La responsabilidad se define como la capacidad para asumir obligaciones propias de cada edad y situación, cumplir con los compromisos asumidos y asumir las consecuencias de las propias acciones.
Para llegar a ser adultos responsables, antes, hay que aprender a ser niños responsables. La responsabilidad es una característica que se aprende y por ende, se necesitan agentes que guíen y apoyen ese aprendizaje: tanto padres como educadores. La responsabilidad es uno de los retos más importantes de la paternidad, ya que comienza con pequeños hábitos en el propio hogar, actos que si son debidamente reforzados se mantendrán y generaran un compromiso personal en el niño de actuar responsablemente durante toda su vida. Por ello, los padres deben constituir un buen ejemplo de responsabilidad para los niños: deben ser consecuentes con aquello que prometen hacer.
La responsabilidad se debe abordar mucho antes de que comiencen los verdaderos problemas de falta de compromisos, falta de colaboración por parte del niño en las tareas del hogar, absentismo escolar o no cumplir con las tareas escolares.
La paciencia y la persistencia son clave para enseñarles
Ante todo, es imprescindible transmitirle al niño el mensaje de que no es un niño malo por ser irresponsable, sino que es una habilidad que se aprende, se le va a ayudar en ese proceso, se le va a apoyar siempre y le va a querer incondicionalmente. Y aunque en muchas ocasiones se dé por supuesto, el niño necesita escucharlo.
Niños más responsables: ¿Cómo lo hacemos?
A continuación, vamos a ver algunas recomendaciones para fomentar el desarrollo del sentido de responsabilidad en los niños pequeños:
- Es importante establecer normas en el hogar
No se trata de ser la "Señorita Rottenmeier", pero sí son necesarias unas normas básicas de convivencia que el niño debe conocer e irá respetando a medida que su capacidad cognitiva le permita.
- Es importante comenzar con tareas simples
Primero trabajaremos esta habilidad con acciones que no requieran mucho esfuerzo cognitivo, ya que al niño no le costará mucho realizarlas y sería ideal si podemos elegir aquellas que le motiven o le gusten más. Estas tareas se automatizarán y podremos ir incorporando tareas más complejas poco a poco (por ejemplo, pedirle al niño qu e todos los días se encargue de recoger el juguete con el que ha estado jugando. Cuando esto lo realice sin necesidad de recordárselo podremos añadir otra tarea). Adecúe las tareas a la edad y la capacidad del niño.
- Déjale claro al niño (en lenguaje comprensible) lo que se espera de él
Dedícale el tiempo que necesites y que el niño necesite a esta conversación. Además de comunicarle tus expectativas, acompáñalo de un mensaje de confianza: "sé que tú puedes y yo te voy a ayudar".
- Sé paciente
Explícale al niño las tareas p aso por paso y las veces que sea necesario hasta asegurarte de que sabe lo que tiene que hacer. Si lo consideras necesario, sirve de ejemplo y realiza la acción mientras la explicas verbalmente.
- Nunca debemos realizar una tarea cuya responsabilidad es del niño
Esto es, si se le explicado que su responsabilidad es recoger su habitación todos los días, no debemos hacerlo por él. El niño tiene que tener claro que es él quien lo debe hacer y si no lo hace, está incumpliendo su palabra y nadie lo hará por él. En este sentido, el niño debe saber que si no cumple con lo que se ha comprometido, tendrá unas consecuencias.
- Enséñale a enfrentarse a las dificultades del día a día, a conocer el valor de las pequeñas cosas y del esfuerzo.
- Es importante hacerle ver que todo esfuerzo tiene su recompensa
Aunque esta recompensa sea a largo plazo. Ser responsable le hará mejor persona y mejorará su desempeño social, familiar, escolar y laboral. Se puede mostrar al niño lo qué puede llegar a conseguir con comportamientos responsables mediante ejemplos.
- Envíale mensajes de motivación
Por ejemplo: "Estoy muy contento/a porque has hecho tal cosa", "te has esforzado mucho", "ayer lo hiciste y estoy segura de que hoy también puedes hacerlo", etc. Es importante darle seguridad y confianza al niño, eso le motivará a ser responsable y afianzará su autoestima.
- La organización es importante
Cuando el niño sea responsable de varias tareas, una forma de generar compromiso y recuerdo es elaborando (junto con el niño) un calendario/organizador grande y vistoso que podemos colocar en un lugar estratégico de la casa (fácilmente visible por el niño). Cada vez que cumpla una tarea, le pondremos una carita feliz o un "Tick correcto". Es una técnica muy útil para niños.
- Ayuda al niño en la toma de decisiones
Que comience por decisiones sencillas como elegir alguna prenda acorde a la temperatura que haga ese día e involucrarlo progresivamente en las decisiones familiares (qué cenar, dónde ir de vacaciones, etc.)
- Enseñarles a valerse por sí mismos
Y también a que se enfrenten a nuevas situaciones. Una vez que desarrollan la autoconfianza, comienzan a ser responsables.
- Muéstrate disponible
El niño tiene que sentir que si necesita ayuda o apoyo en algún momento va a tener alguien a quién recurrir y que no se le va a regañar por ello.
- Enséñale a aprender de los errores
Es importante que el niño aprenda a asumir los errores y que aprenda que de todo error se puede extraer un aprendizaje, como por ejemplo, encontrar formas para no volver a cometerlo.
- Dale la oportunidad al niño de negociar y de elegir
Intenta no imponer pero sí hacerle ver por qué es importante que realice una determinada tarea. Si aun así el niño no cede, negocia algunos matices o detalles. Esas responsabilidades serán más suyas, más legítimas, menos ajenas, menos impuestas.
- No sobreprotejas al niño
Lo que obtendrás así son niños con poca autonomía, poca responsabilidad, muy dependientes y con falta de autoconfianza. Tampoco seas excesivamente permisivo, el niño necesita ciertas normas. Un estilo educativo democrático es el estilo óptimo para conseguir niños responsables.