Esta transición no es fácil, y debe ser una decisión que esté bien pensada. La transición de ser una madre trabajadora a quedarse en casa al cuidado de los hijos y del hogar no es fácil para muchas mujeres. Al igual que con cualquier cambio en la vida pueden ocurrir muchas cosas y es necesario que estés preparada para ello. Debes considerar algunas cosas antes de dejar tu trabajo para estar en casa con tus hijos.
Ten una razón clara
¿Cómo piensas que será tu vida en casa? Es difícil predecir exactamente cómo será la vida una vez que estés en casa. Pero si tienes una forma de ver las cosas puede que el cambio sea menos problemático y más posible. Debes determinar cuáles son las 3 razones principales por las que abandonas el trabajo (puedes utilizar la técnica del mapa mental para obtener tus ideas en papel). No todos los motivos deben ser compartidos con otras personas, pero si alguien cuestiona tu decisión eres tú quién debe estar segura de lo que has pensado.
¿Seguro que quieres quedarte en casa al cuidado de tus hijos o prefieres tomarte un tiempo porque estás cansada de tu trabajo y quieres aprovechar este tiempo y de paso cuidar a tus hijos? No importa cuál es la razón realmente, pero sea cuál sea debe ser contundente para ti.
Deja el trabajo con la puerta abierta
Si dejas un trabajo para cuidar a tus hijos es mejor que lo hagas dejando una puerta abierta para que puedas volver siempre que lo necesites. Incluso si sabes que no podrás recuperar el empleo en el futuro, al menos queda bien con la empresa para que tengan buenas referencias sobre ti. Deja el trabajo dando un aviso con tiempo suficiente, acabando todo el trabajo que tengas asignado y mostrando amabilidad todo el tiempo con tus jefes y con tus compañeros.
Cuando te despidas de la empresa, tendrás que asegurarte que todos saben que te sientes totalmente agradecida por todos los años trabajados en la empresa. La gente recordará cómo les hiciste sentir de bien por todas tus palabras de agradecimiento y en el futuro se sentirán bien de volver a trabajar contigo en caso de que sea necesario.
Piensa en tu presupuesto familiar
Si queres renunciar voluntariamente no tendrás derecho a indemnizaciones y dependiendo de dónde vivas quizá puedes cobrar el desempleo o no. Es necesario que tengas todo esto en cuenta para saber si puedes vivir económicamente y llevar la casa y tu hogar a nivel económico. Quizá tu pareja será la única que lleve dinero al hogar y tendréis que hacer números y tener un presupuesto familiar claro para saber si realmente podréis llegar a final de mes o no de esta manera.
Quizá tendréis que hacer ajustes económicos para poder llevar a cabo el hecho de que te quedes en casa al cuidado de los niños. Tendréis que saber si realmente necesitáis las cosas antes de comprarlas o si son solo un capricho. Si son un capricho, podrás prescindir de ellas.
Encuentra tiempo para ti cada día
Cuando te pasas el día en casa, tus hijos te absorberán por completo cada minuto del día. Esto, aunque es tentador y realmente es un deseo para cualquier padre o madre, también puede llegar a ser agotador. En este sentido, será necesario que encuentres un momento al día para que hagas cosas por y para ti. De forma individual o en pareja. Puede ser ver una película sola o en pareja, leer, meditar, un baño de burbujas, sacar al perro tú sola... lo que quieras.
Puede que no te des cuenta, pero cuando trabajas fuera de la casa, tienes suficiente tiempo para ti. Tienes tu viaje, almuerzo y no te olvides de los descansos ininterrumpidos en el baño. Una vez que te quedas en casa, tendrás muy poco tiempo de inactividad, privacidad y tiempo a solas. Así que encuentra un hobby divertido rápido y haz planes.