Hay algunos niños que parecen residentes casi de forma natural, pero en realidad esta capacidad o habilidad puede ser aprendida. Los niños (y adultos) pueden aprender resiliencia emocional para adaptarse, controlar y superar las situaciones difíciles a las que se enfrenten en la vida. Los niños residentes también podrán superar desafíos inclusos cuando se sientan más vulnerables, como cuando son acosados por otros.
Es necesario recordar que ser resistente no significa que tus hijos no experimenten dificultades o angustias en su vida. Los sentimientos que les hagan sentir heridos seguirán apareciendo, el dolor emocional y la tristeza son sentimientos comunes cuando los niños son acosados por otros. Lo que importa verdaderamente es cómo se tratan esos sentimientos.
Cuando los niños son resistentes se enfrentan a la intimidación de forma más eficaz que aquellos que no tienen resiliencia como habilidades trabajadas en su interior. Hay algunas maneras en las que puedes enseñar a tus hijos a tener más resiliencia ante el acoso escolar. Así es cómo.
Aceptados en casa
Los niños deben sentirse aceptados en casa por lo que son y por quienes son. De esta manera serán más capaces de lidiar con el estrés y la adversidad del acoso escolar. No importa lo diferentes que sean tus hijos de ti, necesitan saber que crees en ellos y que te gusta tal y cómo son.
Además, cuando los niños se sienten aceptados en su hogar, tendrán un sentimiento de pertenencia que les hará sentir poder en sus vidas, tener apoyo en su casa y la intimidación será menos debilitante para ellos.
Nutrir una buena autoestima
Enseña a tus hijos a ver el valor de lo que tienen y de lo que son capaces de ofrecerles al mundo. Además, tienes que ayudarles a que sean capaces de verse a sí mismos de forma positiva, sobre todo en los momentos que sean más complicados.
Deben entender que el acoso escolar no es un reflejo de lo que ellos son, es el reflejo del problema emocional o mental que tiene la persona que acosa. Los acosadores toman las decisiones equivocadas peor en realidad nada tiene que ver con ellos.
Potenciar el pensamiento positivo
Es importante que tus hijos aprendan a encontrar las cosas positivas a la vida. No permitas que las cosas más banales o negativas de la vida cotidiana influyan en su felicidad o su sonrisa. Ofrece oportunidades para que tus hijos se relajen y se diviertan sin horarios, ni compromisos de los que deba preocuparse.
También puedes ser un buen ejemplo para la alegría en las pequeñas cosas promoviendo el pensamiento positivo cada día. Recuerda que el pensamiento positivo no exime de sentir emociones negativas de vez en cuando, pero tendrán mayor capacidad para hacer frente a las adversidades con mayor éxito.
Controlar los sentimientos
Los niños deben aprender a calmarse cuando sienten que se desmoronan emocionalmente o cuando se sienten demasiado agresivos y enfadados. Es importante que enseñes a tus hijos a reconocer y nombrar las emociones y sus sentimientos. Las reacciones también tienen nombre. Dales ideas de cómo controlar estos sentimientos de forma positiva.
Resolución de problemas
Las habilidades de resolución de problemas son imprescindibles aprenderlas en la infancia. Para ello debes mostrar a los niños cómo ser flexibles en sus respuestas cuando les ocurre algo negativo. Si tu hijo se enfrenta a un problema piensa siempre en posibles soluciones. Juntos, podéis hablar de los pros y los contras de cada opción.
Después, permite que tu hijo escoja la mejor opción que considere aceptable para solucionar el problema que le ocurre. Necesita saber que confías en sus decisiones para que pueda resolver los problemas sin temor al fracaso. Porque si se fracasa, se evalúa, se aprende y se toman otras decisiones.