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¿Qué hago si mi hijo quiere un cachorro para Navidad?
¿Qué hago si mi hijo quiere un cachorro para Navidad?

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¿Qué hago si mi hijo quiere un cachorro para Navidad?

En Navidad muchos niños y niñas piden como regalo un cachorro para tener de mascota, ¿se lo regalamos o no? Aun así, recuerda siempre adoptar y no comprar.

Los Reyes Magos están cada vez más cerca y, con ellos, también los más pequeños pidiendo sus regalos. Hay quien prefiere que la Navidad consista en libros, quien prefiere que debajo del árbol haya muñecas, o quien pide cada año, y de forma reiterativa, un cachorro. Ya sea de perro, de gato o de conejo, la cuestión es que todos los años hay niños que piden una y otra vez que se les regale un cachorro por Navidad.

Los padres, como siempre, acaban en la gran tesitura de tener que decidir qué hacer. ¿Se le consiente a los niños que tengan su cachorro, o no se debe regalar jamás un animal? No hay una única respuesta buena para esta pregunta, sino que todo depende mucho de la situación en la que os encontréis de forma particular. Y es que no es lo mismo no tener apenas recursos como para llegar a fin de mes, que vivir en una casa y poder permitirse todos los gastos asociados a un cachorro. Porque eso es lo primero que debemos plantearnos: ¿seremos capaces de darle a ese animal la vida que merece, o será un mero regalo de Navidad del que luego tendremos que deshacernos?

Debemos pensarlo bien, ¿podemos mantener un animal en casa con las necesidades que tiene?Debemos pensarlo bien, ¿podemos mantener un animal en casa con las necesidades que tiene?

Los animales son seres vivos

Hay algo muy obvio que muchas personas no tienen en cuenta a la hora de hacer un regalo por Navidad, y es que ese cachorro (de perro, o de gato, da lo mismo) es un ser vivo que debe tener garantizada su seguridad, su alimentación y, sobre todo, grandes dosis de cariño todos los días. Porque un animal no es ningún juguete, no es algo que se pueda devolver a la tienda; estamos hablando de una gran responsabilidad.

No es difícil que un adulto comprenda esto, pero que lo haga un niño sí que puede ser bastante más complicado. Y es que los más pequeños suelen ver a los animales como juguetes, como algo con lo que podrán entretenerse y pasar un rato. ¡Y nada más lejos de la realidad! Somos nosotros, los mayores, los que debemos hacernos cargo de que comprendan que ese cachorro merece unos cuidados y unas atenciones que van mucho más allá de la Navidad. Será una responsabilidad que se alargará muchos, muchos años.

Ese cachorro crecerá. ¿Podremos mantenerlo entonces?

Si se comprende que el animal es un ser vivo, es fácil llegar a la conclusión de que, pese a que ahora es un cachorro adorable, poco a poco irá creciendo. En el caso de ser un perro de raza grande, podría llegar a ocupar mucho más tamaño del que esperamos en un primer momento; en el caso de ser un gato, puede que empiece a arañar los sofás porque necesite marcar su territorio. ¿Estaremos dispuestos a cuidarle entonces? ¿Y cuando sea mayor, y necesite atención veterinaria cada cierto tiempo?

Nuestros hijos deben entender, y nosotros también, que un animal es un ser vivo, no un regaloNuestros hijos deben entender, y nosotros también, que un animal es un ser vivo, no un regalo

Todo esto son preguntas que debemos hacernos antes de decidirnos a regalar un cachorro por Navidad, puesto que si la respuesta a cualquiera de estas es 'no', lo mejor es no adoptar ningún cachorro.

Los niños deben entender que no son un regalo, sino una responsabilidad

Puede que vosotros tengáis dinero suficiente como para sustentar todos los gastos que el animal conllevará, y puede que también os decidáis a adoptarlo porque tengáis ganas. En ese caso, ¡regalar un cachorro por Navidad puede ser una idea genial!

Plantéate, como alternativa, regalar al niño una especie de "vale por una mascota" en lugar de un animal como tal, y llevarle un día a una perrera o protectora. Allí, podréis buscar entre todos los perros y gatos que necesitan hogar, y será el niño el que acabe eligiendo cuál es la mascota que quiere tener. No solo darás una nueva vida a un ser vivo, sino que tu hijo se sentirá implicado en todo el proceso y comprenderá que ese animal es un ser vivo que requiere su atención. ¡Y así tendrá la mejor Navidad de su vida!

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