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Las claves para tener éxito al quitar el pañal a tu hijo
Las claves para tener éxito al quitar el pañal a tu hijo

QUITAR EL PAÑAL

Las claves para tener éxito al quitar el pañal a tu hijo

Sigue estos consejos de una psicóloga infantil para dar este paso tan importante en la vida de tus hijos.

Hemos de esperar al momento adecuado para quitar el pañal y no intentar adelantarloHemos de esperar al momento adecuado para quitar el pañal y no intentar adelantarlo

Quitar el pañal y empezar a ir al baño como los mayores supone un paso importante en la vida diaria de cualquier niño. Con el control de esfínteres pasamos de una conducta refleja automática a una conducta voluntaria y controlada y este proceso lleva un tiempo.

A menudo los niños consiguen este control durante el día entre los dos y los tres años. Algunos lo consiguen incluso antes pero tenemos que tener en cuenta que la madurez biológica y psicológica que les permita dar este paso puede llegar mucho más tarde, sin que esto suponga un retraso ni un problema importante, como a veces nos quieren hacer creer. Actualmente, la primera propuesta para que nuestros hijos abandonen los pañales vienen por parte de las Escuelas Infantiles, que comienzan a entrenarlos de cara al Colegio. Cualquiera que haya estado en una Escuela Infantil, sabe que el momento de cambio de pañales es laborioso, caótico e interrumpe la dinámica de la clase (cambiar a la vez unos diez pañales no es ninguna tontería), pero son los padres los que mejor deben saber cuándo es el momento idóneo para que su hijo de ese paso importante.

¿Cómo podemos saber que es el momento adecuado para quitar el pañal?

Comenzar el proceso de enseñanza del control de esfínteres antes de tiempo puede tener efectos negativos en el aprendizaje posterior. Tenemos que evitar situaciones de tensión y ansiedad en la familia y que el inodoro se convierta en un estímulo negativo y estresante para el niño, que pueda generar problemas más graves después. Es mejor esperar que adelantarnos al momento adecuado de quitar el pañal.

Podemos hablar de cuatro condiciones que deben darse para poder iniciar la retirada de los pañales, teniendo en cuenta la variabilidad y flexibilidad que debemos tener con cada niño:

1. El niño es capaz de mantener seco el pañal algo más de una hora. Lo mejor es llevar a cabo un registro durante unos días para saber cuánto tiempo pasa entre las micciones o defecaciones.

2. Puede sentarse en el inodoro o el orinal durante unos minutos sin obligarle, sin llorar ni protestar. Para llegar a ese punto podemos ir presentándole la tarea de ir al baño como un juego, sentarlo allí mientras nosotros estamos arreglándonos, limpiando el baño, etc. Así estaremos asociando ese lugar con cosas positivas. Es conveniente no insistir de forma persistente si hay un rechazo inicial. En lugar de eso, esperaremos unos días para volver a intentar llevar a cabo esa asociación. Podemos jugar con sus propios muñecos haciendo que les llevamos a hacer pis al baño o leer juntos algún libro infantil con esa temática.

3. Empieza a mostrar signos evidentes que nos demuestran que él nota que ha hecho pis o caca, está incómodo, se rasca, intenta quitarse el pañal... Generalmente los niños consiguen antes el control de las defecaciones.

4. Ha alcanzado un grado de madurez observable, físicamente tiene buena coordinación motora, es más independiente, se mueve con soltura por su entorno y a nivel psicológico se separa más fácilmente de sus padres, sigue órdenes sencillas, tiene menos rabietas, etc.

Alabaremos cada vez que nuestro hijo utilice el inodoro correctamenteAlabaremos cada vez que nuestro hijo utilice el inodoro correctamente

Cuando tengamos claro que estas cuatro condiciones previas están conseguidas, podemos comenzar con el proceso.

Qué debemos saber para quitar el pañal al niños

En primer lugar, debemos tener claro que será un proceso largo. Quitar el pañal traerá consigo incomodidades y trabajo (la lavadora estará a pleno funcionamiento durante esos días), así que debemos armarnos de paciencia. Es mejor esperar a que el momento familiar también sea el oportuno, en una época sin demasiadas tensiones ni presiones externas y, si fuera posible, en época de buen tiempo.

