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Mi hijo adolescente se quiere hacer un tatuaje, ¿qué puedo hacer?
Mi hijo adolescente se quiere hacer un tatuaje, ¿qué puedo hacer?

TATUAJES

Mi hijo adolescente se quiere hacer un tatuaje, ¿qué puedo hacer?

Se trata de una decisión sobre la que tanto los hijos como los padres deben reflexionar para llegar a un buen acuerdo.

Un tatuaje es una decisión importante porque probablemente estará ahí toda la vidaUn tatuaje es una decisión importante porque porbablemente estará ahí toda la vida]

Este dilema no es nuevo, los tatuajes y piercings han sido siempre un tema de disputa entre padres e hijos. Incluso ahora, esta tendencia está volviendo de nuevo y con más fuerza que en el pasado. Antes un tatuaje estaba ligado a unas ciertas corrientes culturales, a bandas o a un determinado estilo de vida. Hoy en día ya no es así, el significado es más abierto. Además, hay una mayor accesibilidad a tiendas e incluso los precios se han reducido.

¿Por qué quiere hacerse mi hijo adolescente un tatuaje?

Cuando nuestro hijo adolescente se acerca a nosotros para pedirnos permiso con esta horrible pregunta seguramente nuestra tendencia natural será decir: "Ni hablar". Por eso conviene que primero nos pongamos en el punto de vista del adolescente e intentemos

entender porque quiere hacerlo.

La adolescencia es una etapa de búsqueda de la propia identidad. Los adolescentes quieren definirse a sí mismos, empezar a construirse como personas autónomas y diferenciarse de los demás. A la vez buscan la integración en un grupo y sentirse unido a otros iguales. En este sentido, el tatuaje funciona como un elemento que le permite mostrar su personalidad y reafirmarse a si mismos.

Por otro lado, para que el adolescente pueda hacerse el tatuaje tiene que tener un mínimo de 16 años pero solo con el permiso de los padres o tutores legales. A partir de los 18 ya no lo necesitan porque son mayores de edad, por lo que a partir de esa edad poco podemos hacer para evitarlo, solo podemos intentar persuadirlo o negociar con él.

¿Qué podemos hacer como padres?

Cuando nuestro hijo nos pide permiso para hacerse un tatuaje la norma más importante es no dejarnos llevar por nuestros impulsos y contestar de inmediato. Es muy importante que antes de hablar pensemos bien la respuesta. No podemos contestar "NO" a la primera de cambio porque el adolescente tiene una "tendencia natural" a llevar la contraria a sus progenitores. Con eso solo conseguiremos que el tatuaje sea algo prohibido y por ende, más atractivo.

Aunque nuestra decisión sea No, debemos dar lugar a la reflexiónAunque nuestra decisión sea No, debemos dar lugar a la reflexión

Aquí en Bekia tenemos un apartado de cómo hablar con tu hijo adolescente que os será de gran utilidad y ahonda más en esa cuestión. Sin embargo, a continuación os dejamos unas pautas más en relación con este tema.

1- Prohibido prohibir. Como dijimos antes no podemos dar un "no" rotundo porque haremos más firme su decisión. Frases como: "mientras vivas bajo este techo...", "aquí mando yo y si no ahí tienes la puerta", "no sabes ni lo que quieres" no llevan a ninguna parte, solo a pelear y a que el adolescente se cierre en banda.

2- Utiliza la asertividad y pregúntale por qué quiere hacerse un tatuaje. ¿Cuáles son sus motivos? ¿Por qué lo ha decidido justo ahora? ¿Su decisión es madura o solo ha dejado llevarse por las modas o para sentirse parte de un grupo? Que te explique el motivo. Pregúntale además por el tipo de tatuaje que quiere hacerse, en que parte del cuerpo, el tamaño, la forma... Transmitirás al adolescente la idea de que te interesas y tienes en cuenta su decisión, de que al menos te estás pensando la respuesta.

3- Hazle ver todos los riesgos que conlleva. Antes de negarle nada (en el caso de que sea menor de edad) háblale de todos los peligros y consecuencias negativas:

-Es algo permanente. Es caro borrarlos, pero incluso en esa situación no van a desaparecer nunca del todo, siempre quedará algún tipo de marca cicatriz que dependerá de la tinta, aguja o persona que lo haya hecho.

-Hay posibilidades de contagiarse de hepatitis B y C, tétanos, tuberculosis e incluso VIH. También puede haber infecciones o incluso que aparezca un brote alérgico hacia algún material que desconocíamos.

- Arrepentimiento. ¿Seguiría pensando lo mismo cuando sea mayor y el tatuaje se deforme o se llene de arrugas?

-Otro tipo de inconvenientes. Por ejemplo, el dolor que implica (que dependerá del tamaño, lugar y diseño) o las dificultades a la hora de encontrar trabajo en el caso de un tatuaje visible.

4- Investiga si es lo suficientemente responsable para ello. Los padres son los que mejor conocen a sus hijos y pueden hacerse una idea del grado de madurez que tienen para tomar una decisión así. Tanto si es mayor de edad como si no, es importante que no le anticipemos un no, solo pedidle un tiempo para reflexionar sobre ello.

- Si es menor de edad las condiciones las ponemos nosotros. Pedidle un tiempo para que se lo piense y pueda demostrarte que no es una decisión que haya tomado al azar. Pídele además algo a cambio, no se lo dejes nunca hacer gratis. Es importante que le enseñes que todo en esta vida requiere esfuerzo, que tiene un valor. ¿Quiere un tatuaje? Muy bien pero ponle algún obstáculo, por ejemplo que mejore sus notas, que te ayude más en casa, que se lo pague él mismo o que al menos espere hasta su cumpleaños. También podemos darle la opción de que se ponga antes un tatuaje de henna, que es temporal.

Debemos de informar a nuestro hijo de los riesgos que conlleva hacerse un tatuajeDebemos de informar a nuestro hijo de los riesgos que conlleva hacerse un tatuaje

-Si tiene 18 años o más la mejor opción es dialogar con él y pedirle que se tome unos meses de reflexión. A cambio puedes decirle que si espera ese tiempo y aun sigue convencido tú mismo le pagarás parte del tatuaje. Es una buena manera de que reflexione sobre su decisión, aumentamos las posibilidades de que pueda cambiar de idea y además tendrán más en cuenta nuestra opinión porque le hemos dado a entender que estamos de su parte, que le damos permiso e incluso le apoyamos. Puede que así, tal vez, empiecen a valorar lo que les hemos dicho porque no nos hemos cerrado en banda de primera mano y hemos intentado comprenderles.

No va a cambiar de idea

Hemos hecho todo lo que hemos podido pero sigue en sus trece. En ese caso lo único que puedes hacer es apoyarle en su decisión y controlar cómo, cuándo y dónde va a hacerse el tatuaje.

Es importante ayudarle a buscar un buen local. Aparte de legal y tener un personal acreditado tiene que cumplir con todas las normas higiénicas. Tampoco debemos fiarnos del precio, normalmente lo barato sale caro pero un precio elevado tampoco es garantía de éxito.

Por último acompáñale a hacerse el tatuaje. Si percibe que pese a que no te gusta su decisión le apoyas, conseguirás mejorar la relación con tu hijo y además formarás parte de ese momento tan especial para ellos, y que al igual que su tatuaje, no serán capaces de borrar nunca.

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