Nadie te dijo que fuese fácil, de hecho, no lo es en absoluto. Ser madre es lo más complicado que puedas hacer en tu vida, pero también lo más gratificante, mucho más de lo que te hayas podido imaginar en cualquier otro momento de tu vida. Cuando se es madre cada semana es desafiante... la vida con niños es completa, pero también es caótica, hermosa y nada aburrida.
Pero para que realmente puedas ser feliz en tu maternidad, hay algunas cosas que tendrás que aprender a hacer por ti misma. No esperes que otros lo hagan por ti, porque no lo harán. Es necesario que sepas que hay cosas que necesitarás hacer por ti y para ti, para mejorar tu calidad de vida y tu bienestar tanto físico como emocional.
Aléjate de lo que te hace daño
Cuando algo te moleste o te haga daño, simplemente pon distancia. Puede ser distancia física o emocional, dependiendo de las circunstancias que tengas en ese momento. Si hay alguna situación que te frustra tendrás que darle algo de espacio. De vez en cuando no es malo que te alejes lo que te daña... Y si es necesario, permite que otra persona se haga cargo.
Por un lado, esto es bueno para tus hijos, porque tendrán la perspectiva sana de cómo manejar los momentos más desafiantes en la vida, y también, porque el otro adulto de la pareja, podrá hacerse cargo temporalmente de lo que a ti te afecta, para recargarte las pilas y después, llevarlo los dos juntos.
Cuando algo te moleste o te haga daño, simplemente pon distanciaJuntos pero no revueltos
Aunque críes a tus hijos con tu pareja, no sois iguales y a veces, la forma en que pasáis el tiempo junto a vuestros hijos tampoco es igual. Quizá él o ella pase más tiempo con vuestros hijos o juegues más y tú seas más autoritario. Esto no es malo. Esto significa que cada uno habéis encontrado vuestro rol, pero lo que importa es que después de tener vuestro rol, ambos vayáis juntos en la crianza.
Tu pareja y tú debéis ser el mejor equipo en cuanto a la crianza de vuestros pequeños, pero debéis aceptar y respetar que sois dos personas diferentes, con vuestros ideales y propios pensamientos. Pero, como adultos, deberéis poneros de acuerdo para poder criar a vuestros hijos.
Haz ejercicio
Es cierto. Las horas del día pasan volando y quizá no tengas tanto tiempo como antes para poder ejercitarte. Pero es necesario que de algún modo salgas de la vida sedentaria. Hacer ejercicio se debe hacer para sentirte bien y no por obligación. Si lo haces sin ganas, no merece la pena ni que lo intentes.
Piensa en lo que te gusta hacer. No es necesario que vayas al gimnasio, quizá salir a pasear con tus hijos o bailar en casa sea más que suficiente para ti. Moverte y hacer ejercicio que te guste es una forma estupenda de mantener tu mente y tu cuerpo sano.
Encuentra momentos para la lectura
Leer es el ejercicio de tu mente y para que estés bien tanto por fuera como por dentro, es importante que ejercites tu mente cada día. Puedes leer libros a tus hijos, cuentos o historietas. Leer en voz alta también es un buen trabajo para ti y si tienes tiempo, también puedes leer tus propios libros. Así, no tienes que estar todo el tiempo libre frente al televisor...
A veces los hábitos más cotidianos como leer son los que tienen más impacto en tu interiorA veces los hábitos más cotidianos como leer son los que tienen más impacto en tu interior. Y si además de leer, también escribes un diario... ¡los beneficios serán innumerables!
Pasa tiempo contigo
Cuando se es madre el tiempo para una misma se convierte en todo un privilegio. Ese tiempo se esfuma, parece que el tiempo ya nos pertenece, que es un derecho perdido. Pero no es así. Necesitas tener tiempo para ti, para conocerte, para recuperar la energía, para saber quién eres fuera de la maternidad... eres tu mejor amiga y debes cuidarte.
¡Ríe!
Los niños pequeños necesitan crecer felices y lo hacen si tú también lo eres a su lado. Los niños pequeños son graciosos y cada día hay más razones para reír y sonreír. La realidad es que estar en casa todo el día con niños pequeños es agotador y frustrante en muchas ocasiones.
Así que a partir de ahora, busca la forma de poder reír. Busca vídeos en Youtube que sean de risa, comparte frases divertidas con amigos o familiares, mira series cómicas... ¡Disfruta de tu propia sonrisa! Las endorfinas harán todo lo demás por ti.