Hay que partir de la base de que un niño esté triste no significa que esté deprimido. La tristeza es una emoción que está presente de manera continua en la vida de los niños mientras que la depresión es una alteración en el estado de ánimo del pequeño. En el siguiente artículo te contamos por qué es normal que los niños puedan llegar a estar tristes y como ayudar a gestionar dicha emoción.
Los padres deben dejar que sus hijos estén tristes ante diversos momentos de la vidaLa tristeza en los niños
Aunque no es nada fácil para un padre el ver como su hijo está triste y mal, no se debe privar al niño de tal emoción. Es importante por tanto que los niños tengan la libertad suficiente, a la hora de experimentar las diferentes emociones y aprender a gestionarlas de manera adecuada.
Los padres deben dejar que sus hijos estén tristes ante diversos momentos de la vida e incluso dejarles llorar. Esto es necesario a la hora de que los pequeños sepan manejar las diferentes emociones y gestionarlas sin problema alguno.
Aunque la tristeza es una emoción básica y necesaria, los padres deben ayudar al pequeño a sobrellevarla de la mejor manera posible. La tristeza al igual que pasa con la alegría es un sentimiento que va y viene de manera frecuente. Si al niño le cuesta salir de la tristeza y aparece con más frecuencia de lo normal, es el momento de preocuparse.
La necesidad de estar tristes
La tristeza es una emoción necesaria que tiene sus aspectos positivos:
- La tristeza es necesaria a la hora de sentir alegría.
- Gracias a la tristeza se puede detectar aquello que es negativo en la vida de la persona.
- La tristeza hace que se piense más y se reflexione sobre diferentes aspectos de la vida.
- Una persona que está triste suele buscar ayuda en su entorno más cercano para poder superar tal estado de ánimo. La tristeza por tanto tiene una función social importante en la vida de la persona.
Cómo pueden ayudar los padres a gestionar la tristeza de sus hijos
- No se debe privar al niño bajo ningún concepto de estar triste. Es una emoción que debe experimentar a lo largo de su vida al igual que pasa con una emoción como es la alegría.
- El niño debe saber en todo momento que no está solo y que cuenta con la ayuda de los padres a la hora de gestionar tal emoción.
- Hacer actividades conjuntas que ayuden a subir el estado de ánimo del pequeño.
- No restar ningún ápice de importancia al hecho de que el niño esté triste. Hay que comprender al pequeño y ayudarlo en todo lo que haga falta.
- En estos casos es importante el usar la empatía y ponerse en todo momento en la piel del niño. Es bueno que los padres hablen de experiencias pasadas para que el pequeña cuente con un modelo a seguir.
- No es vale de nada el quedarse con los brazos cruzados. Los padres deben buscar soluciones para resolver el problema.
No es para nada malo que el niño de vez en cuando esté triste y apáticoEn definitiva, no es para nada malo que el niño de vez en cuando esté triste y apático. Se trata de un sentimiento básico y necesario al igual que ocurre en el caso de la alegría. Como has podido ver, la tristeza tiene sus aspectos positivos y aporta una serie de beneficios al niño. No hay que preocuparse por ello, aunque en el caso de que dicha tristeza se instale de manera habitual en la vida del pequeño, sería conveniente acudir a un buen profesional que supiera abordar el posible problema. En muchos casos la tristeza puede dar lugar a un estado depresivo que es necesario atajar lo más pronto posible.