Hay padres que a día de hoy son bastante afortunados y la envidia de otros padres ya que sus hijos todavía consiguen dormir la siesta. Otros sin embargo se lamentan día tras día de que sus hijos ya no la duerman ya que no la necesitan o no quieren. Está demostrado de que la siesta aporta una serie de beneficios a los mayores y a los niños por lo que es importante el conseguir que la duerman de manera habitual y de manera voluntaria. Acto seguido voy a hablarte un poco más de dichos beneficios y la importancia que tienen los mismos en el desarrollo infantil.
La siesta es necesaria para los bebés y los niños
Durante los primeros meses de vida los bebés duermen un gran número de horas al día incluyendo la preciada siesta. Antes de que cumpla el primer año, el recién nacido va a hacer dos siestas al día, una por la mañana y otra por la tarde. A partir del año suelen suprimir una de las dos siestas y hacer solo una. Lo normal es que deje de hacer la de por la mañana y siga con la de la tarde.
A partir de este momento es importante que los padres logren inculcar al niño la importancia que tiene la siesta para que a pesar de ser más mayor la siga durmiendo. Por desgracia dicho hábito suele ir desapareciendo conforme el niño va creciendo y haciéndose más mayor. En muchos el dormir una siesta de al menos media hora repercute positivamente en su organismo y se sienten mucho más relajados y tranquilos. Crear una serie de hábitos o rutinas resulta importante a la hora de conseguir que el niño duerma la siesta sin obligaciones alguna y sin rechistar. Hay que preparar el ambiente y hacer todo lo posible para que el niño se encuentre a gusto y relajado.
Qué beneficios aporta la siesta a los niños
- Dormir la siesta va a hacer que el pequeño pueda recuperar toda la energía perdida durante el día y se levante de la misma como nuevo y con las pilas totalmente cargadas para lo que queda del día.
- La siesta ayuda al cuerpo a dormir mucho mejor durante la noche. En muchas ocasiones el niño llega demasiado revolucionado y pasado de vueltas a la cama por lo que tiene serias dificultades a la hora de dormir. Una siesta de 30 o 60 minutos es perfecta para que el niño llegue relajado a la hora de dormir.
- Está científicamente demostrado que el dormir la siesta ayuda a reducir la hiperactividad de los niños. Si el niño no duerme la siesta es probable que esté mucho más alterado durante el resto del día y pueda llegar a sufrir diversos terrores nocturnos.
- Otros estudios han corroborado que la siesta ayuda a mejorar la memoria de los pequeños tanto la declarativa como la de corto plazo.
- El dormir la siesta también va a ayudar a mejorar el aprendizaje infantil además de su rendimiento escolar. Está demostrado que la siesta también va a permitir que el pequeño tenga un mejor desarrollo en el ámbito del lenguaje.
A pesar de los beneficios que aporta la siesta es importante el no obligar al pequeño a dormirla y dejarla que la haga por él mismo. La clave está en que los padres le inculquen tal hábito desde que son pequeños y de esta manera resulte normal el hacerla. Por desgracia cada vez es más raro el ver a un niño el dormir la siesta ya que prefieren hacer otra cosa como el jugar con otros niños o el hacer otro tipo de actividades mucho más satisfactorias para el pequeño.