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La exclusión social duele en la infancia
La exclusión social duele en la infancia

EXCLUSIÓN SOCIAL

La exclusión social duele en la infancia

Es imprescindible que los niños entiendan qué es la exclusión social desde la empatía, para erradicarla.

Los padres deben tener como objetivo criar a los hijos para que eviten excluir a los demás, la inclusión es la clave para una sociedad conexionada y con buenos valores. El futuro de la sociedad depende de cómo eduquen los padres a sus hijos hoy. Es muy triste y además hiere gravemente a los niños de forma emocional cuando no tienen a nadie con quien jugar, ni cuando es invitado a las fiestas de cumpleaños, cuando es el último elegido para un equipo de juego en la escuela... todo esto son ejemplos de exclusión social.

La exclusión social duele y puede afectar a todos los ámbitos de una persona, desde el ámbito emocional hasta los logros académicos y personales.

La exclusión es una forma de acoso

Cuando unos niños excluyen a otros, es una forma de intimidación que se conoce como agresión relacional o acoso social. Este término se refiere tanto al uso de las redes sociales como al mundo real, es decir, cuando se quiere perjudicar a una persona de una forma u otra. La exclusión es una táctica que usa el abusador relacional.

La exclusión social duele y puede afectar a todos los ámbitos de una personaLa exclusión social duele y puede afectar a todos los ámbitos de una persona

Por ejemplo, un grupo de chicos o chicas construye una identidad y mantiene a una persona fuera del grupo, ataca la reputación y el valor de esa persona. También desarrollan sentido de conexión a pesar del hecho de que están siendo malas personas. Es posible que el grupo se burle de la víctima y que le dejen fuera del círculo. También pueden hacerle ciberbullying o actuar como si no existiera aunque esté presente. Normalmente es una persona del grupo la que lidera estas actuaciones y el resto le siguen por presión. En consecuencia, todos los miembros del grupo participan o no hacen nada al respecto de la exclusión social que sufre la víctima.

Los niños piensan que son 'perdedores' y que no merecen el buen trato de otras personas por lo que pueden actuar de forma autodestructuvaLos niños piensan que son 'perdedores' y que no merecen el buen trato de otras personas por lo que pueden actuar de forma autodestructuva

Esto no es cosa de niños

Lo que empeora las cosas es que los adultos piensan que esto es 'cosa de niños' y no se toman en serio lo que ocurre, lo que agrava las cosas. Los adultos dicen cosas como que la víctima debe ignorar lo que le hacen o dicen y buscar otros amigos, pero minimizar el dolor que provoca la exclusión nunca es buena idea. Recuerda que todos los niños, sin importar su edad, necesitan adultos que les escuchen y validen sus sentimientos, sean cuáles sean. Deben ser sus guías emocionales y de vida.

Los niños piensan que son 'perdedores' y que no merecen el buen trato de otras personas por lo que pueden actuar de forma autodestructuva. De hecho, algunos niños pueden tener depresión e incluso, contemplan la terrible idea de suicidarse a causa de esto. Otros niños pueden tener mucho rencor y querer vengarse de forma cruel de sus agresores. Un niño puede comenzar a pensar que no es importante en el mundo o que no tiene ningún valor, ni nada que perder.

Los niños deben aprender a ser inclusivos

Por supuesto, una de las mejores formas de ayudar a combatir la exclusión es enseñarles a los niños desde una edad temprana a ser inclusivos.  Los niños deben entender la gravedad que tiene el ser exclusivos con otros niños que no merecen que les traten de ese modo. Es necesario trabajar la empatía para que los niños aprendan lo que realmente importa en nuestra sociedad: la humanidad.

Recuerda que tú, como padre o madre eres su mejor ejemplo y dependerá mucho más lo que haces que lo que dices. En este sentido, busca siempre oportunidades para trabajar la inclusión y que tus hijos se den cuenta de que la exclusión no está bien ni hacerlo, ni que se lo hagan a ellos mismos. Porque la exclusión social hoy duele en el corazón de los niños, pero mañana puede tener graves consecuencias psicológicas y emocionales.

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