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Cómo calmar los nervios de los niños por la comunión
Cómo calmar los nervios de los niños por la comunión

CELEBRACIÓN

Cómo calmar los nervios de los niños por la comunión

La Primera Comunión es un evento muy importante en los niños, pero ser protagonistas de él, junto a esperar los regalos, lo convierten en una fuente de presión y nervios.

La comunión es uno de los momentos más importantes de la vida de nuestros hijos durante su crecimiento. Esto es porque es una de las primeras grandes celebraciones que van a vivir como protagonistas.

Con tal de poder realizar este acto religioso, los niños se habrán tenido que preparar durante meses haciendo la catequesis y, además, habrán visto cómo sus padres y familiares se han encargado de preparar todos los detalles necesarios para que la comunión salga perfecta.

Unos meses antes empezaremos a pensar en el traje o vestido, el lugar dónde se celebrará la ceremonia, dónde comeremos o festejaremos después, los regalos y los invitados. Los niños viven esto con mucha más intensidad que los adultos, además de ser la primera vez en su vida que son los protagonistas de un evento tan singular. Por eso, es normal que se pongan muy nerviosos, tanto días antes como en el mismo día de la ceremonia, por lo que tenemos que ayudarles a calmar esos nervios si queremos que disfruten de su comunión y todo salga perfectamente.

En Bekia te contamos cómo calmar los nervios de los niños por la primera comunión.

Mientras preparamos la celebración

Es normal que durante la preparación de la celebración los padres también estén más nerviosos de lo normal. Eso es porque hay muchas cosas que preparar y que tener en cuenta si queremos que todo salga a la perfección.

El día de la Primera Comunión supone una gran presión por ser el protagonistaEl día de la Primera Comunión supone una gran presión por ser el protagonista

No obstante, no deberíamos dejar que los niños notasen demasiado estos nervios, puesto que se los podríamos transmitir y eso no les ayudaría ni durante la preparación del evento ni durante la misma ceremonia, en la cual deberán estar muy concentrados.

Podemos involucrar a nuestro hijo en la organización del evento si vemos que está contento y que no pierde los nervios. Sin embargo, si vemos que esta situación le supera deberemos respetar el hecho de que se mantenga al margen. Recuerda que es solamente un niño y solo piensa en lo que hará el mismo día del evento, la celebración y los regalos, por lo que no debemos darle más responsabilidad que la que pueda controlar, ya que sino se pondrá todavía más nervioso.

Si los padres son personas que se estresan con facilidad deberán intentar de todas las maneras posibles no pasarle esta tensión a sus hijos, en edades tan jóvenes no entienden el porqué de tantos nervios y esto puede hacer que se sientan también muy alterados, lo que puede afectar negativamente a su visión del evento o a hacer que se encuentre demasiado tenso el mismo día en que se celebre.

Por lo tanto, podemos incluir a nuestros hijos en algunas tareas de preparación, como el envío de las invitaciones o la elección del traje, pero deberemos mantenerlos al margen de algunas otras si vemos que se ponen muy nerviosos, respetando que todavía son niños y ya tendrán edad de crecer y tener más responsabilidades.

Manteneros tranquilos para transmitir esa calma a vuestro hijo o hijaManteneros tranquilos para transmitir esa calma a vuestro hijo o hija

El mismo día del evento

Puede ser que este día que tanto tiempo ha estado esperando el niño haga que de golpe se ponga extremadamente nervioso y se sienta incapaz de seguir adelante. Esto es totalmente normal. Quizás haya tomado conciencia de que es el protagonista absoluto de la jornada y que, además, tendrá tareas que realizar en la iglesia durante la ceremonia y se sienta incapaz de hacerlas.

Nuestra misión será hacer que el niño entienda que no debe ponerse nervioso. Es normal que esté contento por la ocasión, por todas aquellas personas que han venido a celebrar el día con él o con ella, por la fiesta y los regalos que recibirá después, pero tiene que entender que queda todo en familia y que los nervios no harán más que molestarle durante sus tareas en la iglesia.

Sé el mejor ejemplo para tu hijo mostrándote tranquilo y sereno. De este modo verá que tus palabras son ciertas y que no tiene porqué ponerse nervioso. Además sabiendo que tú no estás nervioso hará que seas su mayor apoyo, dándole la confianza de que todo saldrá bien.

Si ves que tú no eres el mejor ejemplo de esta calma que tanto necesita, no dudes en avisar a otro familiar cercano o amigo para que le haga reír y le quite hierro a la situación. Así le ayudarán a tu hijo a perder los nervios y tú también tendrás tiempo de respirar hondo y cerciorarte de que todo saldrá a la perfección.

En casos en los que los niños estén demasiado nerviosos podemos optar por darles una infusión, como una tila o una manzanilla calentita que les ayudarán a creer que sus nervios menguan y podrán concentrarse en todas sus tareas durante el evento y, posteriormente, disfrutar de la celebración y los regalos como tanto se merecen.

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