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El trastorno negativista desafiante en niños
El trastorno negativista desafiante en niños

PROBLEMAS DE CONDUCTA

El trastorno negativista desafiante en niños

Si vemos que nuestro hijo tiene un comportamiento demasiado difícil, está siempre enfadado de manera muy extraña, es posible que estemos ante un trastorno negativista desafiante.

Según los criterios del DSM-V, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales realizado por la APA (Asociación de Psiquiatría Americana) el trastorno negativista desafiante se define bajo estos criterios:

1) Se caracteriza por un comportamiento en el que predomina el enfado e irritabilidad, las discusiones y una actitud vengativa por parte del niño en los últimos 6 meses. Concurre con los siguientes síntomas:

- Parece que está continuamente enfadado : es fácil que pierda la calma porque no tiene paciencia, quiere que sus necesidades sean cubiertas al instante porque es incapaz de esperar. Por otro lado, da igual lo que ocurra, parece que siempre esté molesto por algo aunque no haya motivos externos por lo que estar así.

- Está siempre desafiando a los demás. Los niños con este problema están todo el rato tirando del brazo, intentando tomarle la medida a los adultos, ver hasta dónde pueden llegar. Si no se les pone límites a tiempo se vuelven insoportables, desafiantes y caprichosos. Por regla general tienden a negarse a hacer lo que los adultos le piden, tanto padres como otras figuras de autoridad (profesores, monitores, etc) y hacen conductas con el fin de sacarles de quicio, solo por molestar y llamar su atención. En relación con otros niños los pinchan deliberadamente y culpan a los demás por fallos suyos.

- Es vengativo. Estos niños son muy rencorosos y son capaz de guardar durante mucho tiempo algo que les ha parecido mal para después vengarse, aunque ya no venga a cuento.

El trastorno negativista desafiante se puede corregir, pero necesita intervención psicológicaEl trastorno negativista desafiante se puede corregir, pero necesita intervención psicológica

2) Este patrón de comportamiento tiene que haber estado presente en los últimos 6 meses y afecta a las áreas social, educativa y familiar significativamente.

3) Estos síntomas no pueden aparecer durante el transcurso de otros trastornos mentales como un trastorno psicótico, un trastorno depresivo/bipolar, trastorno disocial de la personalidad o por consumo de sustancias.

¿Cómo sé si realmente es un trastorno o forma parte de su personalidad?

Para diferenciar este patrón anómalo de conducta con otro que sea propio de la edad (no es lo mismo un trastorno negativista desafiante que un niño desobediente) tiene que darse este comportamiento casi diariamente si el niño tiene menos de 5 años, en el caso de niños mayores de 6 tiene al menos que aparecer una o dos veces por semana. También nos debemos fijar en la intensidad de esos comportamientos dependiendo de su edad, cultura y sexo. ¿Rebasan los límites normales para el grado de desarrollo que tiene el niño?

Los niños que presentan este trastorno se niegan abiertamente a seguir las órdenes o tiende a ignorar si tiene más edad. Cuando le acusas de no haber hecho algo el niño se te encara y culpa a todo el mundo de su conducta, nunca se responsabiliza. Por ejemplo puede decir que la culpa de haber copiado en un examen era del profesor porque las preguntas que hace son demasiado difíciles. Cuando se enfada insulta verbalmente a los compañeros, profesores o familiares e incluso puede llegar a hacerles daño físicamente, aunque las agresiones no serían tan violentas como en el trastorno disocial de personalidad.

Este tipo de comportamiento es más común en el ambiente familiar dónde el niño tiene más confianza con los implicados, pero también es común que ocurra en el contexto escolar con los profesores (que ya tiene cierta confianza) y los compañeros. Los niños con este trastorno no es consciente de que su comportamiento no es normal, siempre están justificándose a si mismos por lo que el problema es de los demás y nunca de él mismo. En cuanto a la gravedad de los síntomas dependerá de la personalidad del niño y de la educación recibida, pero por lo general los varones tienden a ser más problemáticos, impulsivos y agresivos si no se ceden a sus peticiones.

Por otra parte, las niñas tienden más a ignorar y hacer conductas pasivo-agresivas, es decir, pueden poner buena cara al adulto y no hacer nada de caso a lo que dicen. Pueden vengarse de sus compañeros por la espalda o robándoles, también pueden enzarzarse en peleas aunque es menos habitual, debido seguramente al rol más pasivo que se ha impuesto sobre la mujer desde nuestra sociedad. Otros síntomas que presentan los chicos es baja autoestima en todo lo referente al ámbito académico, baja tolerancia a la frustración y malas relaciones con los padres.

En niños y niñas se observa un patrón diferente de conducta debido a los roles de género en los que se socializanEn niños y niñas se observa un patrón diferente de conducta debido a los roles de género en los que se socializan

Un niño que simplemente sea travieso o tenga mal carácter acaba remitiendo según crece y se va perdiendo impulsividad. Sin embargo , el trastorno negativista desafiante aparece antes de los 8 años de edad y tiende a empeorar con el tiempo, es típico en ambientes negligentes o donde la disciplina es incoherente. Si no se trata a tiempo podría acabar evolucionando a un trastorno disocial de la conducta.

¿Hay tratamiento para el trastorno negativista desafiante ?

Sí, este trastorno de conducta tiene solución pero su tratamiento va a variar en función de la familia y las características del niño. Por otro lado, en una gran parte de los casos viene unido a un trastorno TDAH por lo que el tratamiento de elección iría dirigido a mejorar el TDAH y una vez que se logre esto poco a poco el mal comportamiento irá remitiendo a la vez que el niño mejora su autoestima y conexión con la familia.

En el tratamiento se trabaja con la familia y con el niño individualmente. En el caso de la familia va dirigido a dar pautas para que sepan como tratarle, es decir, se les explicará como poner límites y normas al niño haciendo un análisis de las contingencias. Es un entrenamiento para reforzar el trabajo de los padres en casa. Por otro lado, con el niño se trabaja el autocontrol y el manejo de la ira, con el fin de que aprenda a reconocer cuando se está enfadando y que hacer al respecto para evitar estallar. También se busca aumentar el autoestima del niño referente al colegio, así como mejorar sus habilidades sociales para que pueda tener interacciones normalizadas con otros niños y adultos.

Si sospechas que el comportamiento de tu hijo se asemeja al descrito anteriormente acude a un psicólogo para que pueda evaluarle correctamente y empezar un tratamiento si es necesario, se ha comprobado que cuanto antes se actúa más probabilidades hay de que haya recuperación y no se cronifique el problema.

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