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7 formas de aprovechar los libros de texto cuando acaba el curso
7 formas de aprovechar los libros de texto cuando acaba el curso

LIBROS DE TEXTO

7 formas de aprovechar los libros de texto cuando acaba el curso

Termina el curso escolar y hay una montaña de libros de texto que no usaremos más, ¡no los tires! Podemos ayudar a mucha gente con ellos, ¡incluso a nosotros mismos!

Decimos adiós a un curso académico más y nos encontramos con varias cosas ante nuestros ojos. Por un lado, las esperadas vacaciones de los alumnos, que bien merecidas las tienen después de un último trimestre duro. Por otro lado, un buen montón de libros de texto que ya no nos son útiles. ¿Qué podemos hacer con ellos? Tenemos un gran abanico de posibilidades, todas ellas para darles más vida útil o no desperdiciar este material. Debemos recordar que aunque a nosotros no nos sean ya válidos, o incluso estén pintados, otros niños y niñas se pueden beneficiar de ellos. Por desgracia, la vida útil de un libro de texto es bastante corta, porque las editoriales suelen modificarlos y lanzar nuevas ediciones cada poco tiempo. Aun así, eso no es razón para tirarlos ni darlos por perdidos. Os damos, por ello, una serie de ideas para aprovechar los viejos libros de texto.

1. Dárselos a un amigo, compañero o vecino

Como bien sabemos, los libros de texto tienen un coste muy elevado, porque son muchos que hay que comprar a la vez. Por ello, una práctica muy bonita es ser solidario con la gente de nuestro alrededor, y quizá tengamos algún conocido, amigo o vecino que vaya a empezar el curso que viene el mismo que nuestro hijo o hija acaba de terminar. Pueden comprobar si alguno de nuestros libros le puedan hacer falta, y le vendrá bien ahorrar ese gasto. De la misma manera, quizá alguien cercano nos ofrezca sus libros anteriores, se trata de una práctica muy común entre alumnos de cursos más altos, como el bachillerato. Los jóvenes entienden el gasto que suponen los libros y no tienen ningún problema en utilizarlos, además de que estos libros tienden a tener más texto y los ejercicios se suelen hacer en un cuaderno aparte.

Podemos intercambiar los libros de texto para tener los del siguiente cursoPodemos intercambiar los libros de texto para tener los del siguiente curso

2. Informarnos de si en el colegio tienen un banco de libros

No ocurre en todos, pero en algunos colegios e institutos suelen tener algunos libros de segunda mano para alumnos que no pueden costearse los suyos, o para aquellos que llegan en mitad del curso y les cuesta encontrar los necesarios a tiempo. Preguntaremos al tutor o tutora, en dirección o en el Departamento de Orientación, allí nos informarán de si recogen libros, si hay alumnos que los necesitarán, u otras alternativas que podemos hacer con ellos.

Además, si se trata de institutos, escuelas de idiomas, o escuelas de adultos, suele haber un tablón de anuncios libre donde podamos anunciar que regalamos o vendemos libros de segunda mano.

3. Llevarlos a un intercambio de libros

Algunos centros municipales, ONGs, asociaciones, etc. de cada ciudad, tienen un banco de libros para que cualquier persona pueda llevar sus libros antiguos. Normalmente te dan un vale para que puedas intercambiar por los que luego necesitemos, y así todo el barrio o comunidad nos hacemos un favor mutuo. En algunas ciudades hay verdaderas colas cuando se abre el plazo de intercambio de libros, y se va convirtiendo en cultura en utilizar material de segunda mano.

4. Donarlos a una ONG

Otra manera de ser solidario es donando los libros para que otros niños puedan aprender con ellos, sin que sea necesariamente dentro del colegio o instituto. Muchas ONGs recogen libros de texto para utilizarlos en países en vías de desarrollo, o para utilizar en centros sociales como refuerzo, para la alfabetización de niños extranjeros, etc. Las opciones son infinitas, hay muchos ámbitos donde educar niños y niñas, y seguro que agradecen nuestra donación. Esto resulta de especial interés en libros de niños pequeños.

5. Regalarlos o venderlos por internet

Si no tenemos cerca de casa, en nuestro pueblo o ciudad, un centro donde dejar nuestros libros, siempre podemos utilizar internet, que nos conecta con personas de todo el mundo. Podemos poner anuncios en páginas web, o incluso hay algunas específicas donde la gente regala todo tipo de objetos que ya no le sirven. También podemos venderlos si están en buen estado.

Con la donación de nuestros libros de texto muchos niños se pueden beneficiarCon la donación de nuestros libros de texto muchos niños se pueden beneficiar

Una medida un poco más clásica, parecida a la que proponíamos con el tablón de anuncios del instituto, es utilizar el tablón de bibliotecas públicas y centros municipales.

6. Guardar alguno que nos pueda servir para repasar en el futuro

Parece la opción menos viable, y seguro que a los más pequeños no les hace ni pizca de gracia volver a abrir uno de esos libros que tantos quebraderos de cabeza le han dado a lo largo del curso. Sin embargo, si hay alguna materia que se les resista, les puede quedar como repaso, por ejemplo, en inglés, francés, matemáticas o lengua.

También podemos repasar con nuestro hijo o hija al final de verano algunos de los puntos clave para llegar con las ideas frescas al nuevo curso. ¿A que no le parece buena idea a nuestro/a peque? Pero si tenemos esa costumbre los días anteriores al inicio del curso, les costará menos.

7. En último término, si no has conseguido encontrarles nuevo dueño ¡a reciclar!

Igual no hemos conseguido que nadie se interese por nuestros libros, o no hemos encontrado un banco de libros en la ciudad, y por internet tampoco los colocamos en ningún hogar. Si hay que tirarlos, has de recordar lo importante que es que sea en un lugar de reciclado de papel. Los libros de texto suponen una cantidad muy grande de papel, y darles la oportunidad de convertirse en nuevas hojas es un auténtico ahorro para el planeta, el medio ambiente, los árboles, la economía y las empresas de residuos (que no tienen que almacenar material que podría ser reutilizado). Hemos de mantener un modo de vida consciente y sostenible, y así de paso les estaremos dando a nuestros hijos e hijas un ejemplo de responsabilidad.

Además, hay casos de empresas de reciclaje de papel que si encuentran libros en buen estado entre lo que tiramos al contenedor, los guardan y los donan. Para ellos un libro también es un tesoro que no se puede destruir.

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