cuerpo, siempre tendrá un lugar nuevo para rascar. Además el hecho de que se rasque hará que se llegue a hacer sangre y estas pequeñas heridas se conviertan en cicatrices de por vida. Para aliviar el picor hay cremas especiales que nos puede recomendar el médico o el farmacéutico.
Así pues, desde que los padres vean la aparición de estas ampollas o granitos deberán acudir al pediatra, lo antes posible, para que el niño pueda empezar el tratamiento. Deberán también tenerlo en casa, porque a parte de que no se sentiría cómodo en la escuela o guardería, podría pegarle la enfermedad a los otros niños y profesores.
Tratamiento de la varicela
Una vez hayas acudido al pediatra, muy acosutmbrado a ver esta enfermedad infantil, él te recomendará cuál es la mejor medicina para tu niño según sus síntomas. Normalmente se suelen recetar antihistamínicos para remediar el malestar general que genera la varicela.
Sin embargo, es muy importante no dar a los pequeños aspirinas ni ninguna otra medicina que no te haya prescrito el médico, ya que esto podría crearle problemas de salud más graves al mezclarlo con este virus. Automedicarse no hará más que enmascarar o empeorar los síntomas. Una varicela mal curada puede llevar al niño a tener una enfermedad peor, por lo que no debes tomar tus propias medidas, sino confiar siempre en los profesionales.
Al cabo de unos siete días, más o menos, los granitos empezarán a desaparecer y el niño no tendrá tantas ganas de rascarse. También verás que su estado de ánimo y salud mejora, por lo que podrá regresar a la escuela en cuanto el médico le diga que es posible.
Debes tener en cuenta que si estás vacunado tienes menos probabilidades de sufrir esta enfermedad. No obstante, esto no es garantía de que puedas contagiarte a causa del niño, ya que esta no es solamente una enfermedad infantil. Si ambos la pasáis juntos, lo mejor es que tengáis a alguien que pueda cuidar de vosotros, ya que no os encontraréis con fuerzas.
Recuerda seguir siempre los consejos de los profesionales: no rascarse para no dejarse marca, ponerse paños fríos para paliar el picor y tomar solamente las medicinas que te sean recetadas. Si tienes miedo de rascarte demasiado fuerte mientras duermes o que tu niño no sea consciente del daño que pueda hacerse, lo más recomendable es cortarse las uñas muy cortas e intentar aguantarse las ganas, aunque sea muy difícil.
Con un poco de paciencia y en cama, después de una semana aproximadamente este virus ya será solo cosa del pasado. Es comúnmente una enfermedad infantil, pero también es normal para muchos adultos que no la pasaron que la tengan en este momento de su vida.