Cualquier persona que tiene niños a su alrededor sabe perfectamente que los piojos son una cosa difícil de evitar, ya que se contagian muy fácilmente. Y es que da igual si es el en colegio, en el parque o en la piscina, los más pequeños no paran de jugar cuando se encuentran con otros niños y ya sea por cuestiones de diversión o por curiosidad, muchas veces es inevitable que sus cabezas se junten. Por lo tanto, cuando un niño tiene piojos o se detectan y eliminan rápidamente o lo más probable es que acabe contagiándoselos al resto de sus amiguitos. Sin embargo, muchas veces ocurre que cuando creemos que por fin nos hemos desecho de estos molestos bichitos nos damos cuenta de que puede que hayan puesto huevos, las llamadas liendres. Éstas son más difíciles de eliminar que los piojos y, en caso de no quitarlas completamente, eclosionarán y los piojos volverán. Eso sí, los piojos no hacen distinciones cuando se trata de cabello, por lo que los adultos también deberán tomar precauciones para evitar contagiarse.
Qué son las liendres y cómo detectarlas
Antes de comenzar a inspeccionar la cabeza del niño conviene saber que las liendres son los huevos que los piojos ponen en el pelo, que pasado un tiempo eclosionarán y de ellos saldrá un pequeño piojo. El tiempo de vida de estos bichos es bastante corto, de entre 20 y 30 días, pero el mayor problema suele ser la velocidad a la que se reproducen. Y es que una hembra puede poner alrededor de 8 huevos diarios que tardarán entre 8 y 10 días en eclosionar. El piojo pequeño, también conocido como ninfa, tarda aproximadamente 7 días en convertirse en un piojo adulto.
El piojo pequeño, también conocido como ninfa, tarda aproximadamente 7 días en convertirse en un piojo adultoLos piojos suelen ser relativamente fáciles de detectar al revisar la cabeza del niño, pero con las liendres no es tan fácil. Los huevos tienen un tamaño diminuto, de 0,3 a 0,8 milímetros, por lo que suele ser muy complicado detectarlos a simple vista. Tienen una forma redonda, con textura gelatinosa y suelen ser de un color grisáceo semitransparente cuando aún no han eclosionado, cambiando a blanco cuando ya no tienen embrión. Por eso, muchas veces se confunden con la caspa o restos de suciedad en el pelo. La diferencia con la caspa es que ésta puede eliminarse fácilmente con un peine, mientras que las liendres están adheridas al pelo gracias a una sustancia segregada por el piojo hembra. Esta especie de pegamento, denominado quitina, es resistente al agua, de ahí que sea tan difícil acabar con las liendres.
Cómo eliminar piojos y liendres
Antes de acabar con las liendres hay que eliminar por completo los piojos del pelo del niño. Hoy en día hay muchos tratamientos que podemos encontrar en las farmacias para acabar con ellos rápidamente y sin causar daños en el cuero cabelludo, ya que ni el agua ni el champú los mata. Eso sí, una vez aplicado el producto es imprescindible pasar la lendrera una y otra vez para comprobar que efectivamente han desaparecido por completo. Y es que a pesar de que los remedios para piojos suelen tener una alta eficacia es posible que alguno se escape, por lo que pasar la lendrera puede ayudarnos a encontrar a los supervivientes.
Una vez eliminados los piojos es el momento de ponerse con las liendres, cuya eliminación es más difícil por su tamaño, posición y la sustancia que los mantiene fijos al pelo. Pero, si no las eliminamos antes de que eclosionen, los piojos volverán a invadir la cabeza del niño y tendremos que volver a empezar el proceso. Las hembras colocan las liendres cerca del cuero cabelludo, a 3 o 4 milímetros de la base del cabello, donde se mantienen a una temperatura adecuada para su incubación. Por eso es ahí donde deberemos empezar a buscarlas, aunque si vemos que los huevos ya están a más de 1 cm del cuero cabelludo lo más probable es que estén ya vacíos. Los productos antipiojos no hacen nada contra las liendres, por lo que la única forma de eliminarlas completamente es con una lendrera: un peine con púas muy finas y apretadas. El hecho de que las púas estén tan juntas ayuda a despegar los huevos con facilidad y, de paso, elimina a los piojos ya muertos. Para pasarla, tendrás que dividir el cabello del niño en varias zonas y comenzar a cepillarlo de la raíz a las puntas con mucho cuidado. Con una vez puede que no sea suficiente, así que repite el proceso dos o tres veces todos los días hasta asegurarte de que las has eliminado por completo.
Los piojos suelen aparecer en brotesMedidas para evitar su contagio
1. Los piojos suelen aparecer en brotes, sobre todo en ambientes que tienen una temperatura de entre 28 y 32 grados. Por lo tanto, Si nos enteramos de que hay un brote de piojos, deberemos pasar la lendrera todos los días por el cabello del niño. Así podremos detectar rápidamente si tiene estos molestos bichitos y acabar con ellos cuanto antes.
2. Si nuestro hijo ha tenido piojos tendremos que asegurarnos de cambiar y lavar todas las sábanas, mantas y fundas de almohadas y cojines.
3. También habrá que pasar la aspiradora minuciosamente por toda la casa, sobre todo por aquellas zonas en las que los niños suelen apoyar la cabeza. Tampoco te olvides de hacerlo por el coche, tanto por los asientos y sillitas infantiles como por todos los reposacabezas y asientos.
4. Lavar las gomas del pelo, cintas, lazos, horquillas, peines, gafas de sol y demás accesorios que hayan tocado la cabeza del niño (y la nuestra) durante los últimos 3 días.
5. A la hora de ir al colegio es altamente recomendable que las niñas con pelo largo acudan peinadas con una coleta. Además, aplicar gomina o laca en el pelo del niño o de la niña durante esos días puede ser una buena barrera de protección.
6. A pesar de haber eliminado ya los piojos y liendres de la cabeza del pequeño, deberemos seguir pasando la lendrera 2 o 3 veces por semana durante un par de meses, y al menos 1 vez a la semana durante todo el año.