Cuando un niño tiene 8 años es una época donde muchos niños y niñas comienzan a cambiar. Te comienzan a demostrar mejores habilidades de pensamiento crítico, resuelven los problemas de forma eficaz y tienen períodos de atención mucho mejores. A esta edad los niños de 8 años comienzan a querer más independencia aunque de vez en cuando siga necesitando tu ayuda porque se le ha olvidado cómo emplearlas. Los niños necesitarán mejorar o ajustar sus habilidades sociales, emocionales y de comportamiento.
Los niños y niñas de 8 años
Habrán días en que tu hijo parezca más maduro y otras veces te muestre su cara inmadura... esto es lo normal a esta edad. Aunque no quieren ser 'niños pequeños', tampoco pueden ser 'niños grandes' aún por su inmadurez biológica. Esto puede ser una lucha interna para ellos ya que quieren aprender nuevas habilidades.
Las habilidades físicas a estas edades también mejoran mucho y pueden destacar en los deportes, la música, el arte u otros intereses. Es el momento ideal para que los niños exploren sus intereses. En casa, intentarán poner a prueba los límites una y otra vez, pueden estar malhumorados o tener rabietas cuando no obtienen lo que quieren. Querrá aumentar su privacidad por lo que es un buen momento para que tenga un diario. Aunque quiera privacidad habrán algunas cosas como el uso de las tecnologías o redes sociales que requerirán tu control.
A los 8 años los niños comienzan a hacer exámenes con expectativas más altasProblemas en la escuela
A los 8 años los niños comienzan a hacer exámenes con expectativas más altas y puede tener ciertas dificultades para mantearse al día con las tareas escolares. En ocasiones los problemas de conducta pueden derivarse de la frustración en relación a las tareas académicas. Hay niños que prefieren ser el 'payaso de la clase' que el 'tonto de la clase'.
Si los problemas de comportamiento aparecen por problemas de aprendizaje deberán abordarse con consecuencias pero abordando el problema que lo origina. Los niños necesitan organizar sus tareas, tener un buen control de las tareas a realizar cada día con el uso de una agenda, y si no entienden los conceptos y no puedes ayudarle, entonces será buena idea contratar los servicios de un profesor particular.
En ocasiones estos problemas de comportamientos cuando son muy continuados en el tiempo pueden generar preocupación en los padres y la solicitud de un psicólogo infantil para saber si hubiera algún tipo de trastorno. Esto es necesario hacerlo para que si se tuviera algún trastorno se pudiera abordar cuanto antes.
Ayuda a tu hijo a construir su confianza
Los niños de 8 años pueden sentir demasiada confianza en ellos mismos y en otras ocasiones, dudar sobre sus propias habilidades. Pueden compararse con sus compañeros y pensar que 'otros son mejores que yo'. Pero lo importante en estos casos es enseñar a los niños que con práctica y esfuerzo, cualquier persona puede mejorar sus habilidades.
Tendrás que animar a tu hijo a seguir trabajando duro, incluso cuando se sienta frustrado... señala siempre las mejores cuando las veas diciendo cosas como: '¿Recuerdas como hace unos días no sabias montar en bicicleta y ahora ya sabes hacerlo mucho mejor?'.
Mantén tu autoridad
Tus hijos necesitan sentir cómo tienes autoridad, pero debe ser una autoridad buena, donde existan resultados correctos en el comportamiento de los niños, sin miedos. Para ello tendrás que establecer expectativas claras y reglas para que los niños sepan qué esperas de ellos y cómo son los comportamientos adecuados.
Para conseguir autoridad en tus hijos tendrás que validar sus sentimientos, mostrar empatía, establecer reglas claras y consecuencias cuando las rompan. Todos estos esfuerzos te ayudarán a convertirte en un padre con buena autoridad, algo que es clave para ayudar a tu hijo a convertirse en un adulto responsable.
Atención positiva
Los niños, para que estén tranquilos y seguros dependen de la actitud que tengan los adultos hacia ellos todo el tiempo. Si quieres que tu hijo de 8 años esté tranquilo y se sienta seguro, necesitará que le brindes mucha atención positiva. Dedica unos minutos cada día para darle a tu hijo toda tu atención.
No importa lo mal que se haya portado ese día, jugad a un juego, hablar sobre lo qué tal ha ido el día o simplemente, léele un cuento antes de que se vaya a dormir o cántale una canción. Al darle a tu hijo esta atención positiva reducirá la búsqueda de llamar la atención y tendrá un mejor comportamiento todo el tiempo.
Elogia el esfuerzo
Cuando tu hijo haga cosas buenas, elógiale de forma específica. En lugar de elogiar el resultado de algo, elogia el esfuerzo por haberlo intentando o que gracias a ese esfuerzo ha obtenido buenos resultados.
En lugar de decirle lo inteligente que es cuando saque buenas notas en un examen, es mejor que le digas que gracias a su esfuerzo ha podido mejorar su calificación, porque esforzarse siempre da buenos resultados. El elogio por el esfuerzo construirá un buen carácter y le motivará por hacer mejor las cosas cada vez.
Sistema de recompensas
En ocasiones, los niños de 8 años necesitan incentivos para motivarse a resolver conductas problemáticas o a mejorar malos comportamientos. Los sistemas de recompensas pueden ser maravillosos motivadores para los niños de 8 años. Identifica comportamientos que quieras que tus hijos mejoren y permite que tus hijos escojan los privilegios si cumplen los objetivos.
En ocasiones, los niños de 8 años necesitan incentivos para motivarse a resolver conductas problemáticas Ejemplos de privilegios deben ser: más tiempo de juego en la tablet, más tiempo de juego en el parque, poder ir a dormir 15 más tarde, jugar a un juego especial en familia, salir a tomar un helado... etc. En ningún caso deberán ser recompensas que cuesten dinero o materiales exagerados.
Horario para hacer las tareas
Si ves que tu hijo de 8 años se lía en cuáles son sus responsabilidades en las tareas domésticas y académicas, entonces tendrás que recordarle a través de un horario qué es lo que debe hacer cada día y cuando es el espacio de tiempo que tiene al día para hacerlo. Pueden practicar su independencia deseada con un horario que le permita recordar por sí mismos qué hacer y cuándo.
Quizá comience a tener cierto interés por el dinero. Si quieres una pequeña asignación, deberá realizar tareas aparte de sus tareas domésticas obligadas, como cortar el césped o sacar la basura cuando no le corresponde (durante una semana entera por ejemplo). De esta manera podrás comenzar a enseñar a tu hijo a cómo ahorrar o a cómo gastar el dinero de forma sabia.
Un contrato de comportamiento, la ley de la abuela para la disciplina, el tiempo en espera o la retirada de privilegios, son buenas formas educativas que puedes emplear también a esta edad porque son eficaces.