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La retención de líquidos en el embarazo
La retención de líquidos en el embarazo

MOLESTIAS

La retención de líquidos en el embarazo

Hinchazón, dolor de piernas, molestias en todo el cuerpo... la última etapa de embarazo puede ser especialmente difícil y uno de los causantes es la retención de líquidos.

Durante la última fase del embarazo, sobre todo, hay muchas mujeres que comienzan a quejarse de molestias a causa de la retención de líquidos. Por si es la primera vez que oís hablar de retención de líquidos, debéis saber que se llama así a los edemas en el embarazo; es una acumulación de líquidos (agua, por regla general) que se da en el cuerpo de las embarazadas, en los tejidos de estas. Con la retención de líquidos durante el embarazo llegan también otro tipo de molestias, como la pesadez, la fatiga y la hinchazón tanto en las piernas como en los tobillos; esta hinchazón podría extenderse también a las manos e, incluso, a la cara.

Normalmente, esta retención de líquidos suele darse durante los últimos tres meses del embarazo, aunque hay mujeres que la sufren en su vida cotidiana y la ven agravarse durante este proceso. En los días anteriores al parto, la hinchazón y las molestias aumentan considerablemente. Pero, ¿por qué? ¿Cuáles son las causas de esta retención de líquido? Es mucho más sencillo de lo que parece, y es que tenemos que tener en cuenta que dos tercios del peso que gana una mujer embaraza suelen provenir del líquido.

Durante el embarazo utiliza ropa que no sea muy ajustadaDurante el embarazo utiliza ropa que no sea muy ajustada

Además de esto, hay distintas sustancias que se producen durante el proceso del embarazo y que pueden acabar favoreciendo que la mujer acabe teniendo retención de líquidos. Los cambios hormonales que se dan en el cuerpo de una mujer, por ejemplo, hacen que los líquidos no se desechen de la forma más adecuada. No solo eso, sino que el útero ejerce una presión muy fuerte sobre los vasos sanguíneos. Esto hace que la conexión venosa entre las extremidades inferiores y el corazón se complique, con lo cual la retención de líquidos se ve aún más favorecida.

No obstante, no todas las mujeres tienen la misma tendencia a retener líquidos. Por ejemplo, si una mujer tiene algún problema circulatorio o renal, o tiene varices, es mucho más probable que tenga retención. Con lo cual, si tenéis algunos de los factores de riesgo, lo mejor es que controléis vuestro embarazo al máximo para tratar de evitar la retención y las molestias que esta conlleva.

La retención es algo totalmente normal

Pese a las molestias que suele implicar, la retención de líquidos no tiene por qué conllevar problemas más allá, con lo cual no debéis preocuparos en exceso. Sí, es cierto que es bastante desagradable, y que acaba provocando una incómoda sensación de hinchazón y fatiga, pero no os preocupéis porque vuestro bebé no sufrirá ninguna de esas consecuencias.

La retención de líquidos nos causa molestias, como hinchazón y dolor de piernasLa retención de líquidos nos causa molestias, como hinchazón y dolor de piernas

Esta retención no desaparece con el parto, pese a que muchas mujeres puedan creer que sí y estén ansiosas los días previos al mismo. Es más, los síntomas de la retención de líquidos pueden permanecer hasta pasadas bastantes semanas tras el parto. Pero esto es natural, como ya hemos dicho. Esta retención de líquidos es una herramienta de la naturaleza humana que sirve para varias cosas, entre ellas proteger a la madre de los posibles efectos del sangrado durante el proceso del parto, o proteger tanto a la madre como al feto durante el descenso de retorno de sangre al corazón.

De todas formas, lo mejor que podéis hacer si comenzáis a notar los problemas derivados de la hinchazón lo mejor que podéis hacer es acudir rápidamente al médico. Será, pues, un especialista el que descarte que además de retención de líquidos también pudierais tener preeclampsia o hipertensión. Debéis saber, a su vez, que la retención de líquidos nunca va asociada a dolores de cabeza, problemas de visión, náuseas, pitidos en los oídos o cualquier tipo de dolor abdominal. Esto es síntoma de otro problema que deberíais controlar de primera mano para que no acabara siendo una complicación grave.

Métodos para paliar la retención de líquidos

Por suerte, hay algunos métodos que os permitirán dejar de sufrir la retención de líquidos. Son métodos bastante prácticos, y que podéis realizar desde vuestra propia casa, sin ningún tipo de inconveniente. Os vamos a dar algunos de ellos, los más sencillos y los que más fáciles os serán de aplicar.

El primero de ellos: comenzad a introducir alimentos diuréticos en vuestra dieta. No debéis abusar de ellos, por supuesto, pero sí que deberíais comenzar a introducirlos de forma habitual para así ir eliminando líquidos de forma natural. Algunos de estos alimentos diuréticos son el apio, el perejil, la sandía, las verduras de hoja verde o el pepino fresco; también hay algunas infusiones que os podrían ayudar, pero siempre es más fácil introducir nuevos vegetales que tener que incorporar un nuevo hábito en nuestro día a día.

Un baño relajante nos ayudará a combatir la retención de líquidosUn baño relajante nos ayudará a combatir la retención de líquidos

También podéis tratar de limitar al máximo todos los viajes, puesto que el estar sentadas durante mucho tiempo acabará favoreciendo que sufráis una mayor retención de líquidos. Realizad un poco de actividad física todos los días, aunque sea caminar un kilómetro, quizás yendo y volviendo al trabajo. Además, no utilicéis ropa demasiado ajustada o zapatos incómodos.

En según qué momentos, y para paliar las molestias más fuertes de la retención de líquidos, también podéis probar a tomar un baño con agua caliente (no demasiado caliente, por supuesto). Al estar sumergidas, iréis favoreciendo que el agua vaya liberando fluidos poco a poco; el baño debe durar entre veinte y treinta minutos, ni más ni menos. Procurad, además, no tomar alimentos procesados. Nada de restringir la sal, pese a que la sal pueda favorecer que retengáis líquidos, porque la necesitaréis.

Debéis hidrataros correctamente, bebiendo como mínimo dos litros de agua al día. A la vez, limitad mucho el consumo de refrescos azucarados o de café, puesto que no os hará ningún tipo de bien. Si a esto le sumáis masajes en las piernas con crema hidratante, a ser posible enfriada previamente en el frigorífico, todo será coser y cantar. En un momento de mayor "desesperación" siempre podéis acudir a un profesional para que sea este el que os haga un drenaje linfático; si no queréis, podéis seguir con los baños de agua fría en las piernas, por ejemplo.

El embarazo tiene momentos complicados y molestos, pero veréis cómo al final todos os merecerán la pena.

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