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¿Cómo se contagia la difteria?
¿Cómo se contagia la difteria?

ENFERMEDADES INFANTIL

¿Cómo se contagia la difteria?

La difteria es una enfermedad infecciosa que pueden contraer los niños y contra la que hay que vacunarles para prevenirla, estos son los mecanismos por lo que se expande.

La difteria es una enfermedad de origen bacteriano, producida por una bacteria llamada Corynebacterium diphtheriae. Produce dolor e inflamación el la laringe, faringe y nariz, también dificultades para respirar. Si no se controla a tiempo podría llegar a producir daños a nivel cardíaco y cerebral.

Cuando la persona es infectada por el bacilo las primeras partes afectadas del cuerpo será las relacionadas con el sistema respiratorio (nariz y garganta), se forma una costra gris y dura alrededor de las vías respiratorias que dificulta la respiración. Si no se controla a tiempo la bacteria libera unas toxinas al torrente sanguíneo que pueden diseminarse a otras partes del cuerpo, normalmente al cerebro y al corazón, pudiendo llegar a causar serios problemas.

Los síntomas principales aparecen a la semana de haber contraído el virus aunque hay casos en los que no hay síntomas notables.

-Fiebre alta y escalofríos.

-Dolor de cabeza.

-Exceso de saliva.

-Dolor de garganta, sobre todo al tragar.

-Dificultades respiratorias.

-En zonas calurosas o trpopicales es común la aparición de úlceras en la piel.

-Secreción nasal con sangre.

-La piel puede adquirir un tono azulado.

Los niños menores de 5 años tienen mayor riesgo de desarrollar la difteria si no están vacunadosLos niños menores de 5 años tienen mayor riesgo de desarrollar la difteria si no están vacunados

¿Cómo se contagia la difteria?

La difteria se contagia por las gotitas que secretamos al estornudar o al toser de una persona a otra. Una persona con difteria es contagiosa hasta dos semanas después de haber contraído la enfermedad aunque también puede ser contagiada por portadores sanos. Los más propensos a sufrirlas son los menores de 5 años y los mayores de 60 porque su sistema inmunológico es más débil.

Desde la aparición de las vacunas la difteria en España estuvo erradicada desde 1987, sin embargo, en el 2015 se anunció un nuevo caso en Girona donde un niño de Olot contrajo la enfermedad. Por lo visto el pequeño no había sido vacunado por deseo de sus padres y tuvo que ser ingresado en la UCI del hospital Vall d' Hebrón de Barcelona. La medicación para tratarlo tuvo que venir de Rusia pero hubo un final feliz. Aunque el niño estuvo en contacto con otros niños ninguno sufrió la enfermedades porque todos habían recibido la vacuna.

Prevención del contagio en la difteria

1) Vacunación

La mejor forma de prevenir la enfermedad es mediante la vacuna. Esta vacuna se combina con las vacunas del tétanos y de la tos ferina, llamándose comúnmente la vacuna tres-en-uno. Es una de las vacunas que los médicos recomiendan ALTAMENTE en la infancia y consisten en 5 sesiones de inyecciones en el brazo o en la pierna a los 2 meses, 4 meses, 6 meses, entre 12-18 meses y la última sesión entre los 4 y 6 años.

Si quieres asegurarte de que no haya contagio a lo largo de la vida de tu hijo lo mejor es vacunarle. Los primeros días tras la vacuna el niño puede tener algunos efectos secundarios como algo de fiebre, somnolencia y estar un poco más irritables de lo normal, sin embargo, no debemos preocuparnos porque se pasará en uno o dos días, merece la pena. En algunos casos el niño puede sufrir un pequeño sarpullido en la zona en la que fue pinchazo y en otros más extraños puede tener náuseas, vómitos o convulsiones, sin embargo todos estos síntomas son tratables y no conllevan riesgo. Sin embargo, hay niños a los que no se les recomienda la vacunación, son los que tienen un trastorno cerebral progresivo, el médico te lo hará saber si ese es tu caso. Para todos los demás se recomienda seguir el calendario de vacunación.

Una vez que se han vacunado a los niños en esas 5 sesiones necesitarán más adelante unas vacunas de refuerzo para potenciar el efecto inmunológico. A los 12 años se pone la primera, las siguientes en intervalos de 10 años (a los 22, a los 32, etc). Muy pocos adultos lo hacen y no se contagian pero siempre es recomedable ir renovándolas, sobre todo si se piensa viajar a países tropicales o lugares donde esta enfermedad es común. También en los casos donde una persona cercana ha estado viviendo allí porque aunque no se contagie puede ser portadora de la bacteria y contagiárnosla a nosotros. Por último, las mujeres embarazadas deberían ponérsela independientemente de que ya la hayan recibido anteriormente, también las personas que no la hayan recibido de pequeños, por ejemplo los mayores de 75 años son un grupo de riesgo porque hay muchos que no fueron vacunados de pequeños y no lo han hecho de adultos.

La vacuna contra la difteria es la principal defensa de los niños contra esta enfermedadLa vacuna contra la difteria es la principal defensa de los niños contra esta enfermedad

2) Seguir unos hábitos higiénicos adecuados

Si la persona ha contraído difteria debe extremar la precaución con lo demás porque es una enfermedad muy contagiosa y si el otro no está vacunado puede contraerla fácilmente. Para ello es importante taparse la nariz con un pañuelo desechable de papel cuando se estornuda y lavarse bien las mano con jabón frecuentemente, aunque es mejor evitar el contacto con personas mayores o niños pequeños (ambos son los dos grupos más vulnerables) al menos durante las dos primeras semanas que es cuando más probabilidad hay de contagio. Las personas que hayan estado en contacto con alguien que sí tiene la enfermedad deben someterse a un cultivo de bacterias y puede tomar antibióticos a modo de prevención aunque no se haya confirmado aun la presencia de la bacteria en su cuerpo.

3) Seguir una buena alimentación

Aunque la principal causa de contagio es la infección por la bacteria lo cierto es que tener una mala alimentación es un factor de riesgo. Si nuestro sistema inmune está debilitado seremos más vulnerables a las infecciones. Sigue una dieta balanceada, sin descuidar ningún grupo de alimento. Y sobre todo incluye verduras y frutas que son ricas en vitaminas. Algunos alimentos que deberías incluir en tu rutina diaria por su gran poder inmunológico son:

- Verduras de hojas verdes como el brócoli o las espinacas.

- Ajo. Previene contra los virus evitando que entren y si lo consiguen que estén menos tiempo en nuestro organismo.

- Alimentos ricos en las vitaminas del grupo B. La falta de vitamina B6 que se encuentra generalmente en alimentos como la avena, el trigo y otros cereales como el arroz. Dentro del grupo de las carnes los pescados, el hígado y los huevos también las presentan.

- Frutas cítricas por su aporte en vitamina C.

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