Son muchos los programas de entrenamiento existentes a la hora de la retirada de los pañales. Existe el programa de "Retirar los pañales en menos de un día", de los psicólogos Nathan H. Azrin y Richard M. Foxx, que lo publicaron en su libro "Toilet Training in Less Than a Day" ya en 1974. También es conocida la estrategia de "Retirar los pañales en tres días" que propone Julie Fellom en su libro Diaper Free Toddlers. Aunque cualquiera de estos y otros programas existentes pueden ser efectivos, debemos tener en cuenta que cada niño es único y que al estar hablando de algo relacionado con la madurez individual, el entrenamiento que tiene muchísimo éxito con el hijo de nuestra vecina o con una de las compañeras del cole, puede ser totalmente inútil con nuestro hijo, o viceversa.

En cualquier caso, lo mejor y más general a la hora de trabajar con cualquier niño, es establecer unas rutinas diarias claras.

- Horarios. En cualquier rutina diaria, establecer horarios es básico. Utilizaremos el registro previo para calcular cada cuánto tiempo tenemos que sentarle para hacer pis, adelantándonos ligeramente al tiempo establecido. Si por ejemplo, comprobamos que de media durante los días registrados hacía pis cada hora, cada 45 minutos aproximadamente deberíamos sentarle en el baño y animarle a que permanezca sentado unos minutos, acompañándole y jugando con él. Podemos jugar también con la cantidad de agua que le damos, dándole de beber algo más de lo normal una media hora antes de que toque ir al baño. Para las defecaciones, debería ser más sencillo calcular cuáles son sus horarios habituales. De no ser tan claro, podemos proponernos intentarlo a primera hora del día, después de desayunar.

- Momentos claves de la rutina. Además de estos horarios, de forma independiente, intentaremos asociar la conducta de hacer pis con algunos momentos claves del día: justo después de levantarse, antes de salir de casa y justo al regresar (sea la hora que sea), antes de acostarse... Cada familia adaptará estos momentos a su propia rutina familiar.

Es importante mantener unos horarios fijos para acostumbrar a nuestro hijo a orinar sin pañalEs importante mantener unos horarios fijos para acostumbrar a nuestro hijo a orinar sin pañal

- Emplear refuerzos, ¡nunca castigos! Los psicólogos sabemos que los castigos reducen las conductas pero no enseñan otras alternativas y nuestro objetivo no es que el niño deje de miccionar o defecar, si no que aprenda a hacerlo en otro lugar y de forma controlada. De manera que lo importante es reforzar su conducta cada vez que lo haga bien, sin importar lo cansados o desesperados que nosotros estemos. Lo mejor en este caso es el refuerzo social, las alabanzas, mimos, aplausos... Cada vez que el niño utilice el inodoro de manera correcta debemos hacer una pequeña fiesta. Los premios debemos dejarlos como último recurso y tenerlos como estrategia de reserva si el proceso se complicase en exceso. Es importante ir valorando los pequeños pasos: que se siente en el inodoro aunque ya se le hubiese escapado un poco, que indique la necesidad aunque al principio no lleguemos a tiempo...

Para ayudarnos a llevar un control de los progresos, es conveniente hacer otro registro, anotando cada día cuántas veces lo hace en el baño y cuántas veces en la ropa, así como valorar si hay ciertas horas del día en las que le resulta más difícil. De esta forma tendremos una medida objetiva que nos ayude a evaluar el proceso y no caer en la desesperación cuando parezca que no haya ningún avance.

Lo importante es no castigar, teniendo claro que el niño, en estos momentos iniciales del proceso, no se lo estará haciendo encima a propósito, sino que es algo que aún no puede controlar. Tampoco podemos desesperarnos si el control se alarga más de lo que pensábamos o de lo que otras personas cercanas nos contaron. Lo normal es que dure varias semanas y la paciencia es importante. Hay que tener claro que una vez que se ha iniciado el aprendizaje, no es para nada recomendable volver a los pañales. Si comprobamos que era el momento adecuado, debemos persistir hasta alcanzar el control diurno. El control nocturno será nuestra próxima meta. Poco a poco y ¡paciencia!

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