Vivimos en una sociedad en la cual, cada día más, es muy importante hablar más de un idioma. El hecho de desenvolvernos en varias lenguas nos ayuda a comprender otras lenguas y también otras culturas y mentalidades distintas a las nuestras. El inglés se ha convertido en una lengua básica si queremos estar al día de muchas de las novedades en Internet, tanto de películas y series como en noticias y los vídeos que comparten las celebridades internacionales.
El hecho de hablar más de un idioma nos facilita el poder viajar con mayor libertad, pero también hace más amplia nuestra variedad a la hora de encontrar empleo, puesto que muchas empresas son conscientes del valor que tiene hablar correctamente más de un idioma. Sin embargo, no es lo mismo aprender una lengua de mayor que haberlo hecho de pequeño.
Aunque se crea que el hecho de crecer con dos o más lenguas en el hogar sea algo que pueda confundir al niño, también está demostrado que el hecho de ser bilingüe, es decir, teniendo la capacidad de hablar dos lenguas al mismo nivel de exigencia, tiene muchos aspectos positivos para este niño y le ayudará en el futuro a la hora de aprender otras lenguas.
En España contamos con Comunidades Autónomas en las cuales se tienen dos lenguas co-oficiales, como lo son Galicia, el País Vasco, Valencia y Cataluña donde además del castellano se habla el gallego, el vasco, el valenciano y el catalán. Los niños de estas Comunidades Autónomas tienen la posibilidad de estudiar en ambos idiomas a la vez, lo que les ayuda a desarrollarse correctamente en ambas lenguas y poder utilizarlas indistintamente.
Descubre cuáles son los beneficios de criar a un niño bilingüe si todavía te quedan dudas sobre si aprender dos idiomas de forma simultánea puede ser beneficioso o no para el aprendizaje de tu hijo.
Beneficios de criar a un niño bilingüe
El hecho de aprender dos lenguas desde que se es pequeño ayuda al bebé a diferenciar ambos códigos. Por lo tanto, será capaz desde muy pequeño de saber qué lengua se está hablando y qué idioma deberá utilizar para responder y ser comprendido. Por lo tanto, el niño conocerá el vocabulario y la gramática de ambas lenguas, además de todos aquellos juegos de palabras y culturales que conocen solamente aquellos que hablan el idioma desde pequeños.
No obstante, la mera exposición a ambos idiomas no será suficiente. Para que el niño sea completamente bilingüe deberá escuchar y hablar los dos idiomas casi en la misma medida. Esto sucede en las Comunidades Autónomas españolas mencionadas, ya que los estímulos que les envuelven están en ambos idiomas por igual: la televisión puede ser en catalán o en castellano, en el patio del colegio hablarán gallego o castellano y con diferentes familiares y amigos puede que hablen vasco o castellano.
Así pues, el cerebro de un niño bilingüe tendrá la capacidad de cambiar de un idioma a otro con mucha facilidad utilizando los códigos lingüísticos necesarios y mejorando la memoria de los más pequeños. Aprender un idioma implica un aprendizaje activo, en el que se utiliza la memoria para recordar las palabras y cómo se crean las frases, por lo que el cerebro de un niño bilingüe está ejercitando el doble esta función en comparación con el de un niño monolingüe.
Además, el hecho de hablar de forma fluida dos idiomas a la vez ayudará a estos niños al aprender un tercer idioma, puesto que estarán más acostumbrados a cambiar de código y de aprender palabras nuevas en otro idioma. Por lo tanto, los niños españoles que hablen dos lenguas romanas en casa tendrán más facilidad para aprender una tercera, puesto que son muchos los aspectos que tienen éstas en común.
Posibles inconvenientes del bilingüismo
Aunque la creencia de que los niños se confunden al oír dos lenguas antes de empezar a hablar no sea del todo cierta, algunos de los inconvenientes del bilingüismo en los niños sería que al tener que aprender dos lenguas a la vez no pueden memorizar tantas palabras como lo harían al aprender una sola. Así pues, su vocabulario es un poco más limitado en español que el de un monolingüe. Sin embargo, esto no impide que de mayor este niño pueda profundizar más en una de estas lenguas y aprender más vocabulario.
Otro de los posibles inconvenientes sería el hecho de tener una mayor interferencia de una lengua en la otra cuando se está hablando, es decir, que es posible que el niño que habla dos lenguas diga una palabra en la otra lengua por error. Por ejemplo, un niño valenciano podría decir una palabra en castellano cuando está hablando en valenciano, porque no la recuerda, porque le es más fácil o por error. De nuevo, con la práctica y con el tiempo es posible evitar este tipo de errores, pero la interferencia de un lenguaje a otro será casi inevitable, porque para un bilingüe ambas lenguas son maternas y puede cambiar de una a otra con total facilidad, por lo que parece tener bastantes más beneficios que inconvenientes a la larga.